El Tribunal Oral Federal de Rosario condenó con la pena máxima a los cuatros acusados de la Causa Klotzman. “Esperamos 45 años. Eso es mucho, mucho tiempo”, dijo Nora Pastorini, querellante e hija de Alejandro, una de las 29 víctimas.

Los represores Jorge Fariña, Federico Almeder, Juan Langlois y Enrique Andrés López fueron sentenciados a la máxima pena establecida por el Código Penal, por los crímenes que cometieron durante la última dictadura cívico militar eclesiástica contra 29 víctimas. Fue una larga lucha de los organismos de derechos humanos, de los sobrevivientes, de los abogados, de quienes acompañaron haciendo el aguante en cada una de las instancias del proceso judicial que se inició en septiembre de 2020, tras varias postergaciones, y que concluyó el pasado jueves con el grito, dentro y fuera de los Tribunales de bulevar Oroño, de “¡Perpetua! ¡Perpetua! ¡Perpetua! ¡Perpetua!”.

“Fue una espera muy larga, 45 años es mucho tiempo. Por suerte fue también acompañada por la militancia de las Abuelas, de las Madres, de los organismos de derechos humanos, de la organización a la que pertenezco, que es Hijos”, destacó Nora Pastorini, hija de Alejandro Pastorini, médico psiquiatra secuestrado el 7 de agosto de 1976 y que hasta el día de hoy permanece desaparecido. “Es realmente gracias a los organismos que a pesar de la dilación podemos llegar a esta instancia”, abundó la también querellante, y agregó: “Reconstruir esta causa fue sin dudas gracias al trabajo de los compañeros y las compañeras, al trabajo militante, a la investigación, a la justicia, a estar poniéndole el cuerpo y el corazón a la escucha de los relatos de los compañeros y compañeras. La sentencia tiene que significar justicia para todas y todos. Es reparadora. Y no sólo para las víctimas y los familiares, sino que es una reparación para nuestro pueblo, para nuestra historia. Porque, como nosotros decimos, todos somos hijos de una misma historia, ¿no?”.

Nora, pese a tener la posibilidad de ingresar al recinto, decidió seguir la lectura de sentencias en la puerta de los tribunales, como lo hizo en cada juicio de lesa humanidad de los que se han llevado adelante en Rosario. Allí, recibió el cariño y los abrazos de los compañeros y compañeras de militancia, y sobre todo el de su hija Lua.

Memoria, verdad…

Las crónicas dirán que el Tribunal Oral Federal de Rosario, integrado por Osvaldo Facciano, Mariela Emilce Rojas y Eugenio Martínez Ferrero, condenó al capitán (R) del Ejército Jorge Fariña a prisión perpetua como “coautor penalmente responsable de privación ilegítima de la libertad, violencia y amenazas, agravados en concurso real por ser las víctimas perseguidas políticas”, además de “homicidio agravado por alevosía” y “coautor penalmente responsable por la sustracción de una menor de 10 años” en perjuicio de María Pía Josefina Kertz, hija biológica de Cecilia Beatriz Barral y Ricardo Horacio Klotzman, nacida en cautiverio, entregada a una familia de Santa Fe, y nieta recuperada en 2011. Que la misma pena recibieron los tres ex policías federales Federico Almeder, Juan Enrique Langlois y Enrique Andrés López, y que en todos los casos, los crímenes cometidos por estos cuatro represores en el centro clandestino de detención ilegal conocido como Quinta de Fisherton, fueron considerados de lesa humanidad. Los militantes de organismos de derechos humanos, por su parte, sostendrán que fue un acto de justicia, demorado, dilatado, pero alcanzado gracias a la lucha inconmensurable que iniciaron las Madres y las Abuelas en los años oscuros del terrorismo de Estado.

Foto: Candela Robles

“Esta realidad de juicios, desde la perspectiva nunca de la venganza sino de la búsqueda de Justicia, que persiguieron los organismos de derechos humanos y los sobrevivientes históricamente, constituyen una conquista, una victoria de la democracia”, había señalado la letrada y también militante de Hijos Rosario Nadia Schujman durante su exposición y antes de pedir la pena de reclusión perpetua en cárcel común para todos los imputados, y añadió: “Esta victoria tiene que ver con una reparación para las víctimas, los desaparecidos, sus familiares, o nuestros queridos y valientes sobrevivientes, que son quienes con sus testimonios permiten reconstruir el accionar y el verdadero rostro de la maquinaria del terrorismo de estado, dimensión que sin dudas tiene una gran importancia”.

Luego de conocidas las condenas máximas, Schujmann remarcó: “Luego de 45 años, hoy fue un día de Justicia, un correlato para tanta lucha colectiva. Y creo que es un corte civilizatorio esta sentencia, que nos merecemos no sólo las víctimas y los querellantes, sino que nos merecemos como pueblo”.

Justicia

En la puerta de los tribunales federales del bulevar Oroño se volvió a vivir lo que se vivió en 2010 con aquellos cinco gritos de perpetua que atronaron luego de la lectura de sentencias en aquel primero de los juicios por delitos de lesa humanidad realizados en Rosario. Con menos gente, producto de las medidas sanitarias por pandemia, pero con el mismo calor y color. Y las banderas de siempre. Luego de abrazar y ser abrazada, Nora Pastorini centró sus sensaciones en lo colectivo. “Esto tiene que ver con nuestro espacio de encuentro, de militancia, de trabajo, que es Hijos, agrupación a la que pertenezco y que me da identidad, fortaleza, y que me permite encontrarme con nuestra propia historia”, alcanzó a decir embargada por la emoción, y agregó: “Este logro, esta victoria de hoy, es sin lugar a dudas una reparación, porque la verdad siempre es sanadora. Y esta verdad, construida colectivamente, como cada sentencia y cada perpetua que escuchamos, es un logro de las Madres, las Abuelas, del espacio Juicio y Castigo, de todos y todas quienes hicieron el aguante. Esto es como un gran, gran abrazo”.

Y tras remarcar que “la reparación es para todos y todas, para nuestro pueblo y nuestra historia”, Nora confesó: “Este juicio me posibilitó volver a reencontrarme con mis recuerdos, con esos pequeños tesoros que me permitieron armar la historia de mi papá, su militancia, mi propia historia, lo que soy. Y como el resultado fue una victoria, siento una inmensa alegría”. 

Su hija, Lua, nieta de Alejandro, que también repartió y recibió abrazos en una jornada cargada de memoria y futuro, señaló: “Lo primero que pensé cuando se confirmó la fecha, fue que iba a volver a ver a los hijos de los hijos, a los nietos, porque sabía que iban a estar ahí. Y pensé mucho en Juane, un compañero que siempre estuvo y que seguramente hubiera estado hoy con nosotros. Aunque en realidad estuvo, porque todos y todas pensamos y nos acordamos de él”.

¡Presentes!

Cecilia Beatriz Barral, Ricardo Horacio Klotzman y la hija de ambos, recuperada en 2011; Juan Alberto Tumbetta, Edgardo Silva, Osvaldo Aníbal Matosky Szeverin, Fernando Patricio Brarda, María Laura Gonzalez, Ricardo José Machado, Elvira Estela Marquez, Liliana Beatriz Girardi, Julio Adolfo Curtolo, María Teresa Latino, Maria Teresa Serra, Elvio Ignacio Castañeda, Alejandro Ramón Pastorini, José Ángel Alba, Herminia Nilda Inchaurraga, José Rolando Maciel, Elena Cristina Marques, Dante Rubén Vidali, Isabel Ángela Carlucci, Víctor Hugo Fina, Héctor Alberto González, María Teresa Vidal Martínez Bayo, Juan Carlos Lieby, Daniel Emilio Garrera, María Victoria Gazzano Bertos y Oscar Alberto Medina, fueron las víctimas de los delitos de lesa humanidad perpetrados por los cuatro represores finalmente condenados a cadena perpetua.

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