El Canaya sufrió mucho ante Patronato, pero se lo ganó merecidamente en la última jugada. Fue 3 a 2, por la fecha 16 del torneo local, en el Gigante de Arroyito. Ruben anotó el primero, dos de Sosa Sánchez lo revirtieron, y Ferreyra y Vecchio pusieron el resultado en su lugar.

En un duro encuentro en casa, Rosario Central sufrió más de la cuenta para dejar los tres puntos ante la visita del conjunto de la capital entrerriana. La fortuna no estuvo de su lado en varios pasajes del encuentro, pero al final hubo alivio y algarabía.

Central pegó rápido y eso le permitió tener un cómodo primer tiempo, sólo puesto en jaque en el final. Al minuto de juego Marco Ruben avisó con un anticipo a Matías Ibáñez en el primer palo que casi se metió. Y a los 3’ facturó, aprovechando un largo rebote que dio el arquero ante un remate de Michel Covea, que le cayó justo en los pies del delantero, que esta vez no perdonó.

El capitán y goleador auriazul fue el hombre más peligroso de la tarde. Después de un largo período en esa primera parte en la que pasó poco y nada en las áreas, casi se vuelve a anotar en la red, tras una gran jugada individual del venezolano. En seguida tuvo otra: recuperó una pelota en la salida del rival, pero no le dio la velocidad ni el resto para acercarse lo suficiente a Ibáñez y se vio obligado a patear antes de tiempo y con poco ángulo.

Cuando moría la etapa inicial, Patronato consiguió el empate en una de sus escasas aproximaciones en campo adversario. Fue a través del uruguayo Sebastián Sosa Sánchez, que en soledad metió un preciso frentazo a la altura del punto penal a los 43’, que dejó sin reacción a Jorge Broun.

En el segundo tiempo, el Canaya estuvo muy cerca de ponerse en ventaja en una jugada increíble, en la que Nicolás Ferreyra les ganó a todos en el juego aéreo –incluído al arquero– y cabeceó al palo. En el rebote, con poco ángulo pero con el arco solo, Damián Martínez abrió demasiado su remate, que se perdió por la línea de fondo.

Para colmo de males, el lamento mayor llegó a los 31’, en otra jugada insólita, en la que el dueño de casa también se vio perjudicado: un pelotazo largo obligó a Fatura Broun a lanzarse de palomita para despejar, pero en el rechazo encontró a Fabián Vázquez, que desacomodado y lejos del arco, pateó de primera, la pelota dio en el travesaño, y el premio le quedó a Sosa Sánchez, que acompañó la jugada y sólo debió empujarla y salir a festejar.

El entrenador Cristian González empezó a realizar cambios ofensivos, cuyos frutos se vieron a los 40’, cuando un centro del ingresado Lucas Gamba encontró por detrás de toda la defensa rojinegra al también ingresado Luciano Ferreyra, que la tocó suave, entre varios hombres rivales, y entró justa para darle la igualdad a su equipo.

Y los que ingresaban desde el banco seguían dándole rédito al Kily: a los 47’ –y tras sufrir una jugada de Gabriel Gudiño que por poco no terminó en gol– apareció Emiliano Vecchio, con una definición exquisita para que su equipo cante victoria luego de tres fechas sin conseguirlo.

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