La Lepra derrotó 1 a 0 a Unión de Santa Fe, por la fecha 20, en el Coloso. El único gol de la tarde lo anotó Pablo Pérez, en el inicio del segundo tiempo. Así, el equipo de Adrián Taffarel sumó la segunda victoria al hilo, toda una novedad.
En la calurosa y pesada tarde rosarina, Newell’s dominó gran parte de ese primer tiempo, en el que sufrió (y mucho) en el final. Pablo Pérez tuvo la primera clara cuando recibió un centro atrás, con el arquero Sebastián Moyano casi vencido, pero la pegada fue defectuosa. En la siguiente, y aunque parezca raro, Francisco Panchito González ganó de cabeza, pero le apuntó apenas afuera.
En el arco de enfrente, Ramiro Macagno parecía tener una jornada tranquila hasta que se equivocó mal en la salida, y no lamentó un gol en su valla porque Cristian Lema la salvó en la línea, tras el remate de Juan Nardoni. Lo mismo que el zaguero hizo Mariano Bíttolo luego del disparo de Gastón González, que aprovechó una lejana salida de Macagno.
Por otro error propio, el Tatengue sumó una chance más de ponerse en ventaja. Es que el juvenil lateral Tomás Jacob quiso matar la pelota en su pecho para cederla a las manos del arquero rojinegro, que debió mandarse una linda volada para impedir el gol en contra.
Las cosas parecieron acomodarse en el entretiempo, porque en el inicio del complemento la Lepra ya estaba en ventaja. A los 5’, Pablo Perez paró la pelota, esperó con paciencia que baje a su derecha y se animó desde afuera del área. Moyano se estiró, pero fue en vano. El ex Unión y Boca no lo gritó, por su pasado en el conjunto de la capital provincial.
La clave parecía estar en los disparos lejanos. Porque minutos más tarde probó el pibe Jacob, a quien le quedó un rebote y ni lo dudó. Pero su remate, con un desvío en su trayectoria al arco, dio en el travesaño.
Unión iba con pocas ideas, y cuando no podía penetrar en el sistema defensivo rojinegro, acudía al remate de media distancia, como hizo Lucas Esquivel, quien hizo lucir a Macagno. La Lepra se fue quedando, y apostó a la contra en los minutos finales.
El dueño de casa terminó el partido muy cerca de su arco, aunque tomando pocos riesgos. Los más altos se dedicaron a despejar centros al área, que caían uno detrás del otro. Entre la mayor solidez defensiva y la falta de recursos del rival, Newell’s casi no pasó sofocones en esos momentos de nerviosismo. Y ganó dos partidos consecutivos, toda una novedad, que no ocurría desde abril pasado, cuando derrotó a Lanús y Patronato. Y de eso no hay más registros en el año.
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