El Concejo reemplazó el antiguo Código de Faltas por uno de Convivencia.  Son 348 artículos sobre nocturnidad, obras en construcción y hasta acoso callejero. Schmuck, presidenta del cuerpo legislativo, valoró el consenso político que posibilitó su aprobación.

Rosario tiene un nuevo Código de Convivencia. Como los grandes temas que dividen aguas, el Concejo sesionó hasta la madrugada del pasado viernes 5 de noviembre para aggiornar la normativa que organiza la vida cotidiana de los rosarinos. La necesidad de volver a pensar y consensuar se explica por las cuatro décadas que tenía el código anterior. El proyecto convertido en norma por unanimidad ingresó al Legislativo local en marzo pasado desde el Ejecutivo y fue ampliamente debatido en reuniones ad hoc en la comisión de Gobierno.

Desde la presidencia del Concejo, María Eugenia Schmuck, destacó la importancia de haber logrado aprobar el nuevo Código de Convivencia, a una semana de las elecciones generales legislativas, en medio de la “vorágine” en la que están imbuidos los espacios políticos.

Los ediles de las diferentes bancas destacaron la importancia de haber consensuado las pautas que organizan temas como la nocturnidad y la convivencia, entre otros.

El nuevo Código tiene 348 artículos que fueron validados por unanimidad, aunque también hubo abstenciones y votos negativos para algunos apartados en particular. Su primer artículo es toda una declaración de principios. Allí se habla de la razón de ser de acordar desde distintas miradas, un modo común y responsable de moverse en el espacio urbano.

¿Cuál es la finalidad del Código?: “Generar las condiciones y bases necesarias para garantizar una convivencia ciudadana pacífica, solidaria y multicultural, en el marco de la protección de los bienes comunes, los valores democráticos, la defensa de los derechos individuales y colectivos, y en el que todas las personas tengan la posibilidad de desarrollar en libertad sus actividades con pleno respeto a los intereses de la comunidad”.

Entre los aspectos más importantes están: los principios de legalidad, la presunción de legitimidad, la prohibición de analogías para crear faltas o establecer sanciones y el principio de benignidad e inocencia. Sobre esta base se tipificaron el tipo de sanciones: severa amonestación, multa, inhabilitación, clausura, prohibición de acercamiento o de concurrencia, suspensión y/o caducidad de la habilitación, comisión, demolición, tareas educativas y de toma de conciencia, remediación y suspensión en el uso de la firma. También se establece el perdón administrativo, la sanción en suspenso y la conversión de la sanción

Convivencia en lugar de faltas

Para Schmuck, el nuevo código trae un cambio insoslayable, se reemplaza la anterior concepción de Faltas, por Convivencia. “Si hay un principio general que contextualiza a este nuevo código es la reparación del daño, que más allá de la multa o de la sanción, la idea es que quienes cometen infracciones o faltas, lo primero es la responsabilidad de volver las cosas al estado anterior”, enfatizó en el programa Poné la Pava, de Radio Rebelde Rosario.

¿Cuál es la importancia de esta concepción de la norma?: “Es que cada uno sabe cuál es su responsabilidad cuando comete una infracción ”, enmarcó la edila y dijo que además se incorporaron “muchas figuras muy interesantes” vinculadas a la convivencia y al control, insoslayable para la vida en comunidad. 

Entre las innovaciones citó un capítulo importante sobre las faltas ambientales, otro sobre maltrato hacia los animales, además de un capítulo sobre faltas urbanísticas”.

Para la presidenta del Concejo, legislar sobre las faltas urbanísticas es relevante “los desarrolladores inmobiliarios y los profesionales venían al Concejo ya casi como una cotidianeidad para que les aprobemos proyectos que estaban fuera de las normas y les convenía más pagar las multas por construir unos pisos demás y ganar millones de pesos, entonces lo que hicimos fue multiplicar por cinco o por diez las sanciones, las multas y plantear que se convierta en regla el cumplimiento de la normativa”, explicó.

Entre otras incorporaciones está la figura del acoso callejero, la responsabilidad de los padres por faltas cometidas por hijos entre 15 a 18 años, y la de jurados vecinales. 

“Son muchas figuras que incentivan la participación de vecinos y vecinas y esto me parece muy importante”, sostuvo. Y en relación a los puntos que generaron más polémica a la hora de consensuar las normas ubicó el tema de los cuidacoches.

Al respecto indicó que hubo propuestas muy diversas y antagónicas que iban desde prohibirlos hasta regularlos y que terminó imponiéndose por mayoría la propuesta del intendente Pablo Javkin, que es incorporar la figura de la extorsión como una falta o contravención. “Esto hace que el municipio pueda constatar este tipo de extorsiones, allí donde sabemos que hay bandas delictivas que están disfrazadas de cuidacoches como la cancha o los recitales y corredores gastronómicos”, añadió.

Para la presidente del cuerpo legislativo local, haber consensuado para reemplazar el código de faltas por la responsabilidad de la convivencia fue una de las discusiones insignias del Palacio Vasallo en los últimos años. 

Además, valoró que eso se haya dado en un marco de previa electoral en el que varios de los ediles disputan espacios. “Creo que este Concejo es muy trabajador, más allá de las diferencias que nos separan, ideológicas y políticas, hay un compromiso importante por el trabajo legislativo”, aseguró.

¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 500 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.

Más notas relacionadas
Más por Silvia Carafa
Más en Ciudad

Dejá un comentario

Sugerencia

En Diputados no hubo quorum para tratar el presupuesto de las universidades

Unión por la Patria había pedido una sesión especial para tratar el tema junto con la rest