Los Centros de estudiantes reconstruyen su actividad, vuelven las elecciones en muchos de ellos y crece la participación. Siempre enarbolando las banderas de la defensa de la Educación Pública, los derechos humanos, los movimientos feministas y el colectivo LGBTIQ+.
Con la vuelta a la presencialidad de las escuelas, el 2021 fue un año movido para los centros de estudiantes que venían en su mayoría golpeados por la pandemia, por la lejanía y el poco contacto. Si bien en un principio esto hizo disminuir muy fuertemente la participación de los y las estudiantes en los centros, de a poquito hubo una recuperación general que superó las expectativas de muchos y muchas. Tanto en la Gurruchaga como en la Guido y Spano y demás escuelas se destacó la participación en especial del alumnado que estaba pisando por primera vez la escuela en ese mismo año: 1er y 2do año tuvieron una participación destacada en el centro de estudiantes, de una manera muy activa, creativa y levantando con mucha fuerza las banderas de los movimientos feministas y lgbtiq+.
“Algo que me sorprendió fue que 1ero y 2do que casi no tuvieron presencialidad aparecieron muy interesades en el centro, son súper actives. Así que si bien fue complejo porque los cargos no existieron (ya que estábamos sin elecciones del 2020), la participación estudiantil fue buena, llena de mucha energía y gente nueva”, dijo Juana Madussi, del centro de estudiantes de la Guido y Spano. Respecto al eje de la participación de esos primeros años, agregó: “Lo que más peso tuvo fueron las movidas por la comunidad lgbt+ o movilizaciones feministas. Creo que habla de una generación que milita desde el feminismo, como ya venimos viendo hace varias generaciones”. Sobre el tema de las elecciones, comentó que en la Guido las elecciones se realizan en marzo, y este año en medio de la pandemia no las pudieron hacer. “Este año no hubo elecciones, nos costó bastante seguir a modo virtual y cuando volvimos a la presencialidad tuvimos muchas cosas que hacer (…) Al haber casi más gente nueva que de otros años, se podría decir que fue un año de re-organización”.
En la Julieta Lanteri, si bien se ven cosas similares en algunos aspectos, hay diferencias que responden a las mismas diferencias sociales. “Respecto a la participación, lamentablemente no es mucha de parte de los alumnos, mayormente somos muy pocos los que participamos. Esto se debe mucho a que somos una escuela de la periferia y hay mucha variedad de pensamiento entre los chicos, muchos siguen religiones donde no comparten los temas que tratamos desde el centro o muchos vienen de familias muy conservadoras que no los dejan participar”,específica Juli, de la Julieta Lanteri y agrega: “La verdad es que son los años (1ero y 2do) que más participan en el centro de estudiantes, creo que les emociona bastante porque es algo nuevo y diferente, después cuando van pasando por 3ro y 4to año dejan de participar, pero mayormente son los años que más participan”.
“Mientras tanto en el año tratamos reivindicar las luchas por los derechos humanos, feministas y disidentes, -continúa diciendo Juli- haciendo diferentes actividades para tratar los temas. y respecto al ambientalismo es un eje que tenemos que trabajar dentro del centro de estudiantes.” En la Julieta Lanteri hubo elecciones donde se presentó una única lista, que es una situación normal para esta escuela.
El panorama en otras escuelas
En la Escuela nro. 3173, la Pompeya, se armó este año por primera vez un centro de estudiantes de una manera más formal. Nos cuenta Rama Banegas, presidente del centro de estudiantes de su escuela: “(…)en la Pompeya nunca hubo un centro establecido porque no cuenta con un estatuto, obvio por toda la situación covid tampoco había un centro funcional, este año nos indicaron los profes a cargo de organizar las elecciones que armemos las listas y que empecemos a hacer campaña. En la Pompeya los docentes le dan bastante bola al centro, por ejemplo para que te des una idea nos enseñan la ley de centro de estudiantes y hasta nos hacen hacer actividades relacionadas a eso, el tema es que nunca hubo alumnos comprometidos.”
En total se armaron cuatro listas que se presentaron a elecciones, quedando al final la encabezada por Rama. Contó que se organizaron tres debates entre las listas (uno para cada orientación), y que obtuvieron mucho acompañamiento de parte del equipo docente y directivo, así como también destacó la ayuda de los chicos del MUS (Movimiento Unidad Secundaria) y de Sofía Hernández, presidenta recién electa del centro de estudiantes de la escuela Dr. Francisco de Gurruchaga.
Los debates tocaron los tópicos de medio ambiente, ESI y talleres/propuestas para la escuela. “Nosotros apoyamos los derechos estudiantiles y no es que tengamos una convicción política específica sino que queríamos que sea algo como más enfocado en solamente la lucha estudiantil (…) después en sentido de género propusimos armar una secretaria de género y que la ESI de la escuela sea más inclusiva en sentido de tener en cuenta otros géneros y otras sexualidades aparte de lo que se podría considerar ‘la norma’ (…) para medio ambiente propusimos que se instalen tachos para separar las basuras y que se tenga mayor conciencia en cuidar el consumo de electricidad dentro del colegio porque después ya hay muchas materias que nos dan proyectos de ecología, pero igual creo yo que no estaría de más organizar algo capaz con el barrio o a nivel escuela entera”, contó Rama respecto de sus lineamientos y propuestas como centro.
La aparición de la cuestión socioambiental como eje es algo que en los últimos años ha ganado gran relevancia en los movimientos no necesariamente secundarios, sino de las juventudes en general. Nina, actual presidenta electa de la Nigelia Soria, opinó que es un eje que si bien no está instituido, es una bandera que se está intentando levantar no sólo desde su escuela sino desde muchos centros de estudiantes. En la Nige -como se la llama más comúnmente- hubo elecciones y se postularon dos listas. Para Nina, las diferencias entre La Caravana y El Leviatán -que son las dos listas que se postularon- no pasaron tanto por diferencias ideológicas como tal -levantaban banderas similares- sino por una manera distinta de construir desde el centro y distintas visiones en el modo de hacer las cosas. También marcó como positivo el hecho de que existan varias listas porque eso genera una competitividad que en un punto acerca a mucha más gente al centro, y si bien pasadas las elecciones muchos de los que se acercaron empiezan a alejarse, hay una parte que se queda.
Luego, tanto la Gurruchaga como la Bernardino Rivadavia fueron dos escuelas que por primera vez en mucho tiempo se encontraron teniendo una lista única, y con la coincidencia de que las listas llevaron el mismo nombre, Barrilete Cósmico. En la Gurru lo que se dio fue que había dos listas cociéndose para las elecciones: una sería la oficialista, que fue la que estuvo en la comisión desde 2019 y durante la pandemia, y había otra que todavía se estaba gestando. Sin embargo, luego de varios encuentros entre las potenciales listas, se terminaron fusionando en una sola por encontrar muchas más coincidencias que disidencias tanto en las banderas que se levantaban, como en la manera de construir.
Por otro lado, en la Rivadavia, Manu Monsalve, actual presidente del centro de estudiantes, expresó: “En la lista participaban pibes que venían de muy distintos orígenes, con militancias de distintos partidos políticos, y ya se venía un poco con las discusiones de si llamarlo frente, unidad (…) pero la realidad es que no, somos un grupo de pibes que venimos compartiendo desde hace 4 años construyendo los centros de estudiantes y para nosotros no había otra manera de construirlo que no sea en conjunto. Las ideas son tan parecidas, los objetivos son tan claros, entendíamos las problemáticas de una misma manera que creíamos que no había otra forma de encararlo. Incluso en la decisión del nombre de la lista (…) nosotros entendimos que era el momento de Barrilete Cósmico, por la cuestión del fallecimiento del Diego, que realmente marcó a un montón de pibes y pibas que incluso sin verlo jugar lo sienten como un ídolo popular que va a quedar en la historia y que ya está en la historia. También está la particularidad de que se llama igual en la Gurru (la lista), lo que también habla de esa visión en conjunto del movimiento secundario, que tal vez en distintos lugares tiene más espacios de charla que las que se dan en FESER.”
Otro caso que vale la pena recoger es el del Superior de Comercio. En este caso fueron tres listas las que se postularon -cosa que no pasaba desde hacía por lo menos cinco años-: una que se podría considerar oficialista, la lista Violeta, que es la que lleva la conducción del centro desde hace varios años, otra que ya había sido opositora en las elecciones anteriores -a pesar de que hubiera ciertas coincidencias en las bases ideológicas o políticas-, llamada Vorágine y una nueva lista que vino con otro tinte y que se posicionó firmemente a la derecha, con convicciones de carácter liberal, que se tituló LIF (Libertad, Igualdad y Fraternidad).
Otra particularidad de las elecciones en el Superior fue que se hicieron de manera virtual, a mediados de este año. Justamente por esa cuestión, las elecciones no fueron obligatorias -según Paco García, presidente actual de cesup (centro de estudiantes Superior de Comercio), no había manera de hacerlas obligatorias-, y sin embargo consiguieron un 70% de participación. Por cómo funciona el sistema electoral en el Cesup, Presidencia, Vicepresidencia y Secretaría General van para la lista ganadora y las secretarías se dividen por sistema D’Hondt. Las elecciones las terminó ganando la lista Violeta, en segundo lugar quedó LIF y en tercero Vorágine; dividiéndose las secretarías en 5 para la Violeta, 3 para Lif y 1 para Vorágine.
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