plataforma La Juana

“La Juana es una y es muchas. Nuestra escuela se llama Juana Manso en honor a una mujer muy especial”. Así se presenta la plataforma que idearon en la Escuela N°88 Juana Manso, de Rosario. Un espacio colaborativo que privilegia la palabra y trabajos de las infancias, y se apoya en una clara mirada de alfabetización integral.

Las ilustraciones, los textos y las voces de las chicas y los chicos recorren cada entrada que propone la plataforma La Juana. “Soñamos como La Juana. Una y muchas al mismo tiempo. Soñamos con este proyecto que pretende articular lenguajes, combinarlos y producir contenidos desde la creatividad y la lectura de mundos posibles”, escriben en el sitio para presentar los proyectos allí reunidos.

La plataforma está sostenida por las alumnas y los alumnos de la Escuela de Mitre al 2300, sus docentes y equipo directivo: la directora Gabriela Nannini, y las vice: Graciela Pérez, Claudia Ramis y Alejandra Romero.

Las iniciativas reunidas en el espacio virtual abarcan sobre todo trabajos desarrollados en forma integral en los distintos grados, de lectura y escritura, como  audiocuentos, y de ciencia y tecnología, entre otras. También el de la historia de la educadora que le da el nombre a esta escuela primaria de Rosario.

Esa historia está relatada en un cuento precioso, ilustrado por las chicas y los chicos, donde se rescata la lucha de esta Juana mujer, maestra, madre, escritora, periodista, ciudadana del mundo. Y además -como la mostraron las nenas y nenes-, de una Juana niña, deportista, Tiktoker, lectora, bailarina, gamer, mujer independiente. También escuela.

Producciones

La implementación más intensiva de los recursos tecnológicos disponibles en tiempos de pandemia resultó clave para darle impulso a la plataforma. La vicedirectora Claudia Ramis cuenta que la consideraron una oportunidad para compartir las diferentes producciones del aula y que se hacen de manera colaborativa. “Desde el inicio teníamos en claro que apuntábamos a la integración de las áreas, a la multiplicidad de lenguajes y básicamente a la alfabetización integral”, dice.

Fue en el retorno a la presencialidad a las escuelas -agrega la educadora- cuando comenzaron a pensar las estrategias y diseñar la plataforma. Una de las ideas centrales que atraviesa todo este trabajo es el protagonismo de las chicas y los chicos.

Otra es la que empujaron desde las áreas artísticas y la educación física. “Proponían un eje de trabajo, y las demás áreas aportaban. Esto le dio una impronta también distinta a la plataforma”, señala la vice. También reconoce que dada la falta de herramientas, se fue armando con apoyo externo y que tiene mucho de artesanal, de ir buscando las mejores opciones para hacerla crecer.

Uno de los retratos de Juana Manso que integra el proyecto colaborativo.

Claudia Ramis cuenta que cuando empezaron a conversar sobre este proyecto, una de las docentes dijo: “La Juana es esto: la Juana escuela y la Juana Manso”. Surgió el cuento sobre la historia de Juana Manso, lo trabajaron con las alumnas y alumnos, las ideas se multiplicaron y resultó una idea colectiva, de todas y todos.

La plataforma se puso en marcha hacia el final de este año escolar. “Quedó más como una propuesta para usar en vacaciones. La idea es recorrer, navegar, escuchar, mirar”, dice Ramis sobre este trabajo institucional.

Y señala una vez más que el espacio creado “tiene que ver con la alfabetización integral”, que además invita a que las alumnas y alumnas puedan producir contenidos y acceder a sus propias producciones.

plataforma La Juana
La plataforma La Juana reúne producciones de las chicas y chicos de la escuela rosarina.

Autobiografías

Las producciones de textos tienen muchas expresiones en la plataforma. Una es la de “autobiografías” donde las niñas y los niños relatan pasajes significativos de sus propias vidas.

Bajo el título “¡La historia de mi vida la escribo yo!” chicas y chicos de los 5to grados escriben sus autobiografías. Entre ellas, puede leerse:

“En el 2018, entendí Matemática y me empezó a gustar, quiero ser arquitecta…”

 “Aprendí a caminar por mi abuelo, él me ayudó, a los dos nos gusta el asado…”

“A las 8 de la mañana, nací en la ciudad de Chiclayo, en Perú. Mi familia me dice que de chiquita era muy habladora…”

“Mi ciudad natal es Clorinda, Formosa, como Zamba, el dibujito de la tele…”

 “Cuando llegó el coronavirus a la Argentina, nacieron mis dos hermanos…”

“Las autobiografías posibilitaron que cada alumna y alumno pudieran traer su historia a la escuela. Tuvimos los cuidados necesarios en el tratamiento de esos trabajos para no exponer su privacidad”, dice Ramis de ese trabajo en especial. Y sobre la plataforma en general resalta que “es un inicio que queremos enriquecer”.

 

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