En poco más de 30 años, un 57% de pasajeros se bajó del bondi, según datos del Observatorio Social del Transporte. “La incapacidad del sistema para satisfacer la demanda es un aliciente permanente para que la sangría se extienda”, indicó el titular de la entidad, Carlos Fernández Priotti.

El nuevo relevamiento del OST, elaborado a partir de datos oficiales de la Municipalidad, echa luz sobre la crisis que atraviesa el sistema de transporte público de pasajeros de la ciudad. Y la pandemia ya no es excusa: entre 1986 y 2019, la cantidad de boletos cortados cayó de 226 a 96 millones por año, es decir, un derrumbe del 57 por ciento.

El informe sostiene que la pérdida de usuarios del Transporte Público de Pasajeros (TUP) “no fue sólo una consecuencia de la pandemia, sino que es el resultado de una tendencia constante que la ciudad experimenta desde hace más de 30 años”.

Y hay más datos: en 2015 pagaron su boleto unos 140 millones de pasajeros, y pese a no existir nuevas franquicias en el lapso transcurrido (el Boleto Educativo Gratuito surgió en Santa Fe recién a mediados de 2020), en 2019 había 44 millones de usuarios menos, un descenso del 31 por ciento.

“De esta manera, sólo siguen haciendo uso del TUP aquellos usuarios que no tienen una alternativa a mano, y la incapacidad del sistema para satisfacer la demanda de los pasajeros es un aliciente permanente para que la sangría se extienda”, analizó el titular del Observatorio, Carlos Fernández Priotti.

En ese sentido, la concejala Silvana Teisa coincidió en que “los usuarios comenzaron a bajar del colectivo cuando el servicio empezó a decaer en cuanto a calidad de prestación, siempre y cuando tuvieran otras opciones de movilidad. Quienes siguen utilizando el servicio son los ciudadanos que no pudieron encontrar otra alternativa”. Por lo que exigió un “servicio público de calidad”.

Como contrapartida, en la década de los 80 el promedio de viajes por año fue de casi 201 millones, de acuerdo a los números arrojados en el informe. En tanto, en los 90 bajó de 206 millones en 1991 a 139 millones en 1999. A mediados de la década de 1980 las unidades del TUP recorrían anualmente una media de 70 millones de kilómetros, mientras que en la década de 2010, el promedio fue de 49 millones de kilómetros anuales.

“Esto significa una caída del 30 por ciento en las distancias recorridas por los coches, es decir una menor cantidad de vueltas, lo que se reflejó en un empeoramiento consiguiente de las frecuencias así como de recortes de servicios especialmente en horarios nocturnos y fines de semana”, lamenta el relevamiento. 

Con la pandemia, el TUP fue de mal en peor

Con la llegada del Covid-19 “cayó estrepitosamente la demanda”, según los datos del Observatorio, que indican que “recién ahora en medio de una vuelta a la normalidad de la totalidad de las actividades sin restricciones y presencialidad plena llega al 75 por ciento de la que había antes” del coronavirus: “Hoy son unas 330 mil personas por día, pero eran 450 mil en 2019”.

La declaración de emergencia del sistema en 2020 recortó recorridos, fusionó líneas y quitó coches, pero cuando en la segunda mitad de 2021 comenzó a crecer paulatinamente la cantidad de pasajeros, no se vieron acompañados por las unidades suficientes en calle para responder a esa suba, según advirtieron desde la entidad.

Para Fernández Priotti, sólo una mejora sustancial de las frecuencias y servicios en horarios sensibles permitirá recuperar los pasajeros perdidos. “Lógicamente habrá que dedicar mayores recursos al sistema, pero también es primordial una fiscalización más estricta de los servicios, que en la actualidad es más fácil por contar las unidades con seguimiento GPS, así como una mejora de la presentación de la información para los usuarios en tiempo real”, estimó.

Asimismo, Teisa –que participó de la reunión realizada recientemente en La Toma con usuarios del TUP y concejales– señaló: “No sólo es mejorar la frecuencia, sino también a volver con los recorridos habituales, cumplir con los trayectos completos tanto en horario diurno como nocturno, y contar con una aplicación que otorgue información certera”, esto último, en referencia a las quejas por las fallas en el sistema Cuándo Llega.

Por último, la edil del Frente de Todos aclaró que “tampoco se debe olvidar que para subirse al colectivo debemos abonar un boleto mediante una tarjeta que hoy se dificulta mucho recargar, particularmente en los barrios”, y aseguró que desde su espacio han presentado distintos proyectos para colaborar en la mejora de todas esas falencias.

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