“No queremos una tarifa política: queremos que dignifique nuestro salario”, afirmaron desde el Sindicato de Peones de Taxis al rechazar, por insuficiente, el incremento del 35 por ciento en la tarifa. Reclaman, además, más controles a los titulares.
El Concejo Municipal aprobó –por unanimidad– este jueves un aumento en la bajada de bandera y ficha en los servicios de taxis y remises. Así, la tarifa del taxi costará 177,20 pesos (bajada diurna), y la ficha y el minuto de espera 8,40 pesos; en tanto para el horario nocturno se estableció la bajada en 207,10 pesos y 9,50 pesos la ficha y el minuto de espera. Mientras que para domingos y feriados saldrá 215,10 la bajada y 9,50 la ficha y el minuto; y la tarifa nocturna viernes, sábados, y vísperas de feriados, 215,10 y 9,50.
Los trabajadores taxistas afirmaron en un comunicado que el aumento se quedó corto: “El desfasaje es de un 80 por ciento, reconocido por el propio Ente de la Movilidad, es decir, que aplicar sólo un 35 por ciento de «aumento» no es más que prolongar la agonía de la actividad y de los bolsillos de las y los choferes, que son una vez más los que harán el sacrificio que a los titulares no se les hacen cumplir de manera real y efectiva, con una estricta fiscalización”.
En este sentido, el Sindicato de Peones aseguró que “los plazos que el municipio les impuso” a los dueños de taxis “ya están corriendo, el problema es que ese tiempo está corriendo también sobre la vida de nuestras y nuestros trabajadores, que están cada vez menos dispuestos a arriesgarlo todo por casi nada”.
Desde la entidad gremial recordaron que “se viene exponiendo, en una fuerte y firme campaña de concientización social y de exigencia a las autoridades, cuál es la situación del sector puertas adentro y denunciando los motivos que generan una escasez de choferes: malas condiciones laborales, inseguridad e incumplimiento de la ordenanza de mamparas y cronogramas inviables si no hay control a los empleadores, todo eso bajo salarios de miseria”.
“Apelamos a la voluntad política del Concejo y de todo el poder político de la ciudad a la comprensión y acción para revertir el padecimiento de los trabajadores y trabajadoras taxistas, que tal como venimos señalando hace un tiempo, son los que ponen la espalda y el cuerpo ante cada requisito que el municipio establece para la actividad, ya que los titulares de licencias estiran al máximo los límites de la ilegalidad para no poner la parte del esfuerzo que les corresponde”, añade el escrito.
Al respecto, los tacheros señalaron que “exactamente lo mismo ocurre cuando se trata de ajustar los costos: mientras no sientan encima el poder de policía del Estado, el atraso (que hasta hoy era de un 80 por ciento) en la tarifa lo van a pagar los y las choferes con la precarización de su labor y la caída de sus salarios”. Y agregaron: “Por ello, además de interpelar a quienes tienen en sus manos el valor al público de la prestación taxista, llamamos a la sociedad toda a comprender el drama que significa en la vida de un trabajador, agravar la depreciación de su salario en combinación con las tan negativas circunstancias en las que ya le toca desempeñarse”.
“Es primordial –cierra el comunicado– que se atienda que aquello que el taxista cobra por su trabajo está exclusivamente atado a la tarifa. Entendemos lo difícil que este contexto se presenta para toda la sociedad en su conjunto, pero por el momento no hay otras opciones que permitan pensar en otra salida, máxime cuando los asalariados y asalariadas del sector vienen sufriendo un deterioro de sus derechos y de sus ingresos durante tantos años”.
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