La compañía BBLQ Teatro (de títeres y objetos) ofrecerá diversas piezas a partir de junio. La propuesta iniciará con los estrenos de Derivas, los confines de Kronos y Dos silencios.
La artista interdisciplinaria Mónica Martínez dirige desde 1988 la compañía Birlibirloque teatro de títeres y objetos. El grupo fue creado en Rosario, junto al artista Marcelo Díaz, pero en 1990 se radicó en Santiago de Chile, donde realizó “un amplio programa de creación y difusión del arte de títeres y objetos especialmente para jóvenes y adultos en colegios, universidades y espacios culturales”.
En 2001, la directora que también oficia de actriz, titiritera, performer, docente e investigadora, hizo pie nuevamente en Rosario. Desde entonces se dedicó a la formación de jóvenes artistas, algunos integraron producciones del grupo.
En 2002, y luego del último espectáculo realizado junto a Marcelo Díaz, Al compás del corazón, el grupo pasó a llamarse BBLQ Teatro de objetos y movimiento, “como un espacio que proporciona identidad a las nuevas investigaciones, relacionadas con producciones performáticas y el uso de los nuevos medios”.
La compañía ha participado en eventos y festivales en Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Colombia, México, Cuba y Brasil. Actualmente está integrada por Mónica Martínez, Pablo Albini y Sebastián Soto.
El ciclo que inicia con dos obras de BBLQ se realiza en coproducción con el espacio cultural La Trama, quienes ofrecen la sala ubicada en Entre Ríos 1437.
La idea de realizar un ciclo en torno a estos lenguajes “surge como una tarea más que el grupo viene desarrollando en diferentes etapas, en relación a sus búsquedas estéticas que no tienen gran desarrollo en la ciudad”, expresa Mónica. “Y también ligado a la intensa tarea pedagógica” que la propia directora viene realizando en la Escuela Provincial de Teatro y Títeres.
El objetivo en sí es “generar espacios para la producción de nuevas miradas, despertar el interés del público y motivar a las nuevas generaciones de artistas en formación a la creación e investigación en estos lenguajes escénicos”.
Si bien el ciclo se iniciará con dos obras del grupo, continuará durante el año con otras producciones que incluyen a invitados de Buenos Aires.
Teatro de objetos
El lenguaje del teatro de objetos no se centra en la figura humana (en forma de actor, títere u otra representación), sino en los objetos que la dramaturgia favorece en detrimento de la forma verbal.
En Francia empezó a experimentarse a finales de los años setenta, comienzo de los ochenta, y por ello esta forma se conoce mundialmente como Theâtre d’objets. Allí “se pone en juego una estética en la que el trabajo de actuación se plantea como un dispositivo complejo y quienes actúan despliegan una corporalidad expandida en relación a los objetos para darles sus entidades como personajes o imágenes”, explica la docente.
A diferencia de la corporalidad que se propone en la manipulación de títeres, “donde el cuerpo del objeto es el cuerpo del personaje”, en el teatro de objetos “los cuerpos están expuestos como extensión, expansión de un personaje o función objetal complementando las limitaciones del objeto”.
Derivas, los confines de Kronos
La obra es una “pieza performática audiovisual” que plantea “un collage entre objetos e imágenes a partir del uso de dispositivos y nuevos medios”. Para la puesta se utilizan objetos reciclados e intervenidos, herramientas analógicas y digitales para la creación de espacios escenográficos y como soporte dramatúrgico. “Se busca generar ambientaciones y conexiones entre los diferentes instantes o escenas”.
Es actuada y dirigida por Pablo Albini, quien propone guiar la mirada del espectador por medio de cámaras web buscando acercamiento a momentos específicos o paneos generales. En cuanto al aspecto sonoro, la idea es la creación de “un sonido inmersivo” utilizando música y voces en off grabadas.
A partir del uso de cámaras y diversos dispositivos “se va armando la pieza como una pequeña película, donde a la vez se va viendo cómo se hace”. Las acciones que Albini realiza con los objetos y aparatos constituyen una performance que apunta a “abordar reflexiones sobre el sujeto contemporáneo, en un mundo arquetípico, imágenes que se aproximan al terreno de lo onírico”.
Esta obra pudo ser vista online en noviembre del año pasado como parte del Festival Wifi y recién ahora se estrena en formato presencial.
Dos silencios, farsa trágica para teatro de objetos
Este proyecto surge a partir de la propuesta de la directora de retomar un trabajo realizado en el curso Paisajes Interiores, dictado por los maestros franceses Phillippe Genty y Mary Undergood, en Bariloche, en marzo de 2008.
La escritura que surgió en aquella propuesta tuvo como disparador “la problemática de los derechos humanos y el terrorismo de Estado” y a partir de esto comenzaron a buscar los elementos, los objetos en los que se centraría la dramaturgia.
Seleccionaron “materia orgánica (huevos) para representar a los militantes políticos y cucharas, plancha, tornillos, herramientas, coladores (elementos metálicos) para representar a la dictadura militar”. Los objetos pertenecen a la esfera de la vida cotidiana y allí, anclando en sus funciones, se las resignifica para tomar otros sentidos relacionados a la violencia de Estado. Cocinar, planchar, arreglar, limpiar y ordenar vienen a desnudar ciertos modos de relacionarse.
La obra muestra un panorama histórico de nuestro país, “diferentes situaciones que aluden a momentos entre 1976 y 1982. El Mundial 78, el reclutamiento de jóvenes para la guerra, las marchas de protesta, la represión, la tortura, la apropiación de niños”.
Actúan Mónica Martínez y Sebastián Soto junto a dos actores invitados: Sebastián Pérez y Cristian Medrano.
Durante todo junio, los sábados a las 20, se presentará Derivas, los confines de Kronos, mientras que Dos silencios, farsa trágica para teatro de objetos tendrá su encuentro con el público los domingos. El ciclo se realizará en el Espacio Cultural La Trama (Entre Ríos 1437). Reservas al 341 6452887 o 341 5041395.
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