La banda local Piano Bar, que homenajea a Charly García, la está rompiendo (o demoliendo). Tras presentarse con llenos totales en Rosario, salen de gira por el país: Córdoba, Mar del Plata, Tucumán y el mítico Gran Rex de Buenos Aires.
En 2018, Tiago Galíndez (voz, guitarra y piano); Coco Utrera (bajo y coros); Sergio Álvarez (guitarras y coros); Pato Masini (piano y teclados) y Cristián Papalardo (batería) se propusieron armar una banda para salir a tocar Piano Bar, tercer (y para muchos el mejor) disco de la cosecha solista de García, grabado originalmente en 1984. Las buenas devoluciones y la química que se cocinó arriba y abajo de los escenarios se vio truncada por la pandemia, pero el proyecto no se quedó en vía muerta. “El primer show que hicimos fue en Berlín, que hace poquito cerró, y tocamos los temas de Piano Bar más el bonus track de Canción para mi muerte, que no quedó en el disco pero que Charly grabó con los mismos músicos: los G.I.T. (Pablo Guyot, Willy Iturri y Alfredo Toth) y Fito Páez”, rememora el bajista Coco Utrera, y agrega: “En la segunda presentación ya incluímos grandes éxitos de Charly y, como no teníamos nombre, quedó Piano Bar”.
Estoy cantando esta canción
Coco confiesa que con el resto de los integrantes no habían tocado nunca juntos pero que se conocían de la vida, de las noches y, por supuesto, de la música. “Después de varias veces de decir «vamos a juntarnos, vamos a juntarnos», un día nos juntamos y se armó una química tremenda, un gran grupo humano, y eso hace que la banda suene de puta madre”, asevera Utrera que ya incursionó hace un tiempo en esto de rendir homenajes musicales con Milenio, banda que reversionaba a Soda Stereo, y añade: “Veníamos laburando bien hasta que nos agarró la pandemia y nos tuvimos que guardar. Después se abrió un poquito y llegamos a tocar en la Sala Lavardén y al toque nos tuvimos que volver a guardar. Y ahora que se abrió todo completamente, también se abrieron muchas puertas para nosotros porque nos convocó una productora, Eureka Pop, y se están ocupando ellos de las fechas, la gira”. Ante la consulta de cómo se dio ese acercamiento, el responsable de los sonidos rítmicos graves señala: “Creo que fue más que nada porque ya nos venían mirando, de alguna manera nos venían siguiendo la pista y vieron que era una banda que estaba bien plantada, que sonaba bien, y se arriesgaron. Como nosotros nos arriesgamos para confiar en ellos, ellos confiaron en nosotros”. Esa confianza mutua ya dio nacimiento a un tour que llevará a los “rosarinos de Charly” por grandes teatros de la Argentina: “Arrancamos una gira que está dividida en dos partes. El sábado 2 de julio tocamos en el Quality de Córdoba y el 22 de julio en el Radio City de Mar del Plata. Ahí hay un hueco que puede que se llene con algo y después tenemos el 11 de noviembre el Gran Rex en Buenos Aires y cuando termina ese show nos vamos a Tucumán, al Teatro Mercedes Sosa”.
Una forma de amor
A diferencia de la mayoría de las bandas tributo que conocemos, en las que los integrantes se visten y cortan el pelo como los Beatles o Freddie Mercury, por citar dos ejemplos emblemáticos, en Piano Bar la cosa va por otro lado. “Más que un tributo es un homenaje”, sentencia Coco. “Si bien arrancamos pensando en hacer un tributo, nos dimos cuenta que esto es más una celebración a la vida y a la obra de García, por eso la voz acá cumple un rol fundamental pero es como cualquier integrante. No pasa que el cantante canta como García, acá el cantante es Tiago Galíndez y canta como Tiago Galíndez”, argumenta el bajista haciendo referencia al vocalista de vasta trayectoria en los escenarios locales –y que por supuesto no luce un bigote bicolor–, y remarca: “Es un león, se come al público. De hecho, en el último show lo presenté literalmente así”.
Respecto de lo arriesgado de lanzarse a la aventura de recorrer las canciones de uno de los más grandes compositores que parió esta tierra, Utrera aclara que “en las versiones que hacemos nosotros se respeta el 99 por ciento de los arreglos y son bastante parecidas”. Y detalla: “Si bien hacemos versiones subjetivas, no se pierde la esencia de la canción de García. En ese contexto, fuimos redescubriendo canciones nosotros mismos en los ensayos. Lo que pasa es que laburamos bien e hicimos muy buena química, entonces eso hace que la banda suene bien. Supongo que cualquier banda puede hacer sonar bien los temas de Charly, porque son temazos todos, pero nosotros sentimos que sonamos de puta madre”.
En la esquina pegan carteles
Sobre el final de la amena y distendida charla con este melómano amante de los vinilos, la pregunta del millón (como el millón de manos que lo aplaudían a Charly) es si sueñan con que el tipo que tiene la máquina de ser feliz se entere de la existencia de este Piano Bar rosarino y, ¿por qué no?, los vaya a ver o les haga llegar un mensaje. “Y, nosotros sospechamos que cuando vayamos a tocar en el Gran Rex se va a enterar, después lo que suceda ahí no sé”, responde y se ilusiona Coco: “Calculo que se va enterar porque ya está empapelada la 9 de julio con los afiches nuestros, de alguna manera se va a enterar”.
“Nosotros de alguna manera todo esto ya lo estamos viviendo como algo muy lindo –continúa–. Si bien de entrada, como cualquier músico, uno quería triunfar con sus canciones, bueno, estamos triunfando con otras canciones pero que también son nuestras, porque son las de García. Charly estuvo en muchas generaciones y nosotros crecimos con él y nos adueñamos de sus canciones. Es un sueño casi cumplido y de adolescente”.
Antes de despedirse y ante la consulta de “¿qué es Charly para vos?”, Coco remata: “Es el rey poderoso, le debemos todo a él”.
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