Con dos goles de Gaspar Servio de penal y otro de Alejo Véliz, el Canaya resolvió rápido el partido ante el Arse, que muy pronto quedó con uno menos por la expulsión de Christian Chimino. Fue 3 a 0, en Sarandí, por la fecha 10 del torneo local.
Rosario Central casi ni se despeinó para vencer al equipo del Viaducto. De la nada misma, el partido se le resolvió casi sólo, por méritos propios y errores ajenos. Dos penales a favor en menos de diez minutos, y un rival expulsado en el medio. Con el hombre de más y el resultado a favor, manejó sin sobresaltos el resto del encuentro.
El partido en el Julio Humberto Grondona no se armaba. Los equipos se estudiaban sin muchos avances. Pero en un abrir y cerrar de ojos, el dueño de casa cometió dos faltas en el área, ambas a Véliz, que el arquero Gaspar Servio cambió por gol. El primero ocurrió a los 14’, y el otro, a los 22’.
Este último penal –en el que le cambió el palo a su colega Alejandro Medina, nuevamente engañado– fue sancionado por el árbitro Sebastián Zunino tras revisarlo en el VAR. Luego de mirar la falta en la pantalla, también expulsó al defensor Christian Chimino, por último recurso. O por lo menos así lo entendió el hombre de negro.
Véliz, que venía dulce del clásico, pidió la ejecución del segundo penal, pero el entrenador Carlos Tévez no quiso saber nada. El joven delantero tuvo su revancha, y no necesitó de los once pasos: a los 33’ bajó de pecho una pelota, dio media vuelta y la clavó al ángulo, para liquidar, tempranamente, el partido.
Los comandados por Leonardo Madelón se asomaron al arco de enfrente cerca del final de la primera parte, con un disparo de Braian Rivero que bien contuvo Servio, quien no sólo hacía los goles, sino que también los evitaba cuando la jugada lo requería. Véliz lo tuvo de nuevo, pero entre Medina y el palo se lo impidieron.
En el segundo tiempo, Arsenal lució entregado y Central relajado. Gino Infantino casi mete un zurdazo en el ángulo, y Servio volvió a la acción para taparle un fuerte remate de Facundo Kruspzky. Y después no pasó mucho más. Así, el Apache logró hilvanar cuatro partidos sin derrotas, y con tres victorias. Una de ellas, el clásico ante Newell’s.
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