El Chapa plantó a Carlitos a las horas de asumir como DT, y ahora su hijo Mateo fue clave –con dos goles y una asistencia– para el triunfo 3 a 1 del Matador ante Central, en Victoria, en el cierre de la fecha 12.
El primer dolor de cabeza para Carlos Tevez fue a las horas de tomar las riendas de Rosario Central, cuando confirmó la presencia de Carlos Chapa Retegui en su cuerpo técnico. Pero el DT de hockey, al día siguiente lo desmintió en un programa de radio. Ahora, su hijo Mateo Retegui le arruinó la noche en Victoria, y acentuó la mala racha auriazul, que acumula dos dolorosas derrotas (ante Tigre y Central Córdoba de SdE en el Gigante) y en el medio la eliminación en Copa Argentina, a manos de Quilmes.
El delantero –cuyo pase es de Boca– no tardó ni un minuto en entrar en acción. A los 30 segundos, el volante Alexis Castro recibió en centro raso y preciso de Mateo Retegui, al que sólo tuvo que ponerle el pie para cantar el gol. Desde el pitazo inicial, Central sólo vio cómo la movía Tigre, hasta que pronto debió sacar del medio.
El dueño local se relajó demasiado con la rápida apertura del marcador, y el Canaya se adelantó en el campo. Sin muchas ideas se adueñó de la pelota, y en una jugada fortuita lo empató: a los 14’, Gino Infantino, casi sin querer, se chocó la pelota que venía desde el tiro de esquina, y se metió.
Tigre volvió a llevar peligro con un intento de centro de Sebastián Prietto, que le salió al arco y dio en el travesaño. Hasta que a los 29’, Retegui llevó a cabo una acción magistral: hizo trastabillar a su marca con un amague y cambio de pie, y ejecutó una definición a la altura de tamaña jugada individual.
Central no pudo reaccionar en el segundo tiempo. Y Tigre se agrandó. El delantero Facundo Colidio avisó de entrada, con un remate a colocar que pasó muy cerca. En otra jugada, Gaspar Servio le tapó un disparo lejano, pero Retegui, su compañero de ataque, capturó el rebote y de primera liquidó el juego, a los 13’.
Los dirigidos por Carlos Tevez lucieron entregados y sin ideas claras. Los de Diego Martínez, por el contrario, jugaron con gran comodidad lo que restaba de partido. Sólo sufrieron, en tiempo de descuento, un tiro al travesaño de Lautaro Blanco, y nada más. Central no pudo responder a las adversidades, ni en partidos anteriores ni en éste, y lo pagó con derrota, que se agrava tras la eliminación en Copa Argentina ante un equipo de la B.
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