A pesar de que la situación ha mejorado en los últimos años, todavía existen casos de discriminación a la hora de contratar a una persona. Esto no solo va en contra de la ley y la ética, sino que puede llegar a ser un problema para la productividad de la compañía, que puede quedarse sin un trabajador muy competente por ese motivo.

De manera resumida se puede definir la discriminación en la contratación cuando la decisión de no dar trabajo a una persona se debe a aspectos como la orientación sexual, su raza, la edad, su género, el estado civil o su color de piel.

Esta discriminación puede ejercerse de manera directa o indirecta. En el primer caso, la negativa a contratar a algún colectivo determinado es explícita, como cuando se publica una oferta de trabajo “solo para hombres”.

La indirecta, por su parte, es más complicada de resolver, ya que se trata de aquellas situaciones o medidas con apariencia de neutralidad pero que, en realidad, tienen un resultado negativo para los miembros de un grupo concreto. 

Discriminación por edad 

La discriminación por edad se produce cuando una empresa decide no contratar a un candidato por ser demasiado joven o demasiado mayor, sin considerar sus méritos laborales y sus aptitudes. 

En el primer caso, suele deberse a la creencia de que no se cuenta con suficiente experiencia, sin pensar que los jóvenes pueden tener más conocimientos en algunas áreas y muchas ganas de aprender, además de una gran vitalidad.

En el caso de los mayores, la experiencia acumulada deja de ser tan importante y la candidatura se rechaza por prejuicios acerca de su capacidad para estar al día con las nuevas tecnologías, la creencia de que pueden tener responsabilidades familiares o, incluso, por el temor a que exijan mejores condiciones.

Aunque este tipo de prácticas discriminatorias no están permitidas por la ley, lo cierto es que aún siguen produciéndose. Una opción para evitarlo sería no incluir en el CV la edad ni las primeras experiencias laborales, por muy valiosas que sean. Sin embargo, lo mejor es ser sincero, resaltar la experiencia y tener el currículum actualizado para que incluya todos tus conocimientos de las últimas tendencias.

Por parte de las empresas, la manera de evitar este tipo de discriminación es no dar importancia al dato, sino profundizar en las habilidades laborales del candidato, ya sean jóvenes o mayores. 

Discriminación por la orientación sexual 

El no contratar a alguien por su orientación sexual, a pesar de ir en contra de la ley, es una de las formas de discriminar laboralmente más frecuente. 

En los casos en los que se presenta no es infrecuente que la discriminación no suceda a la hora de contratar, ya que, en principio, es difícil saber la preferencia sexual de una persona a simple vista. Lo que puede ocurrir es que la empresa recurra al despido o a la no renovación del contrato cuando lo averigua. 

No es sencillo evitar este tipo de discriminación sin tener que recurrir a denunciar a la empresa y, además, cada persona tiene derecho a tener la orientación que desee sin tener que disimularlo.

Son los empleadores los que deben aprender a evitar este tipo de discriminación y tener claro que es algo que no influye en absoluto en el rendimiento del trabajador o trabajadora.  

Discriminación por motivos raciales

Posiblemente, esta sea la clase de discriminación laboral más habitual. De hecho, algunos experimentos sociales realizados en Francia y en EE.UU. demostraron que algunos reclutadores rechazaron a candidatos con nombres que parecieran indicar que eran de otra raza incluso cuando presentaban CVs mucho mejores que otros candidatos.

La manera de evitar esta discriminación, como suele ocurrir, no es sencilla. Algunos países han recurrido a legislar que todos los currículum vitae deban ser “ciegos”, esto es, sin foto ni ningún tipo de dato que pueda generar prejuicios. Sin embargo, a la hora de la entrevista personal, el problema persiste.

La formación en las empresas es la mejor solución para evitar esta discriminación. En un mundo cada vez más globalizado, mantener políticas de contratación racistas no solo es inmoral, sino que también puede provocar la pérdida de mucho talento. 

Discriminación por discapacidad

La discapacidad de los que buscan empleo provoca muchas veces el rechazo de las empresas. Aunque puede pasar que una persona afectada pueda tener dificultades para desarrollar algún trabajo concreto, realmente existen otras muchas tareas que sí pueden realizar sin problemas.

Algunos países han optado por ofrecer ventajas fiscales o ayudas a las empresas que contraten a personas de este colectivo. Con esto no solo se trata de evitar la discriminación, sino que se ha demostrado que realizar un trabajo es muy positivo para los afectados, tanto como forma de integración como para su propia autoestima. 

Discriminación por razón de sexo

En realidad, este tipo de discriminación suele afectar mucho más a las mujeres. En muchas ocasiones no se trata de que no las contraten, sino que la discriminación consiste en un menor sueldo o en menos posibilidades de ascender dentro del escalafón de la empresa.

Esta discriminación se produce cuando la negativa a contratar, el sueldo más bajo o las menores posibilidades de promocionar se producen por razón de sexo, esto es, cuando siempre se elige a un hombre a pesar de tener una misma cualificación laboral que las candidatas mujeres.

Como ocurre en la discriminación por razones raciales, los intentos de fomentar los CV ciegos no han sido demasiado efectivos. El evitar este sesgo solo está en manos de las empresas, que deben concienciarse de que no hay diferencias a la hora de desarrollar un trabajo. 

Discriminación por el estado civil

Como en el caso anterior, este tipo de discriminación lo sufren casi siempre las mujeres. Rara vez un hombre va a dejar de ser contratado por estar casado, pero en el caso de las mujeres (sobre todo a cierta edad), el matrimonio supone un punto en su contra.

Algunos empleadores justifican está actitud por el hecho de que la mujer puede quedarse embaraza y solicitar una baja por maternidad y, además, presuponen que van a estar más pendientes de los hijos y no van a cumplir con lo que les pide la empresa.

Por ese motivo, no incluir el estado civil en CV puede ser una buena idea. En teoría, tampoco hace falta contestar a preguntas personales durante una entrevista de trabajo, aunque aún existen responsables de Recursos Humanos que las hacen.

Otra manera de evitar esta discriminación es aumentar las bajas de los padres por hijos. Si ambos van a estar el mismo tiempo con esa baja, la excusa del embarazo deja de tener sentido. 

Otras razones discriminatorias para rechazar a los solicitantes de empleo

Otras prácticas de contratación discriminatoria son rechazar candidatos por su religión, su nacionalidad o el aspecto físico. 

En todos estos casos, la única manera de evitarlo es un cambio de mentalidad en los empleadores y que solo se fijen en las capacidades, experiencia y actitud de los que buscan empleo. 

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