Infancias

La invitación a pensar en un cuaderno con identidad propia para el nivel inicial es la idea que guía el libro El cuaderno en la agenda didáctica del jardín de infantes, de la educadora María Renée Candia (Novedades Educativas). Un debate que sostiene la mirada en las metas inherentes a esta etapa de aprendizajes, más que en preparar a las infancias para la escolaridad primaria. “Un cuaderno para atesorar fragmentos de esa travesía de explorar el mundo desde el jardín ¿Por qué no habilitar un cuaderno como modo de registro de experiencias?”, convida la autora. El libro se presenta este martes 1° de noviembre, a las 18, en la Escuela Normal 2, de Córdoba y Balcarce. Una convocatoria abierta a docentes y estudiantes de los profesorados.

María Renée Candia es autora de numerosos libros y publicaciones sobre nivel inicial. Es una reconocida formadora de docentes, investigadora y sobre todo una referenta de esta educación. Actualmente es la rectora de la Escuela Normal Superior. La presentación de su nuevo libro se propone como una instancia para abrir preguntas y reflexiones con docentes y estudiantes. Además de Candia, participarán de esa mesa del martes otras educadoras que aportan en el trabajo de la autora.

La investigación sobre el cuaderno en el nivel inicial -un tema inédito- la encara desde hace un buen tiempo e inicialmente junto a otras colegas de la docencia. Arrancó formalmente en 2011, en el marco de las políticas públicas convocadas desde el Instituto Nacional de Formación Docente (Infod). “Hicimos una investigación en la que acopiamos 45 cuadernos de diferentes localidades de Rosario y zonas aledañas. Empezamos este trabajo de análisis y de escritura que después seguí desarrollando, porque es un tema que me interesó”, repasa Candia de los primeros pasos que ahora se sintetizan en su libro.

La profesora siguió ese estudio reuniendo más cuadernos de los jardines y sumando experiencias pedagógicas para enriquecer su trabajo. Esa tarea de búsqueda, comparación y análisis llega a diferentes conclusiones que abren -de manera general- la discusión sobre la identidad de la educación inicial.

“Una es identificar al cuaderno como un campo problemático porque está atravesado por una serie de tensiones muy interesantes. Y una de esas tensiones tiene que ver con el título del libro –El cuaderno en la agenda didáctica del jardín de infantes-, porque el cuaderno del jardín oscila entre estar en la propia agenda didáctica o responder a las demandas de la escuela primaria”, apunta Candia.

Otra tensión la vincula con la identidad del cuaderno. “¿El cuaderno tiene una identidad que respeta los postulados de la educación inicial o es un cuaderno que se construye a imagen y semejanza de un cuaderno de un primer grado?”, se pregunta la autora y enumera una serie de prácticas cercanas a lo que pasa en un salón de primer grado, como copiar la fecha, poner el nombre, completar fotocopias o escribir sobre el renglón.

“Hay prácticas que son pertinentes pero otras que hay que revisar si realmente corresponden a esta identidad pedagógica del nivel inicial o atentan contra ella”, alerta Candia y se pregunta qué pasa, dónde queda ese “niño creativo, activo, productor, que propone pero en el cuaderno es un niño que solo completa consigna estereotipadas”.

Otra punta de reflexión que acerca el trabajo de Candia tiene que ver con “el quehacer, con qué tipo de actividades se les pide a los niños que hagan”, si los posicionan como productores o ejecutores. Y vinculada a esta idea la autora invita a pensar “si el cuaderno provoca una relación de extranjería o de autoría”: “¿El niño se hace autor de las huellas que deja en el cuaderno o simplemente es un extranjero que viene a completar algo que ya está dado de alguna manera: copiar, unir con una flecha, o dibujar tantas flores como indica el número…?”.

La educadora y formadora de docentes, Maria Reneé Candia.

¿Es necesario un cuaderno en el nivel inicial? “Sí, el tema es cómo y desde dónde se usa” responde Candia y enseguida profundiza en esa idea: “Un cuaderno para atesorar fragmentos de esa travesía de explorar el mundo desde el jardín ¿Por qué no habilitar un cuaderno como modo de registro de experiencias? En la medida en que los niños puedan utilizar distintos textos gráficos verbales y no verbales para dejar registro, ese proceso de aprendizaje que se lleva a cabo en el jardín toma una impronta más interesante, un registro con autoría, donde no todos hagan lo mismo”.

La imagen de mamás, papás y abuelas en la puerta del jardín revisando y comparando cuadernos es conocida y no pasa inadvertida en este análisis. Es que el papel que cumplen las familias en esta etapa de aprendizajes también cuenta para afianzar los propios tiempos y desafíos del nivel inicial. Candia propone poner al cuaderno de jardín en la agenda didáctica, preguntarse qué perspectiva tiene su uso, si es de aprestamiento o es de bitácora.

Recuerda que el origen del jardín está unido a una instancia preparatoria para el ingreso a la escuela primaria. Y eso lleva a otra discusión : “¿El cuaderno en la sala de 5 tiene que estar al servicio de esa función propedéutica o preparatoria del jardín o es un cuaderno que puede responder a la cuestión propia del nivel? Por eso la idea de pensar con una identidad propia”.

El acento del libro -dice la autora- está en contribuir a revisar ciertas prácticas naturalizadas en torno al uso del cuaderno: “La idea es pensar no en el cuaderno de aprestamiento, sino pensar en el cuaderno agenda, de bitácora, donde las palabras cobran sentido. Pensar en un cuaderno con identidad propia, donde cada uno pueda ser autor de lo que registra pero también que tenga herramientas para hacerlo”.

Más lecturas, más preguntas

Tapa del libro El cuaderno en el jardín de infantes.

El cuaderno en la agenda didáctica del jardín de infantes. Inscribir el mundo sobre el papel. Trazos de la alfabetización desde la temprana infancia -tal el nombre completo del libro- pertenece a la colección 0 a 5 de Ediciones Novedades Educativas. La autora María Renée Candia subraya que lo escribe junto a una “polifonía de voces”, que aportan diálogos, preguntas y experiencias alrededor de la investigación que encara.

El prólogo es del profesor e investigador Daniel Brailovsky que de entrada resalta que el libro de Candia “pone el cuaderno bajo la lupa de la investigación”. De manera provocadora, el educador suma a la lectura de este libro -por lo menos- a las maestras y maestros de los primeros ciclos y a quienes se forman en el oficio. Escribe Brailovsky: “Entrar a este libro es entrar, sí, a una serie de argumentos y trazos investigativos alrededor del cuaderno-agenda en el nivel inicial. Pero también, al recorrer el libro, se recorre una pregunta, renovada y lúcida, acerca de las formas de lo escolar en el nivel inicial, y también en general. Tanto se ha dicho que el jardín prepara para la primaria (¡hasta no hace tanto, lo llamábamos «pre-escolar»!) y tanto nos vemos tentados de ver al cuaderno como un instrumento de ese rol propedéutico, que tal vez llegue a pasar inadvertida la hipótesis contraria: la progresiva jardinización del primer ciclo, en el que desde hace tiempo se vienen desarrollando prácticas cada vez más inspiradas en los valores pedagógicos de la educación infantil”.

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