Ca7riel y Paco Amoroso se presentaron en el Hipódromo con un show muy aceitado y a la altura pero con olor a despedida, más allá del disco en camino y de la gira internacional que los trajo a Rosario.

Con la misión de “cubrir” la gran noticia de la vuelta de Ca7riel y Paco a la ciudad de Rosario ingreso al Hipódromo por la entrada de artistas ante la atónita mirada de los seguridad que no tienen la menor idea de quién soy pero se abren paso ante mi frase mágica: “Soy prensa, estoy acreditado”. 

Lo primero que veo al llegar a las gradas del hipódromo convertidas en camarines es a Catriel y dos integrantes de su banda, Tomi Sainz y Anita B Queen, jugando al fútbol. Me presento y me sumo a hacer jueguitos con ellos. La idea es que el balón no toque el suelo y a cada pase que nos damos por el aire se pronuncia sílaba por sílaba el elenco de los MiDaChi: “Da-dy Brie-va, Mi-guel del-Sel, Chi-no Vol-pa-to”. Tras varios intentos logramos completar la frase y luego de desearles un buen show los dejo tranquilos en su camarín.

La tarde se hace noche y la gente ingresa al predio mientras suena Serú Girán en los parlantes, decisión que, sospecho, no es azarosa. El encargado de prensa del evento se da cuenta de mi presencia y me expulsa del paraíso, es que no tengo la preciada pulsera rosa. Por suerte me encuentro con amigos entre la plebe que ve el recital en el campo. 

Key Biscayne abre el juego

La apertura de la noche está a cargo del trapero nacido en Villa Constitución; Key Biscayne, que ya había hecho delirar a la gente en este mismo lugar abriendo el recital de YSY A con las canciones de su flamante nuevo disco Hotel Paranoia. Junto a él se presentan Jeikidd y Troubless, otros grandes nuevos exponentes del trap y el hip hop rosarino.

El sonido muestra fallas, las frecuencias agudas y medias no llegan a distinguirse, problema que persistirá durante la presentación del show principal. Pero eso no impide que la imantación que ejerce Key Biscayne seduzca a la gente que aplaude cada uno de sus siete temas mientras va llenando el Hipódromo. El presente del muy joven y talentoso “Keybis” augura un futuro de multitudes saltando a la par de su voz.

El regreso de los héroes a Rosario

Como estaba anunciado, cerca de las 21.30 las luces se apagan. La gente comienza a delirar y ante un cielo despejado Ca7riel y Paco Amoroso, envueltos en trajes de lentejuelas plateadas, se suben al escenario del Parque Independencia.

La banda que los acompaña es una aplanadora, aún cuando fue modificada enteramente. 

Ante el éxito que tuvo en su momento la ATR band, los anteriores músicos de los chicos fueron siendo fichados por artistas como Vicentico, Marilina Bertoldi, Tini y Duki y allá fueron. Con respecto a esto, resuena una frase que Ca7riel soltó al viento cerca del final del recital señalando a sus actuales músicos: “Aguante los pibes”.

El difícil público rosarino está extasiado, pero no salta demasiado, lo cual genera un “pongan huevo, loco” de parte de Cato. Ante esta arenga, comienzan a armarse las famosas “ollas” y el pogo se intensifica. 

Foto: Giulia Antonelli

La música es la de una banda absolutamente ajustada, de artistas que dominan a la perfección cada compás. Profesionales, apasionados y originales. Es entendible que el público esté compuesto en su totalidad por jóvenes que se vuelven locos y locas por el dúo. Un rito de música adornada por la sensualidad y la apreciación de los ídolos. En una palabra: Rock.

La totalidad del espectáculo está finamente cronometrada y coreografiada. Los frontmen saben donde se tienen que parar en cada canción para que la luz los ilumine de manera adecuada. Saben exactamente cuando el humo que sale de debajo del escenario va a acentuar los golpes más violentos del bombo del excelso Tomás Sainz (baterista vuelto recientemente de Turquía donde la empresa Istanbul lo convocó para fabricar un platillo diseñado por él). Sin embargo, más allá de que a Catriel y Paco se los nota disfrutar, con el pasar de las canciones tengo la sensación de estar viendo una banda ensamblada. Se suceden las canciones de dos en dos: dos del disco solista de Paco Amoroso, llamado Saeta, luego dos del disco solista de Ca7riel, titulado El Disko. Y mientras cada uno hace lo suyo, el otro se repliega para aportar algunos pocos coros, inclusive en ocasiones se bajan del escenario para dejar hacer a su coequiper. Aun así se toman el tiempo de sentarse en el piso del escenario para interpretar juntos alguna canción y se compenetran de cara al aliento del público.

El futuro

El dúo está presto a publicar su primer disco (hasta ahora sólo habían lanzado singles) y viene de una gira por Latinoamérica y Europa. Pero la sensación es que se están despidiendo para hacer cada uno lo que le apetece más. En el caso de Paco Amoroso, parece ser convertirse en un cantautor de baladas de amor, como Sergio Denis, Sandro, Raphael o tantas otras grandes personalidades que marcaron a fuego a varias generaciones. De hecho, ya comenzó a construir la mística de su personaje cuando los programas de la tarde cuchichearon sobre su relación con la mediática Adriana Aguirre. Paco puede ser todo lo que se proponga y mucho más, sin perder jamás su valor como artista y lo genuino de su expresión, porque como dice abrazado a su amigo Catriel mientras canta la canción que hizo con Bizarrap: “La hicimos desde abajo”.

Por otra parte, Catriel es un artista con una dimensión más oscura. Él mismo cuenta en sus letras que está vacío pero llena salas, que espera no ahogarse con los culos que aparecen en su celular y hasta que se tatuó una guadaña en la espalda. El futuro de Cato resulta más incierto, aunque ya anunció por sus redes sociales que reformará una vieja banda de heavy metal llamada Barro y que será “de esas que duran para siempre”.

Foto: Giulia Antonelli

Esperemos que no, pero esta pudo haber sido la última oportunidad de ver a estos dos excelentes músicos actuando juntos, al menos por un buen tiempo, porque la historia tiende a ser cíclica. 

Creímos en las coincidencias entre 1986 y 2022, que nos llevaron a ser campeones del mundo (nota de color: en la previa del show el público cantó el famoso “muchachos…”), y yo creo que aquella historia de dos Illya Kuryaki que se terminaron separando, se puede volver a dar. Y enhorabuena, porque en aquel caso, esa separación temporaria habilitó dos grandes carreras con estilos completamente diferentes: la de Emmanuel Horvilleur y la de Dante Spinetta. Ambos sacaron discos y canciones memorables.

Y para terminar, siempre es mejor hacer las cosas con el corazón, como las hacen Ca7riel y Paco Amoroso, y no con el bolsillo. La historia de dos amigos que se unieron en la búsqueda de un sueño y que al concretarlo necesitaron descansar de él por tres años. Ahora vuelven, quizás para despedirse. Sólo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, Rosario y el mundo disfrutaron de verlos brillar.

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