“Dediqué un cuatrimestre a Robert Fludd, genio del Renacimiento. O sea, entre enseñar la relación analógica entre el microcosmos y el macrocosmos, entre escuchar, con todo el cuerpo, la callada música que mueve al universo, o analizar que se le vio el calzón a tal, el Ministerio no duda, el Ministerio quiere calzón, doctor. Las autoridades quieren que yo les enseñe a los futuros comunicadores y periodistas los entresijos del muy quinto calzón. Fludd inventó el ungüento de defensa, una pomada que no se aplica en la herida, sino en el arma que la causó. Bueno, que conste en su informe que considero, en mi respetuosa opinión, que los funcionarios tienen que untar sus computadoras y televisores con la célebre pomada de Fludd. El daño que padecen sus cerebros es importante, y la zona afectada, de difícil acceso. Doctor, puedo decir con orgullo que dediqué mis modestos esfuerzos a discutir con mis alumnos De Música Mundana de Fludd. Los estudiantes lo disfrutaron. Siempre respeté el diseño curricular de la institución, con devoción. En el caso que nos ocupa, planteamos el trabajo a partir de las nuevas tecnologías, en este caso Youtube. Pero hay maneras y maneras de utilizar las herramientas, doctor. Revisemos las noticias de hoy, por ejemplo: Una piara desbocada se devoró a un grupo de agentes de bolsa en pleno centro de la ciudad. Como perros cimarrones. Enrique Molina describe a esos bravos canes en Una sombra donde sueña Camila O’ Gorman, una maravilla de novela. Pero no, estos eran cerdos, no perros, eran cerdos de pesadilla, en pleno siglo XXI, cerdos con chips, pero desbocados, cerdos con trazabilidad, como tanto se dice ahora, pero que vienen y te comen. O sea, trabajadores que salen a comer y, en cambio, son comidos por cerdos salvajes. El regodeo en eso, en ese tipo de noticias, todo el día, es lo que hace daño. Hay que enseñarles esto a los futuros periodistas. Los insto a cultivar el rechazo del sarro de los falsarios. La delectación morosa y morbosa en el meconio. Porque esa no es la realidad, les enseño. Es la forma en que se la construye para enfermarnos. La realidad no es traducible, doctor. Y menos en palabras. No quiero evadir mi responsabilidad por lo que ocurrió en el aula. Pero deseo que se cuenten las cosas como sucedieron. Y que el Ministerio me evalúe teniendo en cuenta el contexto. La inmersión en ciertas noticias es como hundirse en un mar de bosta. Y lo hago, porque es parte del programa, y lo respeto. Pero cuando me sumerjo en esas fosas abisales de meconio, el Ministerio calla. Y eso sí me produce problemas de salud y desequilibrio emocional. Pero no escandaliza a las autoridades. Quiero dejar esto en claro. El problema vino a partir de una investigación que hicimos con el curso. Trabajamos como verdaderos investigadores. Pero algunos prefieren describir cómo a tal se le levantó la pollera. Eso les gusta, eso sí tiene que estar en las currículas de las escuelas de periodismo. Ahora bien, cuando encontramos que las mismas herramientas tecnológicas pueden ofrecernos otra cosa, cuando encontramos una verdad fundamental, una verdad profunda en un simple video, en un inocente video musical, es ahí cuando las autoridades me cuestionan. Resulta que la primavera, desde tiempos inmemoriales, es época de sabiduría para la Pachamama. Tiempo de conocimiento y de amor. Y de comunión entre el macrocosmos y el microcosmos. Y en el video que trabajamos todo eso está, claramente sintetizado, expuesto, no sólo en la letra de la canción, sino también en el lenguaje gestual. En la composición de una coreografía, la coreografía como movimiento colectivo y acompasado de los cuerpos. Pío pío pío, pío pío pa, siempre en primavera hay felicidad. Veo en los parques, muchachas, muchachos, tomados de la mano y hablando de amor, es la primavera que trae nueva vida, que hace que la gente se quiera mejor. Pío pío pío, pío pío pa, siempre en primavera hay felicidad. Pío pío pío, pío pío pa, siempre en primavera hay felicidad. El cielo tiene un azul más brillante, los árboles se visten de nuevo verdor, los pajaritos trinan cantando su alegría, en la primavera anunciando amor. Pío pío pío, pío pío pa, siempre en primavera hay felicidad. Así dice la letra de la canción. En el aula trabajamos con el video musical de Pío pío pa que grabó el boxeador Oscar Ringo Bonavena en 1968. Sólo un boxeador, y sólo Bonavena, pudo transmitir, también con el cuerpo, la filosofía de Fludd que la canción expresa. No, no es subliminal, yo no dije eso. Intentaré ser más claro. No quiero que tergiversen lo que digo. Hay una analogía entre el microcosmos y el macrocosmos. La primavera es el momento de esplendor de esa analogía. La plenitud. El baile de Bonavena, sus movimientos, expresan esa analogía. Sólo él, que combatió con Muhammad Ali, sólo él pudo hacerlo. Él que fue un rival de fuste para el boxeador con el nombre del Profeta. Sí, y durante el pesaje, lo llamó gallina. El denominado Renacimiento europeo se desarrolló a través de la sabiduría de los maestros árabes. Hay una conexión entre Fludd y Bonavena, que combatió con Mohammad Ali. Con las enseñanzas de ese video, y con la canción, los alumnos y futuros periodistas lo comprendieron. Mejor dicho, lo comprendimos. Todos juntos construimos las preguntas sobre la armonía cósmica. Y todos juntos, con todo el cuerpo, como un sólo cuerpo, experimentamos la incapacidad de lo simbólico para dar cuenta de lo real. Comprendimos que lo simbólico no puede rozar siquiera lo real. El baile de Ringo es la escenificación corporal, en forma de movimiento, de la sibilina brecha ontológica. Lo comprendimos juntos, con la danza y con el pío pío, sonido inarticulado que denuncia la inanidad del lenguaje y todo lo simbólico. Lo interrogamos juntos. Y luego lo vivimos, con todo el cuerpo. Entiendo que no es obligación de los directivos del instituto, ni de los funcionarios del Ministerio, apreciar el hallazgo. Por eso me esfuerzo en explicarle a usted, doctor, colega de Fludd, el sentido de mis clases. Por eso el director del instituto se encontró con todo el curso en armonía con el cosmos, todo el curso danzando sobre los bancos, bailando con Ringo, cantando pío pío, replicando en el aula la coreografía del video que estaba siendo reproducido, claro, a un volumen muy alto. No fue un mero bailongo, fue el resultado de nuestro trabajo. Pío, pío, doctor, pío, pío pa. Ringo reconstruye y subvierte la famosa coreografía de Martha Graham, Lamentación. Ringo convierte la tristeza de la decadencia y la muerte en la alegría y el esplendor de la primavera, doctor. Puedo repetirlo ante usted y ante todas las juntas médicas que sean necesarias: Pío, pío, pío, pío, pío pa. Les canto, doctor, a usted, y a mil y mil y quinientas juntas médicas y de medicinas juntas: Pío, pío, pío, pío, pío pa”.

¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 700 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semClarario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.

  • Sadop Rosario pidió un 35% de aumento salarial

    El secretario general del gremio de la docencia particular, Martín Lucero, aseguró que “si
  • Los siete Locos

    El Marcelo Bielsa de Newell’s, Vélez, Athletic Bilbao, Leeds United, y las selecciones de
  • Solidaridad de clase

    Beatriz Introcaso, titular de Coad, habló de la “desazón” en las universidades por las pol
Más notas relacionadas
Más por Pablo Bilsky
Más en Columnistas

Un comentario

  1. donkey kong

    01/06/2023 en 5:06

    A very meaningful and profound story. However, what is the problem you are talking about.

    Responder

Dejá un comentario

Sugerencia

Sadop Rosario pidió un 35% de aumento salarial

El secretario general del gremio de la docencia particular, Martín Lucero, aseguró que “si