Representantes de Rusia y China se reunieron para ratificar la fortaleza de la relación bilateral contra los ataques de Estados Unidos y la Otan. Señalan que Occidente viene trabajando, además, en detrimento de los países en desarrollo.
Para Estados Unidos, Rusia y China son los países que desafían más abiertamente sus pretensiones de ser la única potencia hegemónica mundial. Los consideran los rivales a vencer. En función de este objetivo es que el mundo está presenciando una suerte de secuela de la Guerra Fría. Y en esta ofensiva Estados Unidos no está solo. Buena parte de Europa (la que se subordina a los intereses del imperio), y lo que se suele denominar “Occidente” participan de esta embestida. En este sentido, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) se sumó a la cruzada desde el principio, y viene señalando que China y Rusia son “las potencias a contener en la próxima década”. La guerra en Ucrania, que ya cumplió un año, unió y envalentonó todavía más a “Occidente”. Pero también fortaleció la alianza de sus rivales.
La respuesta de Rusia y China fue contundente. El secretario del Consejo de Seguridad ruco, Nikolai Patrushev, recibió este martes 21 en Moscú al ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, y en el encuentro ratificaron la fortaleza de la relación bilateral, de acuerdo a informes separados de ambas partes, según informó el sitio de noticias del canal venezolano Telesur.
El representante de Rusia afirmó que Beijing es “la principal e insustituible prioridad de la política exterior de Rusia”.
Al mismo tiempo, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia subrayó que “el Occidente colectivo” está actuando tanto contra la Federación Rusa como contra China, y trabajando también “en detrimento de los países en desarrollo”.
Patrushev enfatizó que la profundización de la coordinación entre Rusia y China en el ámbito internacional es ahora de particular importancia.
Por la parte china, Wang dijo que “las relaciones chino-rusas son maduras y sólidas como una roca, soportarán las pruebas de esta variable situación internacional”.
La visita de Wang se produce luego de conocerse que Ucrania recibió un plan para una solución pacífica del conflicto con Rusia, desarrollado por China. Moscú prometió estudiar la propuesta.
El canciller ucraniano Dmitry Kuleba se reunió con Wang Yi el domingo en Munich en una conferencia de seguridad y habría abordado detalles de este plan, que todavía no se hizo público.
Apenas unos días antes de que Rusia interviniera en las autoproclamadas repúblicas al este de Ucrania en febrero de 2022, el presidente ruso Vladímir Putin y el presidente chino, Xi Jinping, firmaron una asociación estratégica.
China quiere paz en Ucrania
“Estados Unidos ha estado acusando falsamente a China de ofrecer armas, a pesar de que Estados Unidos mismo es la mayor fuente de armamento para el campo de batalla de Ucrania. ¿Qué está tramando Estados Unidos?”, señaló el gobierno chino a través de su cuenta oficial en la red social Twitter.
“Un año después, la crisis de Ucrania nos ha enseñado que la lucha no produce ningún ganador y que el diálogo y la negociación son la única salida. Todas las partes, en particular los principales países, deben ayudar a buscar un arreglo político en lugar de echar leña al fuego o beneficiarse de la crisis”, señaló China a través del mismo medio.
En este marco de tensión, el ministro de Exteriores, Qin Gang, abogó por una solución pacífica del conflicto ucraniano mientras instó a “los países interesados” a no intensificar las hostilidades y a promover el diálogo, informó Telesur.
El canciller asiático hizo este llamado durante la presentación del documento de la “Nueva Iniciativa Global de Seguridad”, y señaló que su país “está profundamente preocupado por la escalada del conflicto ucraniano”.
El diplomático aseguró que su país “cree en la promoción de la paz mediante el diálogo” por lo que “trabajará con la comunidad internacional para promover el diálogo y la consulta, abordar las preocupaciones de todas las partes y buscar la seguridad común”.
Al mismo tiempo, instó a que “algunos países dejen inmediatamente de avivar el fuego, dejen de echar la culpa a China y dejen de promocionar que la Ucrania de hoy es el Taiwán de mañana”.
“Estamos firmemente en contra de cualquier forma de hegemonismo y política de poder, en contra de la mentalidad de la Guerra Fría y de la confrontación en bloque, y en contra de cualquier interferencia extranjera en los asuntos internos de China”, destacó.
En este sentido, el ministro apuntó que el gobierno de su país “defenderá resueltamente la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China, así como la equidad y la justicia internacionales”.
“El progreso de China es inseparable de un entorno seguro a nivel mundial. De la misma manera, sin la seguridad de China, no habrá seguridad mundial”, aseguró Qin.
Las declaraciones son una respuesta directa al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que acusó a China de pretender enviar lo que denominó como “apoyo letal” a Rusia para su uso en el conflicto ucraniano mientras advirtió que ello podría tener “graves consecuencias”.
“Hasta ahora hemos visto que proporcionan apoyo no letal a Rusia para su uso en Ucrania. Nuestra preocupación ahora se basa en que están considerando brindar apoyo letal, según la información que tenemos”, dijo Blinken en declaraciones a la cadena estadounidense CBS.
Tras la acusación, el vocero de la cancillería china, Wang Wenbin, aseguró: “Nunca aceptaremos que Estados Unidos imponga cómo deben ser las relaciones chino-rusas”.
“La posición de China sobre la crisis en Ucrania se puede resumir en una frase, y es promover la paz y el diálogo. Es lo que está pidiendo la comunidad internacional”, agregó Wang.
El portavoz también instó a Estados Unidos a “reflexionar sobre lo que ha hecho” y a “dar pasos prácticos para enfriar la situación y promover la paz”.
También sostuvo que la “asociación estratégica” entre Rusia y China se basa en “la no confrontación y la no selección de terceros países”, por lo que no aceptan que Washington “señale con el dedo y coaccione las relaciones entre Beijing y Moscú”.
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