Los viernes de mayo se presenta Tom en la Granja. La obra del canadiense Michel Marc Bouchard, que aborda la homofobia y sus consecuencias en los vínculos que se tejen, llega con su versión local a Espacio Bravo (Catamarca 3624).
Aquiles Pelanda, que comanda el grupo que lleva adelante esta obra del dramaturgo canadiense Bouchard, no sólo es el director general del proyecto sino que actúa interpretando a Tom. Aquiles comenzó su relación con el teatro siendo un niño, cuando aún vivía en Villa Constitución. “Había un centro cultural municipal que tenía un taller que tenía que ver más con cuestiones lúdicas y de juegos pero que estaba orientado a la actuación y al teatro”, recuerda Aquiles. Luego, ese interés mermó pero sólo para renacer a tiempo. “Cuando terminé la escuela secundaria me empecé a interesar de nuevo por el teatro y por la actuación de una manera más seria. Ya no me gustaban los talleres donde se jugaba, donde se iba solamente a divertir sino que me parecían más interesantes los lugares donde se producían escenas, donde el profesor te enseñaba alguna técnica para lograr algo en escena. Eso lo encontré más en Rosario”.
En la obra Tom se enfrenta a la muerte de un ser muy querido, en un ambiente hostil. “En una granja perdida, cuatro personajes son reunidos por un muerto que alguna vez fue un buen amante, un hijo que escapó, un hermano triste y negado, un falso novio”, invita la sinopsis.
Aquiles se vio fascinado por todo lo que abarca la obra. “Si bien la historia hace pie en la homofobia, desde ahí se dispara hacia otras problemáticas. Podría parecer que la obra sólo habla de la homofobia y la intolerancia a las sexualidades disidentes, pero también trata temas como las consecuencias a partir de la muerte de un ser querido y la incidencia de la mentira y de los lazos familiares, entre otras cuestiones. Es un momento muy importante para visibilizar los derechos y los cambios de paradigma”.
“Lo que siempre surge en la charla con los actores y con parte del equipo después de ensayar y de hacer una lectura general es que, más allá de que las cosas están cambiando mucho, de a poco, en lo singular, en lo íntimo, las personas con sexualidades disidentes aún sufren el dolor y la angustia de lo que eso significa”.
El personaje de Tom llega a una granja en un pueblo totalmente alejado, en un lugar totalmente hostil y violento. “Ese contexto hace más difícil visibilizar todas estas cuestiones por esto del pueblo chico y el infierno grande. Y con esto siempre me acuerdo de algo que dice el autor y algo a lo que hace referencia siempre en las entrevistas: que los homosexuales aprenden a mentir antes que a amar. Creo que la obra habla también de eso, sobre las consecuencias de estas mentiras”.
Aquiles conoció la obra a partir de la película de Xavier Dolan. “Cuando vi la película me interesó mucho, me pareció que era un texto muy rico y me puse a investigar acerca del autor, de los actores, de todo lo que tenía que ver con la película y me encontré con que estaba basada en una obra de teatro”. Eso fue hace alrededor de diez años y, aunque parezca poco tiempo, en ese momento era mucho más difícil conectarse.
“No era tan fácil escribirle por Instagram o por Facebook a alguien, o conseguir un mail, o un número de teléfono, era un poco más complicado. En ese momento, me acuerdo que le envié mensajes al director de la película en un Facebook que había encontrado pero nunca fueron respondidos. A los actores también les habré enviado algún mensaje y nunca me respondieron pero la investigación me llevó a contactarme con el traductor y el director de la versión teatral que se hizo en México, que se llama Boris Schoemann y que hoy es un conocido amigo, que fue quien finalmente me pasó la versión en castellano. Imprimí esa versión y ese mismo día la leí. Creo que en media hora me la devoré porque me pareció una obra magnífica, redonda, en la que había mucha poesía, mucha violencia. Me pareció muy interesante. También me pareció que era muy difícil de hacer, casi inalcanzable para mí en ese momento. Entonces la puse en un cajón y quedó ahí”, recuerda el director.
Con el tiempo, Aquiles comenzó un taller con Oscar Medina en Rosario y también viajaba a Buenos Aires a estudiar con Helena Tritek. Así conoció a “mucha gente muy valiosa y comprometida con el teatro” y pudo armar un equipo con el que hoy trabaja. Fue así como finalmente pidió los derechos de la obra, directamente al autor, y para su sorpresa obtuvo una respuesta positiva inmediata. Incluso les dio los derechos por muy poco dinero. “Nos hizo un gran favor de no cobrarnos tanto porque todo estaba dolarizado. Nos hizo precio, por así decirlo”.
Desde que comenzaron los ensayos estuvieron en contacto con Michel Marc Bouchard, que vive en Canadá, y charlaron mucho “acerca de la propuesta para la obra, y la puesta en escena”. Finalmente lograron estrenarla en 2019 y antes de la pandemia hicieron cuatro funciones. “Dentro de ese mes nos dio la noticia de que iba a viajar a Argentina para ver la última función así que ahí pudimos conocerlo. Vino a ver nuestra obra, nos dio una devolución y compartió unos días en Rosario con nosotros. Fue un gran momento”.
El elenco lo conforman Lucía Dominissini, Leandro Iossa, Aquiles Pelanda y Paula Luraschi. Leandro Doti está en la asistencia general y Esteban Trivisono, en entrenamiento actoral. La coreografía es de Imanol Muñoz, la realización de escenografía y montaje de Danilo Molinos, y el diseño lumínico y la operación de Igal Chami.
Tom en la granja puede verse los viernes de mayo, a las 21.30, en el escenario de Espacio Bravo de Catamarca 3624.
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