
“Impulsar las salas de 3 para extender la escolarización, garantizar la alfabetización, promover escuelas técnicas de nivel secundario y la formación técnico profesional para el mercado laboral, formación docente e infraestructura escolar adecuada”, apuntaba el candidato a la gobernación de Santa Fe por Juntos por el Cambio Maximiliano Pullaro, el 10 de julio pasado en su cuenta de Twitter.
Antes, en abril de este año, se dio tiempo para recibir a la agrupación de docentes y padres que se presentan “por la educación” y escuchar sus planteos. Tras ese encuentro, el diputado provincial y ex ministro de Seguridad de Santa Fe dijo: “Tenemos que mejorar la calidad educativa, asegurar los 180 días de clases, volver a la evaluación por materia, invertir en las mejoras edilicias, revisar los contenidos pedagógicos, apoyar a los docentes, ofrecer formación continua, innovar y construir un sistema educativo serio, de calidad, que le permita a los alumnos salir con los conocimientos que necesitan para enfrentar el futuro con seguridad y esperanza”.
En ese encuentro de los autodenominados “por la educación” participó una candidata a concejala de la lista Unite Somos Vida (Amalia Granata), que en estos días se burló por las redes sociales de la recuperación del nieto 133. Solo un perfil de quienes se sientan en la mesa con este candidato.
Me parece a mí o estos encuentran un nieto cada vez que tocan fondo? pic.twitter.com/DDMGIwFsu0
— Virginia Valenzisi (@virgivalen) July 28, 2023
Volviendo a las promesas electorales de Maximiliano Pullaro en materia de educación, más que decir que para eso hace falta decisión política, nunca explicó en detalle cómo llevaría adelante esas medidas. Porque la calidad educativa puede entenderse de muchas maneras: desde el derecho o desde el mercado. Y los 180 días de clase como lo dice la ley: la obligación de los Estados de asegurar las jornadas escolares pagando en tiempo y forma a sus docentes o ir a la escuela aún con una pandemia y estableciendo el presentismo. Ni hablar de discusiones pedagógicas tan complejas como la alfabetización o la evaluación.
Pullaro no lo explica, al menos por el momento no lo dice con todas las letras. Sin embargo, ya tenemos algunas certezas de los ojos con los que mira, del lugar desde donde se para a definir lo que proyecta como sus políticas públicas. A lo que se abraza.

El candidato radical de Juntos por el Cambio se ha mostrado firme y decidido en expresar su apoyo al gobernador de Jujuy y precandidato a la vicepresidencia de la Nación, Gerardo Morales. Fue uno de los primeros en apoyar la represión que Morales lleva adelante contra el pueblo jujeño, en especial contra la docencia que reclama nada menos que salarios justos y dignidad en el trabajo, y que ha recurrido a prácticas de la dictadura en ese afán de callar el reclamo popular. Y, ya que estamos, que mantiene presa a Milagro Sala desde hace más de siete años.
“Quiero manifestar mi apoyo al gobernador Gerardo Morales. En Jujuy se debate una Constitución en una convención elegida por el pueblo. Repudiamos los hechos de violencia y vandalismo que quieren volver a los tiempos de Milagro Sala donde se imponía la fuerza a la voluntad popular de los argentinos que queremos vivir en paz, con Justicia, orden y trabajo. Que el Presidente y su Vice se hagan cargo de su responsabilidad. Desde cada provincia de la Argentina vamos a cambiar esta realidad y vamos a volver al país de la cultura del esfuerzo, el trabajo y la educación”, manifestó Pullaro el 20 de junio pasado, en su cuenta de Twitter, al tiempo que se conocía la brutal represión.
Quiero manifestar mi apoyo al gobernador @GerardoMorales. En #Jujuy se debate una Constitución en una convención elegida por el pueblo. Repudiamos los hechos de violencia y vandalismo que quieren volver a los tiempos de Milagro Sala donde se imponía la fuerza a la voluntad…
— Maximiliano Pullaro (@maxipullaro) June 20, 2023
El domingo 17 de julio por la noche, tras ganar la interna de Juntos por el Cambio en la provincia y perfilarse como gobernador de Santa Fe, Pullaro se abrazó una vez más con Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. Los candidatos de una de las fórmulas a la presidencia se apuraron a viajar a la provincia y marcar el terreno.
Más de esos abrazos
Morales y Larreta dicen claramente lo que van a hacer en caso de llegar a la presidencia de la Nación. Porque son gobierno, porque buscan afianzarse en la derechización que recorre la Argentina y porque compiten con Patricia Bullrich para ver quién es más mano dura y antipopular.
Cuando hablan de tener 180 días de clases es a cualquier precio: con salarios miserables y sin la garantía constitucional a protestar. Y que los pibes estén en las aulas para así asegurar el negocio educativo.
El pasado lunes 30 de julio, Rodríguez Larreta desparramaba por redes y medios hegemónicos afines, y ante un paro docente fijado para esa fecha, que como parte de la “Revolución educativa” que llevan adelante, “las transformaciones requieren determinación”. Y de inmediato anunciaba castigo para quienes reclaman, premios para quienes no paran: “No nos dan lo mismo los docentes que trabajan con esfuerzo y compromiso, que son la gran mayoría, que aquellos que no. Por eso, en la Ciudad tomamos la decisión de premiar a quienes no pararon y siguieron dando clases siempre, como corresponde. Será un reconocimiento económico proporcional a su asistencia. Mañana un grupo minoritario quiere castigar a algunos estudiantes y que no puedan ir a la escuela por esta medida. No van a poder. Las escuelas estarán abiertas y este grupo politizado no generará el daño que busca. En la Argentina que viene LA EDUCACIÓN NO PUEDE PARAR: el docente que para no cobra y el que no para gana más”.

La vuelta del presentismo, la cercenación de derechos laborales, la enseñanza en condiciones miserables: lo que hace y anuncia Larreta en caso de llegar a ser presidente, y que ya cuenta con el abrazo de Maximiliano Pullaro.
La mercantilización educativa, la tendencia a la privatización de la enseñanza, es rechazada en la ley de educación nacional (26.206) y ha sido varias veces denunciada por la Ctera.
En esta semana, el diario Tiempo Argentino señalaba las pretensiones de la administración de Juntos por el Cambio de privatizar la educación pública, algo que “se profundizó en los dos últimos mandatos de Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno”. Se citan varios ejemplos de esta afirmación, el último y bien elocuente es la oficialización “de la contratación directa de la empresa Pearson Education S.A de capitales británicos, por 179.200.000 de pesos, para la enseñanza del idioma inglés a alumnos de nivel primario y secundario en las escuelas y colegios estatales. Las clases se dictarán vía remota”.
Desde la UTE (Unión de Trabajadores de la Educación) rechazaron la tercerización de la enseñanza de inglés en las escuelas públicas de la Caba. Y alertaron que esa negociación se realiza con Pearson Education, “una de las empresas que forma parte del mapa de mercantilización y privatización de la educación”. Capitales que también están detrás de las Pruebas Pisa (las que marcan los errores que ya se saben y después venden los servicios para subsanarlos).
El sindicato de Caba recuerda que la falta de docentes “es producto de la sistemática persecución y el permanente hostigamiento, sumado a la sobrecarga laboral que estructuran la política educativa de la ciudad”, gobernada por Rodríguez Larreta. “En vez de cumplir con la obligación de garantizar docentes para cubrir los cargos vacantes, el gobierno contrata a una organización del exterior para que lo haga, evadiendo así toda su responsabilidad de garantizar profesores titulados e idóneos para tal fin. A su vez, los docentes contratados están por fuera de todo marco regulatorio del sistema, avanzando en la precarización de la tarea pedagógica”, denuncian en un comunicado.
Se trata de otra muestra más –concreta y clara– de las políticas educativas de Juntos por el Cambio, que se profundizarán en caso de llegar a la presidencia de la Nación. También esto es lo que saluda Pullaro.
A la anulación de derechos laborales, la represión de la protesta y la mercantilización de la enseñanza que caracterizan las políticas educativas de Juntos por el Cambio, en sus diferentes versiones, se suman otras medidas que hablan de la concepción de infancias y derechos humanos a los que suscriben.
Con el aval del gobernador Gerardo Morales –a través de su Ministerio de Educación– en Jujuy funcionan “academias premilitares” a las que las niñas, niños (desde los 7 años) y adolescentes asisten con uniforme militar o policial, además de realizar “actividades destinadas a los cuarteles, como marchar, hasta la de realizar prácticas que asemejan al combate”, tal como describe un artículo publicado por Página 12.
La meta de estas escuelas “es formar en el orden y la disciplina para transformarlos en futuros integrantes de las fuerzas de seguridad tanto nacional como provincial”.
En esa mirada militarista sobre las infancias y las adolescencias se inscribe también el saludo de Pullaro con Morales.
Patricia Bullrich piensa igual. Lo dice de otra manera, pero va en la misma línea de pensamiento y acción que sus competidores de la interna. En la semana que pasó, se despachó contra las convenciones colectivas de trabajo, es decir: anular las paritarias. Y algo mucho más grave: descalificó el juzgamiento por crímenes de lesa humanidad, hablando de militares injustamente presos.
Cuando era ministra de Seguridad de Macri, en el último año de gestión, Bullrich implementó el “Servicio Cívico Voluntario en Valores”, con el aval del entonces ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro. Estaba destinado a jóvenes que tuvieran entre 16 y 20 años e implementado a manera de experiencia piloto por Gendarmería Nacional.
“Ofrecen este Servicio Cívico en el mismo momento que desfinancian la educación argentina”, advertía en 2019 el ex ministro de Educación de la Nación y actual de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, sobre esa medida. Y remarcaba: “El neoliberalismo no puede funcionar sin una cuota muy fuerte de autoritarismo y mucho menos en una época de regresión de derechos. Siempre se piensa que hay una sociedad enferma que necesita, en este caso, enderezarse”.
El abrazo explícito de Maximiliano Pullaro con Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, y el no dicho –por ahora– con Patricia Bullrich, representan la adhesión plena a la educación que se piensa como un negocio y no como un derecho de las personas. Y para eso habrá que pasar por encima de lo que sea.
Como dice una maestra querida: “Si esta gente es gobierno, a preparar las zapatillas”. Habrá mucho por marchar.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 05/08/23
¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 1000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.