
El historiador israelí Raz Segal asevera que el ataque de Israel a Gaza trae aparejada la “intención de cometer un exterminio”. También denunció el “uso vergonzoso” de la memoria y los aprendizajes del Holocausto.
Entrevistado por el programa de televisión estadounidense Democracy Now! (¡Democracia Ahora!), el académico israelí especializado en el estudio de los genocidios modernos Raz Segal califica el ataque de Israel a Gaza como “un caso de manual”, donde se ve la “intención de cometer genocidio”. También señala que la racionalización que hace Israel de la violencia que ejerce es un “uso vergonzoso” de la memoria y los aprendizajes del Holocausto. El excepcionalismo del Estado de Israel y las comparaciones de sus víctimas palestinas con los “nazis” se utilizan para “justificar, racionalizar, negar y distorsionar la violencia masiva contra el pueblo palestino”, dijo Segal.
Democracy Now! es un programa independiente y de difusión diaria en Estados Unidos y el resto del mundo. Se transmite a través de más de 900 emisoras de radio y televisión en todo el mundo. Se produce en Nueva York.
“Creo que, en efecto, lo que estamos viendo ahora en Gaza es un caso de genocidio. Tenemos que entender que la Convención de la ONU para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, aprobada en 1948, requiere una intención específica para que un acto sea considerado genocidio. Y, citando la convención, lo define como la intención de destruir un grupo racial, étnico, religioso o nacional como tal, es decir, colectivamente, no sólo individuos. Y esta intención, como acabamos de escuchar, ha sido proclamada abiertamente por políticos israelíes y oficiales del Ejército desde el 7 de octubre. Ya escuchamos al presidente de Israel. Todos sabemos lo que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo el 9 de octubre al declarar un asedio total sobre Gaza y el corte del suministro de agua, alimentos, combustible, afirmando: «Estamos luchando contra animales humanos», y que reaccionaremos «en consecuencia». También dijo: «Lo eliminaremos todo». Sabemos que el portavoz del Ejército israelí Daniel Hagari, por ejemplo, reconoció el objetivo de destrucción arbitraria y dijo explícitamente: «El énfasis es en el daño y no en la precisión». Entonces lo que vemos es una intención clara y manifiesta. Y tengo que decir, de verdad, que, si esto no es una intención específica de cometer genocidio, realmente no sé qué puede serlo”, aseguró el historiador israelí residente en los Estados Unidos que dirige el programa de Maestría en Artes en Estudios del Holocausto y Genocidio en la Universidad de Stockton (en Galloway, Nueva Jersey, Estados Unidos).
“Cuando vemos las acciones que se han tomado, las miles y miles de bombas lanzadas en sólo unos días, incluyendo bombas de fósforo, como escuchábamos, en una de las zonas más densamente pobladas del mundo, al igual que estos anuncios de sus intenciones, esto constituye claramente una matanza genocida, que es el primero de los actos que se entienden como genocidio, según la convención. Debo decir que Israel también está perpetrando los actos b y c, es decir, causando lesiones graves a la integridad física o mental y creando condiciones diseñadas para acarrear la destrucción del grupo mediante el corte del suministro de agua, comida y electricidad, el bombardeo de hospitales, las órdenes de desalojo rápido de los hospitales, que la Organización Mundial de la Salud ha descrito como «una sentencia de muerte». Así que estamos viendo la combinación de actos genocidas con una intención explícita. Esto es claramente un caso de genocidio de manual”, sostuvo Segal, autor del artículo publicado en la revista Jewish Currents titulado “Un caso de genocidio de libro de texto. Israel ha sido explícito sobre lo que está llevando a cabo en Gaza. ¿Por qué el mundo no escucha?”
Jewish Currents es una publicación trimestral sobre política, cultura e ideas. Fundada en 1946, indica su página oficial, está comprometida con la rica tradición del pensamiento y activismo de la cultura judía progresista. Tiene sede en Valley Stream, New York, Estados Unidos.
“Digo esto como un estudioso del genocidio que ha pasado muchos años escribiendo sobre la violencia masiva israelí contra los palestinos. He escrito sobre el colonialismo de colonos y la supremacía judía en Israel, la distorsión del Holocausto para impulsar la industria armamentística israelí, la utilización de acusaciones de antisemitismo como arma para justificar la violencia israelí contra los palestinos y el régimen racista del apartheid israelí. Ahora, tras el ataque de Hamas el sábado y el asesinato en masa de más de mil civiles israelíes, está sucediendo lo peor de lo peor”, escribió el historiador en su artículo.
Segal indica que la Convención sobre Genocidio de la ONU enumera cinco actos que entran dentro de su definición, y agrega que “Israel está perpetrando actualmente tres de estos en Gaza: 1. Matar a miembros del grupo. 2. Provocar daños corporales o psíquicos graves a los miembros del grupo. 3. Infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida destinadas a provocar su destrucción física total o parcial. La Fuerza Aérea de Israel, según sus propias declaraciones, ha lanzado hasta ahora más de 6.000 bombas sobre Gaza, que es una de las zonas más densamente pobladas del mundo: casi tantas bombas como las que Estados Unidos arrojó sobre todo Afganistán durante los años de guerra allí. Human Rights Watch ha confirmado que entre las armas utilizadas se encontraban bombas de fósforo, que prendieron fuego a cuerpos y edificios, generando llamas que no se extinguen al contacto con el agua”.
El académico israelí denuncia que no sólo las autoridades del gobierno utilizan un discurso genocida, sino que el llamado a la masacre también impregna los medios y las redes sociales. Segal menciona que un entrevistado en el Canal 14 pro-Netanyahu llamó a Israel a “convertir Gaza en Dresde”. El Canal 12, la estación de noticias más vista de Israel, publicó un informe sobre israelíes de izquierda que llamaban a “bailar en lo que solía ser Gaza”. Mientras tanto, los verbos genocidas (llamados a “borrar” y “aplanar” Gaza) se han vuelto omnipresentes en las redes sociales israelíes. En Tel Aviv, se vio una pancarta que decía “Cero habitantes de Gaza” colgando de un puente, señala el historiador en su nota.
“El ataque genocida de Israel contra Gaza es bastante explícito, abierto y descarado. Los autores de genocidio no suelen expresar sus intenciones con tanta claridad, aunque hay excepciones”, considera Segal.
“Tuve que detener una reanimación”
“Ayer tuve que detener la reanimación de una paciente que sufrió un paro cardíaco en la unidad de diálisis, porque si volvía a la vida, no teníamos ningún respirador artificial que ofrecerle. Tenemos que priorizar a los pacientes que son más jóvenes y más sanos. Hemos perdido la capacidad de brindar una verdadera atención”, recordó Hammam Alloh, nefrólogo de los hospitales Aqsa Martyrs y Shifa en la nota titulada “Perdimos la capacidad de brindar atención”, publicada en Jewish Currents.
“Estamos reduciendo a la mitad la duración de las sesiones de diálisis. Muchos medicamentos no están disponibles en absoluto. Los médicos toman decisiones basándose en corazonadas porque no siempre tenemos acceso a los laboratorios. Esta no es la medicina que pensé que estaría practicando”, contó el médico.

“En las últimas semanas hemos recibido decenas, cientos y miles de pacientes heridos. También hemos recibido cadáveres, y si imaginan lo que sucede cuando una casa es bombardeada, podrán comprender por qué algunos de los cadáveres nos llegan en partes. Los pacientes también sufren muchas lesiones y a veces necesitan hasta cuatro especialistas para tratarlas simultáneamente. Por ejemplo, si un paciente llega con un traumatismo craneoencefálico, un traumatismo torácico y lesiones ortopédicas (brazos o piernas rotas), el cirujano ortopédico, el cirujano general, el cirujano vascular y el neurocirujano trabajarán en ellos al mismo tiempo. Por lo que cada paciente acaba requiriendo una gran cantidad de tiempo y recursos. Pero cada vez carecemos más de los recursos necesarios para manejar estos casos. Necesitamos desesperadamente combustible, agua, electricidad y equipo (como tornillos y clavos para fijar la médula espinal), así como todos los medicamentos necesarios para la cirugía. Mientras tanto, tenemos una larga lista de espera de pacientes que necesitan cirugía, especialmente cirugía ortopédica y neurocirugía. Estos pacientes necesitan ir a Egipto o a algún otro lugar para poder encontrar tratamiento, pero las autoridades no lo han permitido todavía”, indica la nota publicada en Jewish Currents y firmada por Hammam Alloh, Yousef Al-Akkad y Reda Abu Assi.
“Además de los miles de pacientes que hemos recibido desde que comenzó la guerra, también hay miles que huyeron de sus hogares y que ahora están dentro del hospital porque creen que el hospital es seguro. Esto realmente complica las cosas porque están dentro de las habitaciones, dentro de los pasillos, deambulando por el hospital. Necesitan agua, necesitan comida, necesitan electricidad, y esto ejerce mucha presión sobre los servicios médicos”, señala la revista estadounidense.
“No en nuestro nombre, basta de matar niños”
El ex director de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Nueva York, Craig Mokhiber, renunció a su puesto en disconformidad con el papel de esa organización ante la masacre. En la carta de dimisión expresó: “Escribo en un momento de gran angustia para el mundo y también para muchos de nuestros colegas. Una vez más, estamos viendo cómo se desarrolla un genocidio ante nuestros ojos y la organización a la que servimos parece incapaz de detenerlo”, informó el sitio de noticias de ¡Democracia Ahora! con el título “Salvar vidas palestinas salvará vidas israelíes”.
La carta de renuncia de Mokhiber destaca una protesta que se realizó el viernes 3 de noviembre, en la que más de mil judíos y otros activistas se congregaron en la estación ferroviaria Grand Central de Nueva York para participar en una multitudinaria manifestación que exigía un alto el fuego inmediato en Gaza. Los manifestantes se treparon a los históricos paneles de horarios de la estación y colgaron pancartas con mensajes que decían, entre otros, “Nunca más para todos”, “Llora a los muertos y lucha con todo por los vivos” y “Los palestinos deben ser libres”. Unos 400 manifestantes fueron detenidos, asegura el medio neoyorkino.
La profesora emérita distinguida de Universidad Hunter College (Nueva York), dijo a ¡Democracia Ahora!: “Estamos aquí para protestar contra el genocidio que se está llevando a cabo en nuestro nombre. Tiene que terminar. Los palestinos han sido víctimas de la opresión durante 75 años, y esto tiene que terminar”.
Por su parte, Jane Hirschmann acudió a la protesta con 13 miembros de su familia: su esposo, sus hijos y sus nietos. Momentos antes de su arresto, explicó: “Mis padres son sobrevivientes del Holocausto. Y hay una cosa que he aprendido: «Nunca más» significa nunca más para todos. No aprobamos lo que está ocurriendo; Netanyahu debe detener el bombardeo de Gaza. Los judíos, los judíos-estadounidenses, tienen que alzar su voz y decir: «No en nuestro nombre. No con el dinero de nuestros impuestos»”.
La crónica agrega que el doctor Steve Auerbach se paró en medio de la protesta con una bata médica blanca y un cartel hecho a mano en el que se leía: “Los pediatras judíos pedimos que dejen de matar a niños y familias”.
“Nunca he estado tan orgulloso de ser pediatra como cuando, el viernes 13 de octubre, la delegación en Nueva York de la Academia Estadounidense de Pediatría, una organización de gran envergadura y trayectoria, expresó: «Estamos con los niños y niñas de Israel y con los niños y niñas de Gaza. Amamos a todos los niños y a todas las familias por igual, y pedimos un alto el fuego inmediato». Y agregó: “Por desgracia, se sigue matando a niños, a niñas y a sus familias. Lanzar bombas sobre niños y matarlos a ellos y a sus familias no representa un valor judío”.
“La manifestación que se desarrolló en la estación Grand Central desmotó el argumento propagandístico de Israel que alega que está actuando en defensa de todos los judíos. Israel perpetúa un antiguo tópico antisemita al sostener que de alguna manera representa a los judíos de todo el mundo. Eso no sólo no es cierto, sino que es muy peligroso. Todo el mundo tiene que saber que Israel es un Estado que es responsable de sus propios crímenes, y que esa responsabilidad no se extiende a nuestros hermanos y hermanas judíos. Muchos de ellos están alzando su voz, junto a personas musulmanas, cristianas y de diversas creencias, en manifestaciones que se están llevando a cabo en todo Estados Unidos y Europa, y están exigiendo que esto debe terminar”, aseguró Mokhiber.
En un evento de recaudación de fondos que se celebró el 1 de noviembre en Mineápolis, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue interrumpido por la rabina Jessica Rosenberg, quien exclamó: “Señor presidente, si a usted le importa el pueblo judío, como rabina, le solicito que pida un alto el fuego ya”. Momentos después, en un intercambio que mantuvo con la rabina, el presidente Biden dijo –por primera vez en público– que apoyaba una pausa en las hostilidades en Gaza. Cuando la rabina le preguntó “¿qué significa una pausa?”, Biden respondió: “Una pausa significa dar tiempo para sacar a los prisioneros”.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 11/11/23
¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 1000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.