Parque endiablado
Todo estaba dado para que sea una noche triunfante de cara al clásico. Un colmado Coloso hacía temblar el piso. Pero el Rojo le trituró las ilusiones a los leprosos y les dejó un mar de preguntas, al menos hasta el próximo domingo
Todo estaba dado para que sea una noche triunfante de cara al clásico. Un colmado Coloso hacía temblar el piso. Pero el Rojo le trituró las ilusiones a los leprosos y les dejó un mar de preguntas, al menos hasta el próximo domingo
Todo confluyó: la tarde espléndida y la levantada del Canaya, que venía de cuatro triunfos consecutivos, la víspera el Día del Trabajador y la cercanía del clásico. Una sumatoria óptima para un domingo de fiesta total.
Solo faltaba para completar el patetismo del cipayo que el propio emperador enrostrara a su súbdito ser el representante no ya de una colonia bananera sino limonera.
Hubo de todo en la noche de Arroyito: fetejo loco de hinchas, jugadores y cuerpo técnico en un partidazo en donde el Canaya sacó a relucir además del buen juego un gran temperamento.
El que no arriesga no gana, sentencia la frase popular. Ni Newell’s ni Estudiantes se animaron a romper el libreto.
De la grieta de los K, que al parecer era una sola, ahora pasamos a las innumerables grietas de la era Macri que se abren por todos lados y se tragan a millones de argentinos. Desde el fondo del lodozal, de ese pozo de las ánimas,
“Los primeros crímenes de lesa humanidad fueron contra pueblos indígenas”, dice Juan Chico, historiador qom. Habló sobre lo que significó sacar del olvido la masacre de Napalpí, y los avances en la cuestión aborigen en Chaco en la
Alejandro Jasinski, historiador del Programa Verdad y Justicia y la Secretaría de Derechos Humanos, habló de las investigaciones sobre las responsabilidades civiles en el terrorismo de Estado y analiza el rol de los cuadros empres
La crisis política que vive el gigante sudamericano vuelve la mirada hacia la prensa como poder silenciador. Desde la dictadura 1964-85, hasta nuestros días. De eso habla la historiadora Lilian Machado Leão.
Kuczynski asumió como presidente en Perú. Su apellido es casi impronunciable para el pueblo que simplemente lo llama El Gringo. Entró por la ventana y dejó fuera a la favorita, Keiko, hija de Fujimori, pero ya se perfila como la c