La niña bonita
Yo no sé, no. Pedro se acordaba de aquella señora que muy tempranito salía del pasillo que daba a su piecita. Vivía por la calle San Juan, entre Rodríguez y Pueyrredón, a metros del cine Cervantes, luego devenido en bar.
Yo no sé, no. Pedro se acordaba de aquella señora que muy tempranito salía del pasillo que daba a su piecita. Vivía por la calle San Juan, entre Rodríguez y Pueyrredón, a metros del cine Cervantes, luego devenido en bar.
Yo no sé, no. Pedro me dice volviendo al barrio, apenas el 126 cruza 27 para el sur, mirá si volvieran a lotear con un cartel que diga “Aquí su terreno con lo esencial”. Él se acordaba que cuando se mudó, teniendo 7 años, pensó oj
Yo no sé, no. Pedro se acordaba cuando los domingos lo llevaban para el barrio Azcuenaga, o República. Para él, era el final de Echesortu, el barrio de los abuelos.
Yo no sé, no. Pedro recordaba unos días de angustia para sus viejos y la abuela. Todo era porque el abuelo había perdido los papeles de la jubilación, que estaba en trámite, con sus documentos inclusive.
o no sé, no. Pedro se acordaba cuando, siendo muy chico, un día de otoño fresco, tirando a frío y con un cielo amenazante, fue al centro con la madre.
Yo no sé, no. Pedro se acordaba de aquellos otoños donde empezaba a anticipar el frío. A la mañana, el viejo, antes de ir a laburar, lo llevaba en bici a la escuela. En los días de viento en contra, por Lagos al sur, el pedaleo se
Yo no sé, no. Pedro me comentaba su deseo, ya que el día estaba fresco, de tomar una buena taza de chocolate. Ahí nomás empezó a recordar aquellos cumpleaños con chocolatada casi obligatoria, aún en pleno verano. Hubo un cumple –p
Yo no sé, no. Pedro me contaba que un día venían de la escuela cruzando la fábrica Acindar por una zona prohibida (de vez en cuando lo hacía desafiando la seguridad), y al saltar el último riel se toparon con una cruz. Pensaron qu
Yo no sé, no. Pedro se acordaba cuando de chico veía a la abuela escuchar la radio con mucha atención, pasando el mediodía entre el pronóstico del tiempo, los números de la quiniela de la nocturna del día anterior, la formación de
Yo no sé, no. Pedro me contaba que cuando era pibe la maestra les dijo que iban a repasar las tablas y que a él le costaba mucho la del 7, especialmente cuando llegaba a 7×8, y viceversa. La del 9 le había encontrado la vuelt