Desde Cancha Rayada ¿Qué bondi hay que tomar? Yo no sé, no. Pedro se acuerda que teniendo 6 años estaba entusiasmado porque si bien eran mediados de septiembre, hacía un calorcito que invitaba a encarar una visita a los lugares más lindos de la ciudad.
Desde Cancha Rayada Dibuje, maestro, dibuje Yo no sé, no. Pedro caminaba sobre el cordón de la vereda, por Zeballos, llegando a Rodríguez, había llovido y todo estaba resbaladizo. En una mano llevaba una pelo de cuero n° 3 y en la otra un envase de vino, iba a comprar flit.
Desde Cancha Rayada La figurita del Pepe Yo no sé, no. Pedro se acuerda de cuando volvía a pasar por la vereda de la calle Santiago por dónde estaban el colegio Urquiza (dónde había hecho segundo) y la iglesia de Lourdes.
Desde Cancha Rayada Mejor que prometer… Yo no sé, no. Pedro caminaba por las veredas de la calle Zeballos la última semana de agosto, preocupado por la promesa que había hecho.
Desde Cancha Rayada El patio de al lado Yo no sé, no. Pedro recuerda que en la pieza, sentado en la cama mirando la pared, se decía a sí mismo: era por abajo, era por abajo.
Desde Cancha Rayada Corriendo detrás de la pelota Yo no sé, no. Pedro se acuerda cuando con casi 7 años, en la vereda de la casa de calle Zeballos, el fulbito se anunciaba haciendo sonar la pelota contra el piso o la pared.
Desde Cancha Rayada Dos veces con la misma red Yo no sé, no. Pedro, cuando veía el tranvía pasar por Ovidio Lagos, no sabía que sería uno de los últimos. Se imaginaba una red de hierro por abajo y de cables por arriba, en toda la ciudad.
Desde Cancha Rayada El sueño del pibe Yo no sé, no. Cuando Pedro vio el vaso del poroto germinando pensó que capaz había que pedirle un deseo. Cuando preguntó cómo se llamaba el que siembra y le respondieron “agricultor”, se dijo para sí: “Eso quiero ser”.
Desde Cancha Rayada Un test para ir al espacio Yo no sé, no. Pedro, cuando se iba a jugar al patio de al lado, pasaba por la verdulería de don Ángel y al ver que los cajones de manzanas rojas estaban allá arriba, deseaba que alguna se cayera. En ese momento, la tentación de mo
Desde Cancha Rayada La patria profunda Yo no sé, no. Una noche, cuenta Pedro, un sonido como un chillido seguido por una voz que iba y venía lo mantuvo despierto hasta el amanecer. En un momento pensó en los marcianos de una serie que pasaban por el 7. Al otro día se e