Yo no sé, no. Pedro me hacía acordar a la última canchita que estaba más cerca de Avellaneda, esa que apareció cuando retrocedió el tambo y desapareció la quinta que estaba por ahí. Y era una cancha que la mirábamos con recelo. Acá nos van a chorear, decíamos. Nos van a chorear el resultado. Fuimos a practicar unos días antes …