El desmoronamiento del pozo de obra de Francia al 1100 sepultó a viviendas linderas y sólo por milagro sus habitantes salvaron su vidas. El suceso quedó como un efecto colateral de la fuerte tormenta del 19 de febrero. Pero uno de los afectados denunció irregularidades. Y contó que fue solo el colofón de algo que se veía venir.