Hay que romper el silencio
Yo no sé no. Pedro me hacía acordar de una canchita que estaba allá en el rincón; en realidad aún no tenía forma de canchita y era un campito por donde cruzábamos la vía. Ese lugar tenía una particularidad, era un espacio silencioso. Algunos decían que los más viejos habían como impuesto ese silencio a modo de respeto y solemnidad …