La mesa veinte
Cuando el patovica quiso sacar a Emilio a las patadas, él le dijo que era un invitado. Encogido de hombros, le mostró la tarjeta y el vigilante corroboró que estuviera en la lista. El vestidor de Mariana tenía una ventana que daba a la entrada; ella, previendo ese tipo de cruces, se asomó y gritó: —Yo lo invité, así que …