Los seis años de mandato del presidente saliente, Enrique Peña Nieto, fueron los más violentos desde 1997.

En México se aplica la mano dura. Se libra desde hace más de una década la denominada guerra contra la drogas. Se sigue la receta de EEUU, al pie de la letra. El resultado es desastroso: el narcoestado.

El asesinato de trabajadores de prensa es una práctica sistemática. Ya suman 10 crímenes en 2017 y 44 durante el gobierno de Peña Nieto. Muchos despotrican contra el “dictador” Maduro y olvidan el nombre del mandatario mexicano.

Periodistas, medios y escritores argentinos firmaron el manifiesto No al Silencio de los asesinatos a periodistas mexicanos. En él se exhorta a los presidente Enrique Peña Nieto y Mauricio Macri a actuar de inmediato.