El agujero en el alambrado
Yo no sé, no. Pedro se acuerda de aquel día que a él y a Tiguín les propusieron atender una verdulería, un día cada uno. Con 11 años, ese sería su primer trabajo. Corría el año 67 y hubo una guerra que duró 6 días.
Yo no sé, no. Pedro se acuerda de aquel día que a él y a Tiguín les propusieron atender una verdulería, un día cada uno. Con 11 años, ese sería su primer trabajo. Corría el año 67 y hubo una guerra que duró 6 días.
Yo no sé, no. Pedro se acuerda de aquellas tardes en las que se iba a lo de unos vecinos a ver la tele, que estaba al fondo en un cuarto en el que sólo había unas sillas y una mesa en la que la abuela de Gracielita planchaba.
Yo no sé, no. Pedro me recuerda aquella tarde de abril, un viernes que sería feriado, porque mucha pibada y no tan pibada desde temprano llenaba las plazas y las canchas. En la cancha más grande, que nos quedaba cerca de la del «c
Yo no sé, no. Una tarde, en el patio de Josecito y Gracielita, los vecinos de Pedro, la abuela estaba pisando unos cuantos kilos de uva en un gran fuenton.
Yo no sé, no. Pedro recordaba aquellas mañanas cuando recorría tres cuadras de tierra, tres de piedra, durmientes y vías que amanecían entre húmedas y mojadas, tanto por la helada como por la niebla, o neblina, que parecía instala
Yo no sé, no. Pedro se acuerda que allá por el 63, los viejos compraron un terrenito para construir la casa en la que hasta ahora viven. Las primeras visitas eran como un acampe, mientras se iba decidiendo dónde iban a hacer los c
Yo no sé, no. Pedro se acordaba que a principios de los 70 se tenía que sacar una foto para el carnet de Central, porque se iba a hacer socio. Tenía pocas fotos carnet, una de las últimas era de cuando se sacó el abono del 102.
Yo no sé, no. Pedro se acordaba que en aquel 67, cuando iban a sacar una foto en la escuela lo hacían a principios de marzo o fines de febrero. Él se entusiasmó tanto que se compró para el jopo una Glostora azul lavanda, que era p
Yo no sé, no. Pedro se acordaba de aquella tarde de mediados de febrero del 69 cuando los pibes que manejaban el tema fulbito dijeron: “Hay desafío en la canchita nueva”. Nos avisaron medio a las apuradas, era un partido contra un
Yo no sé, no. Pedro se acordaba de aquel febrero del 66 que arrancó lluvioso. Bah, dos nubes y 4 gotas ya eran suficientes como para pensar en la suspensión de los bailes de Carnaval. Con los pibes tenían planificado ir al club El