La construcción de un terraplén en pleno humedal de las islas del río Paraná secó el cauce de un arroyo y el de una laguna, además provoca «graves daños a la biodiversidad” e impide el acceso a un cementerio aborigen.
La organización ecologista de Rosario El Paraná no se toca, que integran abogados, biólogos médicos y docentes, denunció que “el terraplén de dos metros de altura fue construido por un ganadero de apellido Mariani”, a 40 kilómetros al oeste de donde se inicia el puente Rosario-Victoria, en las islas de jurisdicción entrerriana ubicadas sobre el río Paraná.
“Todo indica que este hombre levantó este terraplén para poder pasar a su casa con su camioneta 4 x 4”, entre otros fines, y hemos presentado documentación que avala nuestra denuncia al municipio entrerriano de Victoria”, afirmó María Victoria Dunda, abogada y vocera de prensa de la agrupación ambientalista.
El Paraná no se toca es una organización ecologista integrada por unos 2500 miembros, conocida por su lucha contra un proyecto arrocero en Entre Ríos, por entender que atenta “contra las reservas de agua de los humedales” del Paraná.
Dunda detalló que la muralla de tierra -que se extiende “desde la casa del ganadero hasta la ruta del puente Rosario- Victoria ha dejado secos el cauce del arroyo La Cruz (a la altura del río Paranacito), el de la laguna negra, y otros cursos de agua”.
“El arroyo La Cruz está seco desde 2006, nosotros fuimos hasta el lugar y tomamos fotos del zanjón seco de lo que era su cauce; este empresario además alambró y colocó boyeros eléctricos y en el lugar hay numerosas cabezas de ganado pastando”, reveló.
La abogada subrayó que el terraplén construido “de manera ilegal”, provoca «un grave daño a la biodiversidad», corta «todo un sistema de humedales» (uno de los más importantes del mundo), e impide el acceso a un cementerio de la etnia Chaná» (pueblo originario del Litoral), en esa zona de las Islas.
La ambientalista dijo que la actitud del ganadero “forma parte de una práctica sistemática que otros ganaderos y empresas propietarias de tierras vienen llevando a cabo en la islas, con absoluta impunidad. Hay decenas de terraplenes y endicamientos de agua que van desde Rosario-Victoria, hasta Zárate”.
Tras calificar de “muy grave” el impacto ambiental causado por el terraplén, Dunda dijo que su ONG denunció el hecho ante la comuna entrerriana de Victoria.
“Adjuntamos documentación y fotografías de la zona dañada, y pronto haremos lo propio ante el Concejo Deliberante local”, anticipó.
“Es incomprensible que se modifique o tapone un arroyo, un bien natural que nos pertenece a todos, por el mero interés privado, que en este caso es para pasar con un vehículo pero, en otros, es con el fin de convertir al humedal en un terreno apto para la cría de hacienda en una zona no ganadera”, aseveró Dunda.
Al respecto, la ecologista y abogada rosarina dijo que el ejemplo más concreto de estas prácticas ilegales “se da frente a las islas ubicadas en Villa Constitución, en tierras compradas por un grupo holandés que construyó varios terraplenes y sembró cultivos».
Por último dijo que “la denuncia es por ahora pública, pero ya presentamos una nota en la comuna de Victoria con testimonios y fotos de los hechos. Preguntamos sobre la situación dominial del ganadero, si tenía autorización para realizar el terraplén, y en todo caso, si había algún estudio de impacto ambiental previo a su construcción. Hasta ahora, no obtuvimos repuestas”, afirmó.
“La idea es que todo esto se investigue porque entendemos que construir un terraplén sobre un sistema de humedales es ilegal. Buscamos generar conciencia junto a los pobladores y defender la perdurabilidad de los ecosistemas”, finalizó Dunda.