Según confirmaron las autoridades eclesiásticas, las coronas de la imagen original de María del Rosario de San Nicolás y del Niño Jesús que lleva en sus brazos, además del rosario que portaban, fueron robadas durante la madrugada del pasado jueves.

El robo de las joyas, que fueron confeccionadas por el orfebre Juan Carlos Pallarols en 2009, fue descubierto en la mañana del pasado jueves en el segundo piso de un sector nuevo y aún en refacción del santuario, situado en Sarmiento 420, de dicha localidad ubicada a 226 kilómetros al noreste de la Capital Federal.

Según informó la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), el sacristán del templo (encargado de la apertura) encontró pedazos de cristal de la vitrina protectora por el piso y la imagen desprovista de los ornamentos que la acompañan.

Es que, según fuentes policiales consultadas por Télam, los autores del robo utilizaron un palo para romper el blíndex y apoderarse de los objetos.

Las fuentes explicaron que en el lugar donde se cometió el robo están instaladas cámaras de seguridad, pero las imágenes son de mala calidad debido a la oscuridad y a la tormenta que hubo durante la madrugada, por lo que no pudo determinarse la cantidad de personas que participaron en el hecho.

Además, durante la tarde, hubo algunos procedimientos en las viviendas del barrio Villa Tranquila, de esa ciudad bonaerense, con el consentimiento de los propietarios, pero hasta el momento, las piezas no fueron encontradas.

Según señalaron dos empleadas administrativas mencionadas por la agencia AICA, el presbítero Carlos Pérez, rector del santuario, decidió no brindar entrevistas a los medios ya que «está muy afectado por lo ocurrido».

En tanto, el orfebre Pallarols que confeccionó las piezas robadas dijo que espera que los delincuentes devuelvan los objetos robados, ya que «si los van a vender no les van a dar más de quinientos a mil pesos en el mercado, porque nadie se va a hacer responsable de derretir una corona por 200 pesos».

«Es un atentado a la fe, nos están robando algo muy importante, no solamente a los que trabajamos en la corona. No podemos ser indiferentes a estas cosas, es una falta de respeto hacia nosotros mismos», afirmó el orfebre.

Pallarols contó que para el armado de las piezas participó «muchísima gente» entre el 2008 y el 25 de mayo de 2009, fecha en que se cumplieron 25 años de la primera aparición de la virgen de San Nicolás.

«El verdadero valor es ese, lo que no tiene precio en ningún mercado del mundo», aseguró el orfebre, quien agregó: «La materia prima que se utilizó para hacer la corona, si tuviéramos que ir a comprarlo -en este caso fueron donaciones- serían entre veinte y veinticinco mil pesos».

Según Pallarols, «mucha gente está sufriendo porque ve que lo que han puesto, su granito de arena y su aporte, pueden perderse en el olvido».

«Como vamos a construir un país si no podemos conservar los testimonios de la fe», concluyó el hombre junto a una réplica de la corona robada.

El hecho es investigado por el personal de la comisaría 1ra. de San Nicolás y del fiscal Patricio Mugica Díaz, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de ese distrito, quien esta mañana fue reemplazado momentáneamente por Darío Giagnorio, el cual acudió al santuario y supervisó las tareas de la Policía Científica.

Orfebrería bendecida

Pallarols explicó entonces que trabajó 14 meses en las coronas de la Virgen y del Niño Jesús, dos piezas de plata con incrustaciones de oro, confeccionadas gracias a las donaciones de medallas, anillos y otras joyas hechas por los devotos, y luego fundidos en un lingote que recibió la bendición del Papa.

El artesano recorrió el país en esta tarea de tallar las coronas, y más de 600.000 personas, entre ellas el papa Benedicto XVI y la presidenta Cristina Fernández, dieron golpes de martillo sobre cinceles de acero, para ir moldeándolas.

Pallarols dijo que «la Virgen de San Nicolás pidió en uno de sus últimos mensajes que le pusieran una corona, pero aclaró que será ‘puesta por el pueblo’, por eso el obispo me encargó llevarla por todo el país».

La imagen original de María del Rosario fue bendecida en Roma en 1884 por el papa León XIII, mientras el rosario que porta recibió la bendición de Juan Pablo II. A pedido del obispo Cardelli, Benedicto XVI hizo lo propio con las cruces que integran las coronas que portarán la Virgen y el Niño.

El 25 de septiembre de 1983, Quiroga de Motta, de 48 años, madre de dos hijos, con sólo cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, contó al entonces obispo nicoleño, Domingo Castagna, que vio y oyó a la Virgen. La visión coincidía con la imagen de Nuestra Señora del Rosario, que desde 1884 se venera en una parroquia de esa diócesis nicoleña.

Según la mujer, la Virgen la dijo que «quería quedarse a orillas del río Paraná». A partir de entonces, San Nicolás se convirtió en un centro de peregrinaciones masivas, sobre todo los 25 de septiembre, cuando se conmemora ese acontecimiento de fe popular.

Fuente: Télam

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