El Grupo Clarín anunció este miércoles que finalmente desistió de pedir que la Justicia cite, «incluso como testigos», a los seis periodistas que demandó por «incitación a la violencia» y «coacción agravada» y que generó un amplio rechazo.
En el texto, titulado «El Grupo Clarín no denuncia penalmente a periodistas» y publicado tanto en el diario Clarín como en La Nación, el holding intentó aclarar cuál fue su intención al apuntar en el escrito contra Roberto Caballero, Sandra Russo, Javier Vicente, Nora Veiras, Orlando Barone y Edgardo Mocca.
En ese marco, señaló que «en los últimos dos meses se nos acusó de atentar contra la democracia, de estar detrás de los reclamos de Gendarmería y Prefectura, y hasta del secuestro de Alfonso Severo, entre otras muchas cosas», y que «organizaciones ligadas al Gobierno amenazaron con venir a las puertas de nuestros medios, incitando a la violencia, con impredecibles consecuencias».
Según el Grupo Clarín, ese panorama fue el que llevó a los directivos de la empresa a tomar la decisión de pedirle a la Justicia «que investigara esos exabruptos y amenazas».
«Cuando relatamos los hechos, mencionamos a algunos periodistas que los habían difundido», recordó el multimedios en la solicitada, pero ante la polémica y el rechazo que eso generó en amplios sectores, incluso en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), enseguida salió a aclarar: «No para imputarlos, sino para ver si podían aportar datos sobre estas acusaciones».
Si bien el holding hizo esta aclaración, cabe recordar que en el escrito judicial a los seis periodistas se los sindica como «propaladores» de «incitación a la violencia», un delito penal.
«Se pensó que queríamos responsabilizarlos a ellos por los hechos de otros», se excusó el Grupo Clarín en la nota de este miércoles, al tiempo que añadió: «Por eso ayer aclaramos que los periodistas fueron mencionados sólo como potenciales testigos. Y, además, desistimos de proponerlos incluso como testigos, para que nadie pueda malinterpretar ese hecho o sentirse intimidado».
A su vez, el editor de política nacional de Clarín, Ricardo Kirschbaum, atacó en su columna de este miércoles a los periodistas que no se encuentran alineados a lo planteado por el grupo o defienden abiertamente el Estado de derecho.
Escribió el columnista: “Este último episodio, en el que se corrigió una equivocación evidente, dejó una valiosa enseñanza. Sirvió para mostrar la diferencia entre el periodismo de la mera propaganda, el periodismo profesional y el ‘militante’.
El periodista tiene la obligación de admitir el error de su propia empresa, como hacemos en esta columna.
El militante, en cambio, no vaciló en celebrar el acoso, el hostigamiento y el ‘asesinato de la reputación’ de aquellos que no piensan como él”.
Fuente: Télam