Mural de homenaje a Sonia. Foto: escuela551.blogspot.com.ar

La escuela secundaria Sonia Beatriz González fue distinguida con el segundo lugar en el Premio Presidencial Escuelas Solidarias, entre mil experiencias del país. Es la primera de Santa Fe que lleva el nombre de una desaparecida.

La Escuela Secundaria Nº 551 Sonia Beatriz González fue distinguida con el segundo lugar en el Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2012, entre unas mil experiencias de todo el país. La escuela secundaria es el primera escuela de la provincia de Santa Fe que lleva el nombre de una desaparecida de la dictadura.

El premio lo recibieron este viernes de manos del ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni. El reconocimiento a la escuela es por la decisión de bautizar al establecimiento con el nombre de una joven obrera desaparecida en 1976, que fue propuesto y votado por alumnos y docentes.

El premio se enmarcó en el proyecto “Haciendo caminos, en busca de un nombre para nuestra Escuela Secundaria Nº 551”, y que fuera presentado por la institución de barrio Tablada en el amrco del Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2012. Del concurso nacional participaron casi mil experiencias, de escuelas de distintos niveles y modalidades, públicas y privadas.

La Secundaria Nº 551 resultó finalista y premiada por «su calidad y excelencia». El premio nacional reconoce los proyectos en vías de realización que promuevan “aprendizajes solidarios y de servicios a la comunidad”.

Hace un año estudiantes y profesores de la Secundaria Nº 551 se dieron la tarea de elegir un nombre para la escuela y trabajaron en distintas propuestas, sobre las que investigaron, argumentaron y terminaron votando. Así fue como quedaron propuestos los nombres Sonia B. González, María Elena Walsh, León Gieco y barrio Tablada.

Finalmente los chicos votaron y quedó por mayoría el nombre de Sonia Beatriz González Avalos en homenaje a la joven trabajaba en el Frigorífico Swift desaperecida en la última dictadura. Sonia tenía 18 años cuando se la llevaron de su casa de Centeno y Necochea el 14 de julio de 1976, a las 2 de la madrugada ante su familia. Su desaparición fue denunciada a la Conadep y juzgada en la causa Díaz Bessone, en los Tribunales Federales de Rosario.

Tal cual explicaron los estudiantes, la elección de ese nombre fue para tener presente “la memoria, la vida y la alegría”.

El trámite de imposición del nombre arrancó el año pasado y siguió sus pasos con la apertura del expediente correspondiente, aunque para llegar al nombramiento definitivo, la iniciativa debió sortear decisiones inexplicables de funcionarios del Ministerio de Educación de la provincia, que no aceptaban el nombre de la joven por no encuadrarse «en la normativa vigente».

Fuente: La Capital

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