Con esta modalidad de enfrentar a las corporaciones, el kirchnerismo creció exponencialmente en volumen electoral desde el 22% inicial de votos en el año 2003, al 47% en octubre del año 2007, hasta acceder al notable 54% de octubre del año 2011.

“Cuando fallan los fierros mediáticos, algunos intentan construir fierros judiciales”

Con esta frase Cristina Kirchner cerró una semana que condensa de manera paradigmática aquello que el peronismo kirchnerista puso como impronta de su gestión desde Mayo del año 2003: Afectación de intereses sectoriales por parte del gobierno, reacción corporativa coordinada para mantener el statu quo, respuesta contundente del poder ejecutivo para sostener las decisiones de gobierno.

Esta lógica de no retroceso frente a las presiones corporativas está en la base de la legitimidad creciente del proyecto nacional que, con este estilo de gestión transformó al país de manera drástica en materia de disminución del desempleo la pobreza e indigencia, ampliando derechos a las minorías, etc.

Pero, también con esta modalidad de enfrentar a las corporaciones, el kirchnerismo creció exponencialmente en volumen electoral desde el 22% inicial de votos en el año 2003, al 47% en octubre del año 2007, hasta acceder al notable 54% de octubre del año 2011, con el agregado esta vez de la literal reducción de la oposición política a la mínima expresión de que se tenga memoria electoral en el país.

Ni en medio de la mega crisis del año 2001, la segunda fuerza (precisamente el FPV) obtuvo el escuálido 17% de los votos que captara el FAP en las elecciones de octubre del año 2011.

Este estilo de gobierno tan exitoso a nivel socioeconómico y electoral, de ninguna manera cambiará. ¿Por qué motivo lo haría?

Se comprende entonces que frente a las presiones del poder financiero buscando la devaluación que promovió 6 corridas contra el peso desde la asunción de Cristina Kirchner en diciembre del año 2007, con un total de fuga de 60.000 millones de dólares, el gobierno contestó profundizando los mecanismos de regulación económica, modificando la carta orgánica del Banco Central, controlando el mercado de capitales, hasta desembocar en el actual y exitoso control de cambios.

A las presiones de los medios opositores para intentar reorientar la agenda de gobierno plebiscitada una y otra vez en elecciones ejemplares mediante la utilización de aquello que Néstor Kirchner denominó “Fierros mediáticos” , el gobierno respondió con la Ley de Medios Audiovisuales que limita fuertemente y como nunca antes en democracia, la concentración en este sector estratégico.

Dando continuidad al estilo de gestión tan exitoso del kirchnerismo peronista , ayer, en una movilización realmente masiva , la más importante después de los actos del bicentenario, y frente a la presión reciente de algunos sectores del poder judicial, concretamente la Cámara en lo Civil y Comercial Federal que decidió prorrogar la medida cautelar que exime al Grupo Clarín de la obligación de desprenderse de licencias de radio y televisión para adecuarse a la nueva Ley de Medios, desconociendo leyes de amplio consenso ciudadano y parlamentario, la Presidenta recargó la metáfora de Néstor Kirchner y señaló sin dobleces la existencia de “Fierros Judiciales” , como rémoras corporativas de un poder que se mantuvo al margen de la democratización, que sí vivieron el poder Ejecutivo y Legislativo desde la recuperación democrática.

Cuál será la respuesta del gobierno frente a esta nueva reacción corporativa en defensa de intereses ultra minoritarios que desconoce leyes de la democracia, no es posible imaginarlo, pero respetando el estilo de gestión kirchnerista legitimado una y otra vez por la ciudadanía de no retroceso frente a las presiones sectoriales , pistas de la futuras acciones del gobierno ya hay en el mismo discurso de ayer de la Presidenta Cristina Kirchner: “La gente siente que magistrados y jueces dejan en libertad a ciudadanos que vuelven a delinquir y a robar, necesitamos una justicia que sirva al pueblo, que sea menos corporativa”. O sea, es imprescindible otra justicia.

Fuente: Télam

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