El Canaya sufrió este domingo la primera derrota en casa ante el Cuervo por 2 a 0. Hubo polémica por el segundo gol del visitante y Russo terminó expulsado.
Martín Cauteruccio, a los 26′ del primer tiempo, y Héctor Villalba, a los 41′ del complemento, fueron los autores de los goles del Ciclón.
El de Villalba surgió de una asistencia de Elizari, quien había dejado el campo de juego para ser atendido por un golpe en la cara.
Al reingresar, le birló el balón a Ferrari e inició la maniobra que culminó en el segundo gol y la furia de hinchas, jugadores y técnico. La duda era si Elizari había sido o no autorizado para reingresar al campo de juego.
Miguel Ángel Russo le expresó esas dudas sin tapujos al árbitro Germán Delfino, tanto fue así que terminó expulsado junto al resto del cuerpo técnico.
Más allá de la bronca del final, San Lorenzo ganó bien porque Martín Cauteruccio aprovechó a la perfección una contra a los 26 minutos del primer tiempo, en la que eludió a Paulo Ferrari por la izquierda y definió de derecha ante el desesperado cierre de Nery Domínguez, Hernán Encina y el propio Ferrari, quienes lo escoltaron pero no pudieron tapar su disparo, que entró cerca del medio del arco.
Central jugó mejor en el comienzo, con una saludable presión en el mediocampo y los ataques de Ferrari, Encina y Franco Niell por la derecha, y llegó al minuto con un derechazo del Loco Abreu en el techo del arco y a los 9 con un buen cabezazo del propio Niell que Torrico salvó al córner, junto a su poste izquierdo.
San Lorenzo tenía menos la pelota pero era más punzante, como a los 19 minutos cuando Buffarini llegó solo por la derecha y mandó un violento derechazo que Manuel García mandó al córner, y a los 39 minutos cuando apareció solo el ingresado Héctor Villalba y el Mellizo volvió a salvar su arco.
Central volvió a presionar y a buscar el empate en el complemento, pero careció de profundidad y sus llegadas se limitaron a un par de remates de media distancia de Federico Carrizo.
Así y todo, Central pudo haber empatado a los 37 minutos cuando la pelota le quedó servida al ingresado Antonio Medina, por la derecha del área, pero demoró un segundo en pararla y cuando remató fue muy bien tapado por Walter Kannemann, quien salvó su arco.
Tras cartón llegó la jugada de la polémica: Héctor Villalba era atendido afuera de la cancha cuando el juez Germán Delfino autorizó su ingreso antes de un tiro libre de Fernando Elizari, en la mitad de la cancha.
Villalba picó a espaldas de Paulo Ferrari, quien se quedó pidiendo que el árbitro lo inhabilitara, pero el delantero se fue solo, lo eludió a Ferrari en el cierre y definió con un toque ante el arquero y liquidó el partido.
El gol desató las protestas de todo Central, desde el cuerpo técnico, que sufrió las expulsiones del entrenador Miguel Angel Russo, su ayudante de campo Hugo Gottardi y el profesor Guillermo Cinquetti; hasta los jugadores y los hinchas, algunos de los cuales le tiraron a Delfino desde zapatillas hasta juguetes.
Llegó el final del partido que, polémica al margen, San Lorenzo ganó bien por las precisas definiciones de Cauteruccio y Villalba.
Fuente: Télam