La Presidenta arribó a Nueva York para participar en la Asamblea de la la 68ª Asamblea General de ONU. El encuentro genera expectativas sobre el tratamiento de la situación en Siria hasta el debut del presidente iraní, Hasan Rohani.
Los casi dos mil periodistas acreditados para cubrir la Asamblea General de las Naciones Unidas -cifra aportada por un miembro de la Organización destinado al área de prensa- son una muestra cabal del interés generado en torno a la cumbre, sobre todo si se los compara con los casi mil doscientos que cubrieron la pasada edición.
Las mayores expectativas pasan por los debates y posturas frente al extendido conflicto en Siria y a la comprobada utilización de armas químicas
Las mayores expectativas en torno a la Asamblea General pasan por los debates y posturas que puedan exponer los representantes de distintos países frente al extendido conflicto en Siria y a la comprobada utilización de armas químicas.
Serán más de 130 los jefes de Estado presentes y unos 60 los cancilleres que participen de la Asamblea, según estimó la semana pasada el secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon: un escenario robusto para un debate urgente sobre una situación que lleva más de dos años.
En ese contexto, la opinión pública internacional estará pendiente de las palabras del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, quien debió desistir de sus planes de atacar Siria, entre otras cosas, debido a la intervención diplomática de Rusia.
Además de los Estados Unidos, habrá otros países que integran el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que intervendrán en las primeras horas de la Asamblea, como es el caso de la Argentina, que ocupa una de las 10 bancas “no permanentes” y presidió el Consejo en el último mes, cuando la intervención militar estuvo a punto de pasar a mayor escala.
Dentro del movimiento diplomático que viene generando la crisis en Siria, un nuevo punto de inflexión podría darse el próximo sábado cuando Ban Ki-moon, acompañado por su mediador internacional, Lakhdar Brahimi, se entreviste con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y con el canciller ruso, Serguei Lavrov, para intentar fijar una fecha para la celebración de una conferencia sobre Siria en Ginebra.
Estados Unidos y Rusia están tratando desde hace meses, sin éxito, de convocar una reunión internacional en Ginebra para que el gobierno de Bashar Al Assad y la oposición rebelde se sienten a negociar una salida política al conflicto que ha generado miles de muertos y cientos de miles de refugiados.
Otro de los focos de atención estará puesto sobre la agenda que vaya a desarrollar el presidente de Irán, Rohani, en su primera visita al plenario de jefes de Estado miembros de las Naciones Unidas.
A diferencia de su antecesor Mahmud Ahmadinejad, Rohani forjó en sus primeros meses de gestión un perfil distinto que desató expectativas en Occidente a punto tal de que trascendió que llegó a intercambiar cartas con Obama.
Entre los gestos que despertaron interés en Occidente, se encuentran la liberación de presos políticos promovida por el mandatario iraní y sus expresiones respecto sobre la no intención de Irán de hacerse de armas nucleares.
Con ese telón de fondo, está previsto que mañana se reúnan en esta ciudad el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, con la jefa de la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton.
Otro de los presidentes que jugará un partido propio en el inmenso edifico de las Naciones Unidas ubicado sobre la Primera Avenida (entre las calles 42 y 48) será el español Mariano Rajoy quien llegaría el 24 para intentar convencer a sus pares de que la economía española ya comenzó a superar su situación de crisis.
Párrafo aparte para los mandatarios latinoamericanos que podrían cuestionar al presidente de los Estados Unidos «en su propia casa» y ante el resto de los jefes de Estado del mundo.
Podría ser el caso de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, quien abrirá la Asamblea General con el discurso que brindará en la mañana del martes.
La presidenta de Brasil acaba de suspender una visita oficial a los Estados unidos que tenía prevista para el 23 de octubre luego de que trascendiera que su país estaba siendo espiado por Washington, algo que se espera que mencione en su discurso.
Al edifico ubicado en la vecindad de Turtle Bay, en la parte oriental del Midtown de Manhattan, de espaldas al río, también llegará el mandatario uruguayo José «Pepe» Mujica, lo que es una noticia en si misma dado que será la primera vez que brinde un discurso en el plenario de Presidentes, algo que había decidido no hacer en los tres primeros años de su mandato.