Nicolás Maduro cargó contra «el fascismo que le provoca dolor al pueblo», aseguró que propiciará el diálogo «pero no para negociar cupos» y exigió a su par de Colombia, Juan Manuel Santos, que no trate de darle «lecciones de democracia».
«No hay derecho a someter a un país a la violencia psicológica. No hay derecho en un país con plenas libertades democráticas. Acá nos sabotearon la energía, la economía», se quejó este martes el presidente venezolano Nicolás Maduro ante una multitud de trabajadores petroleros, quienes marcharon hacia el Palacio de Miraflores para respaldar al mandatario. Maduro dedicó buena parte de su discurso a criticar por igual al colombiano Santos y al líder del opositor partido Voluntad Popular, Leopoldo López, quien se entregó hoy a la Guardia Nacional porque pesaba sobre él una orden de captura.
«Sacó 300.000, 400.000 votos en todo el país, y 18 alcaldes, pero en enero nos sorprendió diciendo que él decidió que este gobierno debía irse», afirmó Maduro sobre López, «el líder fascista que ya está en manos de la Justicia».
En un párrafo en el que también nombró inicialmente al chileno Sebastián Piñera, Maduro le preguntó después a Santos «qué haría usted si un opositor llama a una marcha para sacarlo del Palacio de Nariño: ¿defiende el Estado o le entrega el poder a un sedicioso?».
«Santos no me va a venir a dar a mí lecciones de democracia, cuando lo que estoy haciendo es defendiendo la paz de Venezuela. Ya basta, carajo», afirmó, mientras la multitud devolvió un grito de «así, así, así se gobierna».
Después, el mandatario lamentó que Santos «se deja llevar por su corazoncito y las simpatías con el fascismo» y fue aún más allá y se preguntó si «el presidente de EEUU, Barack Obama pretende que condecore a los enmascarados» a los que responsabilizó por los hechos de violencia que se dieron en el país en la última semana.
Detalló que cuando no tiene siquiera 10 meses al frente del Ejecutivo, «esta oposición ensayó uno, dos y vaya a saber cuántos mecanismos» para matarlo, derrocarlo y «hacerle daño al pueblo».
«Basta de sembrar tanto odio, tanto racismo, tanta intolerancia. Yo jamás me atrevería a esas bajezas de atacar a una familia porque piensa distinto», subrayó.
Consideró el mandatario chavista que «la única forma de combatir el fascismo en una sociedad es, como cuando uno tiene una infección fuerte, buscar el antibiótico más fuerte y hacer un tratamiento intensivo».
«El único tratamiento es justicia, acabar con la impunidad. No hay derecho a someter a un país al dolor de las muertes», sentenció.
Volvió luego a cuestionar a los grandes medios nacionales e internacionales y dio por hecho que «esta marcha mañana no sale», porque «somos invisibles, nos desprecian como la chusma».
Aceptó luego la necesidad de un diálogo impulsado desde el Ejecutivo, pero aclaró que ese diálogo es «con las masas, con las mujeres, con la juventud, y no un diálogo de cúpulas», porque «eso se acabó en Venezuela».
«Salen a decir que Maduro debe convocar al diálogo. Y yo mantengo la convocatoria, pero para trabajar por la paz, no para negociar cupo, puestos, poder. El poder es del pueblo y no está en negociación», afirmó.
Se entregó López
El dirigente opositor Leopoldo López se entregó a la Guardia Nacional (policía militarizada) que lo subió a un vehículo, ante el rechazo de sus seguidores, que cantaron consignas en su apoyo al momento de la detención.
El dirigente antichavista, contra el que pesaba una orden de captura por los incidentes del miércoles pasado al término de una marcha que dejó 3 muertos y decenas de heridos, había señalado momentos antes que se iba a entregar a una «Justicia injusta» y una «Justicia corrupta», pero aseguró que no iba a ir a la clandestinidad ni a marcharse del país.
López llegó a la concentración que opositores de venezolanos realizan en la plaza Brión de Chacaito, en Caracas.
«Soy inocente. No tengo nada que temer. Siempre daré la cara», escribió López en la red social minutos antes de llegar a la plaza, según citaron las agencias EFE y Ansa.
Manipulación de imágenes
Durante las últimas horas se potenció una campaña desde las redes sociales y los medios de comunicación antichavistas de Venezuela, la región, Estados Unidos y Europa, en la que se recurre a una notable manipulación de imágenes de marchas y represiones ocurridas en otro tiempo y lugar, con el claro fin de promover fin promover el repudio al gobierno bolivariano.
Fuentes: Télam, Telesur, Reuters, Rebelión.org.