La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sancionó la ley denominada Plan Nacional de Educación, la cual obliga al Ejecutivo a elevar sus inversiones en educación con el propósito de erradicar el analfabetismo y universalizar la educación infantil, primaria y secundaria.
La norma fue sancionada sin vetos en horas de la noche de este miércoles, cuando vencía el plazo reglamentario, y fue publicada este jueves en una edición extraordinaria del Diario Oficial para que entre en vigor.
El plan determina que tanto el gobierno federal como los 27 regionales y todas las administraciones municipales eleven gradualmente sus inversiones en educación hasta llegar al 10 por ciento del Producto Bruto Interno (PIB) a partir del décimo año de vigencia.
En la actualidad, el ejecutivo destina a educación valores equivalentes al 6,5 por ciento del PIB.
La legislación fija 20 metas y estrategias para el área de educación que el sector público tiene la obligación de alcanzar en un plazo de diez años.
Entre los objetivos de la norma figuran la erradicación del analfabetismo y la universalización de la educación infantil, primaria y secundaria. Ello significa que a partir de 2024 todos los brasileños con hasta 17 años tendrán que tener acceso a la escuela.
En diez años, todos los brasileños con hasta seis años tendrán que estar alfabetizados y la mitad de las escuelas públicas deberá ofrecer educación en tiempo integral, es decir que los estudiantes recibirán clases de mañana y de tarde.
Otra meta es elevar a 12 años de estudios la escolaridad promedio de la población de 18 a 29 años.
La norma también prevé la concesión de beneficios para las escuelas que consigan mejorar el desempeño de sus alumnos en los exámenes que determinan el llamado Índice de Desarrollo de la Educación Básica.
Rousseff recordó recientemente que la garantía de que las metas serán cumplidas es que la misma ley prevé los recursos para el cumplimiento de todos los proyectos.
Para poder elevar las inversiones en el sector, el Congreso ya había aprobado una ley que determina que el 75 por ciento de todos los recursos procedentes de regalías petroleras sean destinados a la educación.
El plan fue propuesto en 2010 por el gobierno del entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva con el objetivo de que comenzase a regir en 2011, pero el Congreso, que le introdujo modificaciones, sólo terminó de aprobarlo el 3 de junio pasado.
En un mensaje televisivo, el presidente de la Cámara baja, diputado Henrique Eduardo Alves, afirmó que el Plan Nacional de Educación fue la principal ley aprobada este año por el Legislativo.
Según Alves, «la inversión permanente va a garantizar la realización de las metas del plan, entre ellas la de poner en la escuela a todas los niños entre cuatro y cinco años, triplicar las plazas de la enseñanza técnica y erradicar el analfabetismo».
Fuente: Télam