El secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos y el secretario de estadísticas, estudios y proyectos de la Unión Ferroviaria a nivel nacional, Adrián Pavoni, analizaron las obras en marcha en el marco de la recuperación del sistema ferroviario.
Ante el inminente arribo del tren Rosario-Retiro y el envío al Congreso de un proyecto para la recuperación del sistema ferroviario, el eslabón consultó al secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos, y al secretario de estadísticas, estudios y proyectos de la Unión Ferroviaria, Adrián Pavoni, quienes brindaron un panorama sobre el nuevo ferrocarril que está llegando. “Será una herramienta al servicio de la sociedad y del desarrollo de las economías regionales”, remarcó Ramos.
Tras el anuncio del ministro de Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo, de que en abril comenzará a funcionar el servicio entre Rosario y Buenos Aires, Alejandro Ramos indicó a el eslabón que “se están renovando 517 kilometros de vías, para lo cual once obradores están trabajando en forma simultánea. La vía descendente ya está terminada y está operativa y se está trabajando en la vía ascendente”.
Ramos informó que se está trabajando “con Belgrano Cargas y definiendo las obras necesarias para optimizar los tiempos, sobre todo en la zona del Gran Rosario se está trabajando con el área de concesionarios, porque también son obras”.
“Hemos recuperado el Belgrano Cargas y estamos haciendo vías mixtas, tanto de trochas anchas como angostas, estamos tratando de hacer obras conjuntas para mejorar los accesos”, precisó el funcionario nacional, quien además secunda a Omar Perotti en la fórmula por la gobernación santafesina. “Los equipos técnicos están definiendo los mejores accesos en función de cómo están hoy. Porque puede ser el mejor acceso pero tenés grandes niveles de usurpación, por lo tanto necesitas un trabajo social que estamos tratando que el municipio nos ayude”, añadió Ramos.
En esa línea, el secretario de Transporte, contó que han acercado un plan de viviendas a Rosario para que se solucionen los problemas habitacionales que tienen alrededor de terrenos por donde debe pasar el tren. “Cuando se solucionen será más fácil, pero hoy el problema más grande es de usurpación”, afirmó.
Sobre el anuncio de la Presidenta de la recuperación de los ferrocarriles, Ramos aseguró que la iniciativa “no es en perjuicio de nadie” sino que tiene como objetivo “volver a transformarlo en una herramienta al servicio de la sociedad y del desarrollo de las economías regionales”.
“Acá no hay un perjuicio hacia nadie sino que el objetivo es la mejora del servicio”, remarcó y adelantó que en una primera etapa el Estado retomará la gestión de todas las líneas de pasajeros y que luego avanzará con las líneas ferroviarias de cargas. El funcionario destacó el caso del Belgrano Cargas, que se trata de “una herramienta que volvió a estar al servicio del desarrollo de las economías regionales, ya no sólo desde el punto de vista del lucro de las empresas”.
Unión Ferroviaria
Adrián Pavoni es uno de los dieciocho secretarios nacionales que posee la Unión Ferroviaria Argentina. Consultado para esta nota, aseguró que el país se juega “la patriada de que vuelvan los ferrocarriles”.
“Nosotros estamos apoyando sí o sí la puesta en marcha del ferrocarril a través de lo que hace este gobierno. Nos pone de maravilla –recalcó- el apoyo total al ministro Randazzo y a lo que hace la Presidenta”.
El dirigente ferroviario destacó que “el gremio lucha para que el ferrocarril vuelva a ser un servicio que funcione”, y aclaró que “el problema son los gobiernos a venir, porque cuando se puso en buenas condiciones a los trenes durante la primera presidencia de Perón y la segunda, después de la Revolución Libertadora, en el año 1958, se comenzó con los primeros síntomas de desguace del ferrocarril que se terminó de hacer en la década del 90”.
“Entonces –continúo Pavoni–, si ahora arrancamos con una nueva infraestructura, con un tren que tiene que estar, con el cual lograríamos bajar los niveles de muertes por accidentes en ruta, hay que mantenerlo en el tiempo”, y recalcó: “Por eso digo que la lucha, más adelante, tiene que ser de los propios argentinos: no podemos permitirle a ningún gobierno que nos vuelva a sacar el ferrocarril como ya nos pasó”.
Trenes de Carga
A pesar de que los trenes de carga no dejaron de funcionar, su situación está lejos de lo necesario para un país en proceso de industrialización. Según explicó Pavoni, uno de los inconvenientes son los gastos, porque “hay vagones que vienen cargados y vuelven vacíos, por ejemplo los de cereales, en los cuales no se puede transportar otra cosa”.
“Hoy, con los trenes que tenemos no se llega al 10 por ciento de la manufactura argentina. Lo demás se transporta en camión y no porque no se quiera, sino porque la infraestructura ferroviaria da para eso”, sostiene.
El dirigente evalúa que “en Rosario falta lo que se le llama la curva de Cabín 8, por lo cual tenés que entrar con todos los trenes a las playas Patio cadena y Patio parada para que después puedan retomar para San Lorenzo, en vez de tener una curva para tomar directamente”. Agregó que “esa curva nunca se hizo, estaba planificada en la década del 80 y hoy, avanzaron las casas”. Por lo tanto “se hizo un cuello de botella y tardás 24 horas en dar vuelta un tren que llega a San Lorenzo”.
De esta forma “no vas a trasladar más de nueve millones de toneladas al año. Siempre vas a estar limitado. Aunque haya otras nueve esperándote, no las vas a poder sacar nunca por ferrocarril”.
Nuestras vías
Cuando circulaban los trenes de carga solamente, no era necesario que las vías se ajustaran a más de 50 kilómetros por hora debido a que no pueden levantar grandes velocidades porque no da el motor, un tren de 70 vagones cargado no llega a los 50 kilómetros por hora. Es diferente, cuando circula un tren de pasajero que necesita viajar a 100.
Pavoni describió la situación con un ejemplo: “Antes de llegar a Tucumán hay 40 km donde el tren tiene que viajar a 20 km/h, debido a que la vía no soporta más velocidad, lo que implica dos horas más, y no es el único tramo. Por eso el tren Rosario-Tucumán tarda 25 horas.
Tras el anuncio de reestatización de los ferrocarriles, desde la Unión Ferroviaria celebraron con entusiasmo la iniciativa y la calificaron como «trascendental». “La historia demostró que cuando Perón nacionalizó los trenes en 1948, estableció una columna fundamental para sostener la independencia económica y dar paso a la justicia social”, remarcaron desde el sindicato.
Ferroviarios de la JP
“La Unión Ferroviaria jugó en las elecciones de 1989 para Antonio Cafiero en la interna del Justicialismo y después dejó de participar abiertamente para un candidato”, recordó Pavoni, quien adelantó que luego de mucho tiempo volverán hacerlo por otro postulante. “Cambiamos aquella postura de la Unión ferroviaria y participamos en una interna y, en este caso, a favor de Randazzo”, señaló.
La estrecha relación entre los trabajadores ferroviarios y el peronismo viene de larga data. “Antiguamente el escudo de la Unión ferroviaria era el del Justicialismo con la UF adentro, y eso lo había hecho un rosarino para un concurso que había organizado el gremio”, contó Pavoni, y aseguró: “Quedaba perfecto y ganó”.
“Está bien que somos todos peronistas, pero nosotros representamos a los trabajadores ferroviarios que pueden ser lo que ellos quieran. El escudo se dejó de usar y se volvió al de UF común”, aclaró Pavoni. Lo cierto es que paso a paso, riel a riel, el ferrocarril crece para convertirse en el medio de transporte más importante del país y el que la Argentina necesita para el proyecto en marcha.
De menor a mayor
El ferrocarril, antes de su recuperación, y a pesar de que habían quedado los trenes metropolitanos y los de carga –que no llegaban a transportar ni el diez por ciento de la manufactura del país–, le ha traído varios dolores de cabeza a la gestión Kirchner. Recordemos: el crimen de Mariano Ferreyra, por el cual cumple una condena a quince años de prisión José Ángel Pedraza (ex titular de la Unión Ferroviaria); el accidente en la estación de Once, que dejó el trágico saldo de 51 muertos y eyectó a quien hasta ese momento era el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi; los destrozos e incendio de la estación Constitución; el descarrilamiento producido por operarios de forma intencional –según denunció Randazzo– y las dormidas de los motorman que terminaron con siniestros.
Tal vez, por esto mismo, la situación de hoy cambió radicalmente. Cristina anunció el domingo pasado el proyecto de ley para nacionalizar los trenes; llegó el primer convoy a la localidad de Rufino; el ministro del Interior Florencio Randazzo comunicó el inminente inicio del servicio que unirá a Rosario con Buenos Aires y que se comenzaron a licitar las obras para el servicio entre nuestra ciudad y Córdoba. Sumado a la recuperación de los trenes metropolitanos, con la renovación de los coches por los nuevos importados de China son, sin duda, otro de los motivos por los cuales este gobierno recibe innumerables adhesiones.