“Debería exigirle a su gobernador que garantice la seguridad en Rosario”, disparó el precandidato a vicegobernador Alejandro Ramos sobre los cuestionamientos realizados por la intendenta al gobierno nacional. En tanto, Alejandro Grandinetti la acusó de tener “un doble discurso”.
Luego de que la intendenta Mónica Fein acusara al gobierno nacional de no priorizar la seguridad en el interior del país, el secretario de Transporte y precandidato a vicegobernador en la fórmula que lidera Omar Perotti, advirtió que «si realmente estuviese preocupada y ocupada por el tema seguridad estaría reunida codo a codo hoy con el gobernador Antonio Bonfatti, que es el verdadero responsable de garantizar la seguridad en todo el territorio santafesino».
“Fein intenta, una vez más, desviar la atención y tapar su responsabilidad y la de su gobernador en el tema seguridad. Durante un tiempo le ha servido ocultar sus propias ineficiencias, pero hoy todos los santafesinos somos conscientes de que el gobernador Bonfatti es el responsable de garantizar la seguridad en la provincia, y no lo hace, y ella no le exigió nunca al mandatario que trabaje y gestione más seguridad en la realidad de Rosario», continuó el funcionario nacional.
Además, el precandidato del Frente para la Victoria recordó que «Rosario y Santa Fe tienen los índices más altos de delitos con armas de fuego y contra la propiedad”, y lamentó que mientras “los ciudadanos sufren eso, la intendenta se ha convertido en una narradora de los problemas, con un relato que utiliza para tapar sus propias responsabilidades del gobierno que representa».
«Durante mucho tiempo Mónica Fein se dedicó a tapar los problemas de su gestión y la ineficacia del gobierno provincial en conducir a los 19 mil policías que tiene la provincia, y echándole la culpa al gobierno nacional”, reiteró Ramos y agregó: «El gobernador dispone de un presupuesto de más de 80.000 millones de pesos, un área de seguridad integrada por 26 mil cargos y 19 mil policías y no puede garantizar la seguridad ni en Rosario, ni en el territorio provincial».
El secretario de Transporte también sostuvo que «hace 20 años que el socialismo gobierna la ciudad y es una de las más desiguales del país, con alto índice de desocupación, poca gestión que reactive la economía y con niveles alarmantes de desigualdad en el cordón y la proliferación de villas miserias».
«Nunca Santa Fe y Rosario dispusieron de tantos recursos e hicieron tan poco por los santafesinos y los rosarinos, en cambio, el gobierno nacional ha llevado a la intendencia de Rosario la vuelta del tren desde Buenos Aires, la conexión ferroviaria a futuro hacia Córdoba, los vuelos al interior y exterior del país, las inversiones en gas por 75 millones de pesos, hasta las bicicletas y bicisendas que inauguran”, concluyó.
Por su parte, el precandidato a intendente Alejandro Grandinetti, afirmó en declaraciones publicadas en el diario La Capital que su rival en las elecciones muestra “un doble discurso”, y planteó que ante estas circunstancias “debe elegir entre la obediencia al partido o escuchar el reclamo de los rosarinos”.
“La intendenta asegura que «la Nación prioriza la seguridad de Buenos Aires sobre el interior» e inmediatamente habla de «la seriedad de ser intendente». Es la misma funcionaria que decide bailar un chamamé con el funcionario responsable del área de seguridad nacional o correr a sacarse fotos cuando viene otro funcionario para la promoción del ansiado tren a Buenos Aires. Lo que sorprende es que no le dedique ni una sola línea al gobierno provincial, que es el que tiene la responsabilidad constitucional de asegurar la paz de los rosarinos, ya que es la policía la que debe combatir el delito y su gobernador y ministro de Gobierno, sus primeros responsables”, apuntó el candidato del Frente Renovador.
En este sentido, el periodista aseguró que “cuatro años más de Fein es tener una delegada de un poder que está en Santa Fe, o en otro lado, pero no en el Palacio de los Leones”, y que “no puede denunciar el fracaso del gobierno provincial en seguridad por que prima la obediencia debida».