Cristina participó del un Congreso del Movimiento Nacional Alfonsinista, liderado por el ex senador nacional Leopoldo Moreau, donde llamó a defender a los partidos populares ante el neoliberalismo, que gobernó el país en la década del ’90.
Además, Cristina auguró «el comienzo de un nuevo ciclo político” y reivindicó “el encuentro entre lo nacional, popular y democrático”, al cerrar el Congreso Nacional del Radicalismo Popular, que deliberó a lo largo de la jornada en el Parque Norte de la costanera porteña.
«Lo que define la pertenencia a un proyecto nacional y popular» no es «un color ni la ficha partidaria», sino «atreverse a decirle no a los que te pisaron la cabeza toda la vida», dijo la mandataria flanqueada por Moreau y el diputado nacional Eduardo Santín (UCR).
«Siempre estuvimos del lado de los que lucharon por la libertad, por los sindicatos, por las universidades, por el trabajo, del lado de los argentinos», definió Cristina al finalizar su discurso ante la militancia alfonsinista, que selló el acercamiento de un sector del radicalismo al kirchnerismo.
La mandataria, quien aclaró que concurría al encuentro alfonsinista “no como Presidenta sino como militante política”, reivindicó al creador del peronismo, Juan Domingo Perón, y Eva Perón, como así también a los ex presidentes radicales Hipólito Yrigoyen y Raúl Alfonsín.
“Yo no estoy acá como Presidenta, estoy como militante popular y nacional que fui toda mi vida”, aclaró la jefa de Estado en el inicio de su discurso y recordó el triunfo del líder radical Alfonsín, en 1983, quien en sus actos “convocaba no solo los radicales de Yrigoyen y (Leandro) Alem sino a los peronistas de Perón y Evita y a los socialistas de Alicia Moreau de Justo”.
«Nunca soñé estar entre tantas banderas radicales acompañando este proyecto nacional y popular», dijo Cristina en el inicio de su discurso. No obstante, la mandataria completó su definición y expresó: «Acá somos nacionales y populares pero el concepto se une con el de democracia. Porque nosotros somos nacionales, populares y democráticos».
Cristina rememoró ante cientos de militantes radicales la antigua rivalidad entre el peronismo y radicalismo, a los que definió como «los dos partidos nacionales, populares y democráticos, aunque nosotros (por el peronismo) lo democrático lo incorporamos más tarde», dijo, y resaltó el papel de la política en la construcción del futuro del país.
«Acá estamos los que toda la vida pensamos que la política fue, es y seguirá siendo el instrumento más adecuado para transformar la realidad de las grandes mayorías», indicó la Presidenta y aseguró que «no se puede entender el presente ni construir el futuro si no conocemos el pasado de este país».
La mandataria aseguró que no se puede explicar su llegada a la Presidencia «solo con el peronismo», porque en 2007 y 2011 la votó «gente de viene del radicalismo y de otras expresiones políticas”.
En este sentido, explicó que “el Frente para la Victoria no es el peronismo, es el peronismo más un montón de identidades que contienen y superan al peronismo”.
Al cerrar el congreso del radicalismo popular, la presidenta aseguró que «hoy, lejos de estar en un fin de ciclo estamos entrando en el comienzo de un nuevo ciclo» y destacó que en nuestro país «el verdadero fin de ciclo fue el 2001».
En ese sentido, afirmó que después de la crisis social, política y económica de 2001 en Argentina «hay un fin de ciclo de los que se quisieron adueñar de partidos populares para instalar el neoliberalismo como sí lo hicieron en los 90», ya que «las políticas neoliberales no necesitaron tener partidos ni tener dirigentes, tenían la mejor máscara que fue el peronismo».
Cristina vinculó a Domingo Cavallo, el ex economista del gobierno de Carlos Menem y luego de Fernando de la Rúa, con el «ciclo del neoliberalismo», y acusó que «algunos piensan ejecutar esas mismas ideas neoliberales pero no se animan a decirlo, porque sino no los votaría nadie», en relación a los candidatos para las elecciones presidenciales de este año.
En otro tramo de su discurso, llamó a los “compatriotas” a apoyar todo lo “nacional” si “cree que tenemos que tener políticas que se diseñen en la Casa Rosada, sin subordinación a dictaduras, al FMI, si no podemos hacer lo que se le ocurre a un juez en Nueva York en un caso de usura internacional a los fondos buitres, si cree en la política de relación con el mundo”.
“El primer partido que tomamos siempre –enfatizó la jefa de Estado- es el de la Argentina, porque privilegiamos los intereses de nuestro propio país”.
Participaron del acto el secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro; el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo; el diputado nacional Andrés Larroque; y el subsecretario para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, Leonardo Santoro, líder de la agrupación radical «Los Irrompibles», entre otros dirigentes.