Foto: Franco Trovato Fuoco.
Foto: Franco Trovato Fuoco.

El Zorzi habla de la movida que conmemoró los 50 años del rock local, reuniendo a músicos de todos los palos que reversionaron composiciones que atravesaron medio siglo.

Cantante, emprendedor y amante del rock, Marcelo Zorzolo, más conocido como el Zorzi, en los años noventa creó el grupo Los Dyvinos, con quienes comenzó haciendo versiones de los Rolling Stones, y luego, creando su propia música, como el recordado tema Juliana, uno de los emblemas de la banda.

Durante el último tiempo, el vocalista encabezó El Zorzi y los 14 y Oro Stone, experiencias que abrieron el escenario a otros compositores locales.

Este año, Zorzolo comenzó el armado de un proyecto aún más ambicioso: celebrar cinco décadas de rock rosarino cantado en castellano, con una serie de shows y tomando como punto de partida La Respuesta, el tema que en 1965 compuso Litto Nebbia, y el primer simple de Los Gatos Salvajes. De ahí en adelante, la representación del viaje musical de la incansable producción local, desde aquel tema fundacional hasta nuestro días.

Rosario: 50 años de rock en castellano 1965/2015 se montó en Plataforma Lavardén durante cuatro jornadas, entre los meses de junio y septiembre, y contó con la presencia de innumerables músicos rosarinos que reversionaron canciones paradigmáticas generalmente de otros compositores, respetando un cierta línea histórica, recortada en los períodos 1965-1983 (de Los Gatos al final de la dictadura militar); 1984-1989 (de Fito Páez a los saqueos); 1990-2001 (de los Shocklenders a diciembre de 2001); y 2001-2015 (Canciones de Rosario del siglo XXI).

Sentido de pertenencia
Con sus idas y venidas y en retrospectiva, el Zorzi afirma que «Rosario tiene una historia de canciones y de rock propia».

En una charla con el eslabón, el músico contó que la saga de shows por los 50 años de rock en castellano que impulsó, surgió hace tiempo. «Desde que se cumplieron 40 años del rock en castellano en la ciudad que flotaba la idea de hacer algo así, aunque eran apuntes e ideas sueltas. Ya cuando tocábamos con los Dyvinos en La Rockería, hace años, hacíamos temas de Coki Debernardi y otros músicos locales, y había gente que no entendía».

El Zorzi señala, además, otros impulsos que lo atravesaron, como la decepción de sus compañeros de ruta, años previos a la fractura social y política de Argentina que explotó en 2001.

«El origen tiene que ver concretamente con que, en algún momento, la mayoría de mis amigos músicos se fueron de la ciudad. Si bien creo que cuando un lugar ya no va más, hay que hacerla; en este punto me parecía una locura que en los años 90 y pico, mis amigos se hayan ido forzados no sólo de la ciudad sino de Argentina».

«El armado de los 50 años del rock en castellano fueron consecuencia de los shows que dimos el año pasado en el ciclo Canciones del Siglo XXI, que fue un poco la semilla de todo esto –afirma el Zorzi–. Armamos una banda y tocamos canciones de colegas que nos gustaban mucho. Entonces este año queríamos hacer lo mismo con temas de todas las épocas porque para entender el presente, hay que entender el pasado», reflexiona.

Rock ¡de acá!
“Sabíamos que el rock es una estética elegida y que el presente es más amplio que el rock, pero nosotros elegimos el rock en castellano. Entonces tomamos como punto de partida a Litto Nebbia, plantándose ante la discográfica que le pedía que grabe en inglés y diciéndoles que iba a grabar así, en castellano, y que sino se volvía a la casa”, repasa el Zorzi, y continúa: “Hicimos una línea histórica del rock como música popular, que se diferencia de otros estilos. El músico popular está atravesado por el momento histórico, a diferencia de la música de elite; entonces, cuando salen Los Gatos, tocaban en clubes como Provincial y después fueron a tocar a Río de janeiro, pero no por casualidad. Lo mismo pasó con Baglietto y Fito, que tocaban en el Café de la Flor y un día llegó un tipo y les ofreció tocar en Buenos Aires. Pasó también con Cielo Razzo, y con Vilma Palma, te guste o no. Y ahora pasa con Indios, que comenzaron en Mcnamara y ahora van y tocan en México”.

Además del Zorzi, Ike Parodi, Pablo Pino, Popono, Coki Debernardi, Pablo Jubany, Nahuel Market, Charlie Egg, Caburo, Sandra Corizzo, Javier Actis, Juani y Oscar Favre, Mcfly, Ismael Torres y Dani Pérez, son sólo algunos de los exponentes que tomaron sus instrumentos y reversionaron canciones de la Trova, Fito, Punto G, El Regreso del Coelacanto, Color Chino, Matilda, Rosario Smowing, Cielo Razzo, Vudú y otras.

Del rock primitivo de los años sesenta, hasta las canciones del nuevo siglo. “El novio de la nena, de Sinapsis, fue uno de los disparadores de este show”, asegura el Zorzi. “Son canciones buenísimas que quedaban en el tintero de la vida”, dispara.

“¿Y qué hay que entender?”, se pregunta el cantante. Y al toque responde: “Lo contundente de estos shows es que se subieron tipos que están a la altura de un montón de cosas que vienen a Rosario y que vemos en las revistas. Y a veces hasta las superan. Alguien me dijo que a partir de esto, el rock de Rosario se piensa en primera persona. Y vale aclarar que nosotros no entramos en la discusión de si el rock en castellano lo inventó Litto Nebbia o Moris; lo importante de esto para nosotros es que tenemos una historia de canciones propias”.

Conciencia musical
El público rosarino colmó la Lavardén, durante prácticamente todas las funciones de la celebración de rock. “Nos sorprendió a todos –revela Zorzolo– el último show se agotaron todas las entradas y se tocó durante tres horas porque queríamos estar todos. La gente no se movía de las butacas. Esto viene a romper muchos paradigmas: que el público rosarino no va a ver bandas de acá, que los grupos no convocan. Fue un punto de partida. ¿Cómo sigue esto?, en primera medida con el ida y vuelta que hay entre los músicos. Sigue en la toma de conciencia de que el otro no es una amenaza, sino que es una posibilidad. El otro músico habla de algo que a mi no me salió, o de algo que me representa. Pero que vive acá y que comparte el imaginario conmigo. Y que juntos lo podemos ampliar”.

Nota publicada en el periódico El Eslabón

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