¿En qué se diferencia un festejo de una celebración?, una de las posibles respuestas se encuentra en la acepción originaria de la palabra celebrar, proveniente del verbo latino celebrare –concurrir en gran número–, de ahí su evolución a festejar. Al tanto o no de este tecnicismo de nuestra lengua, los coordinadores del sello discográfico Ringo estuvieron más que acertados a la hora de bautizar como La Celebración al festival de sellos independientes que llevaron a cabo el 8 y 9 de octubre en la ciudad de Córdoba, con motivo de su quinto aniversario como productores fonográficos.
Ya que a la medianoche del viernes, centenares de curiosos colmaron Belle Epoque, recinto en el que se presentaron Venus de Milo, Hijo de la tormenta, Un día perfecto para el pez banana y Francisca y Los Exploradores.
“El sello surgió como resultado de una necesidad de cuatro bandas que grababan en un estudio llamado Ringo y que tenían sus discos en proceso. Empezamos a laburar juntos aunando fuerzas y en octubre de 2010 se presentaron las producciones y desde entonces trabajamos de manera cooperativa con las herramientas que puede aportar cada uno de los integrantes”, se explayó en el medio del bullicio de los festejos, Juan Manuel Pairone, uno de los fundadores de la editorial que hoy tiene más de una veintena de producciones en su haber.
Desde tempranas horas de la tarde, en la prueba de sonido sobrevolaban los valores del cooperativismo, lejos del anonimato del actual dueño del Café de la Flor, recinto de Rosario en el que murió electrocutado un músico el pasado lunes 12 de octubre, el propietario del local céntrico Belle Epoque ofrecía cerveza aún caliente a los músicos que esperaban su turno para familiarizarse con los equipos.
Maratón sonora
Entrada la noche, los encargados de dar comienzo a la velada fueron los Venus de Milo, cuarteto de pop psicodélico, abanderados del sello marplatenses Desde el mar, que con un show ajustado e intenso calentaron la tablas para Hijo de la Tormenta, trío de stoner rock tamizado por doom metal y rock nacional primigenio. Los representantes del sello neuquino de psicodelia pesada Venado Records, desataron una tempestad sonora a un volumen atronador. El reposo llegó con los locales de Ringo, Un día perfecto para el pez banana, quienes comandados por la seductora voz de su vocalista desplegaron un seleccionado de pregnantes canciones en clave disco rock. El cierre estuvo a cargo de Francisca y Los Exploradores, los miembros de Discos del Bosque de Villa María se pasearon con holgura de la sensibilidad pop a la parodia, con destellos de virtuosismo, que de momentos invocó al espíritu de Frank Zappa.
Un día antes de que la orgía sonora se desate en Belle Epoque, en la sede cordobesa de Espacio 75 se llevaron a cabo dos charlas de capacitación para músicos, productores y consumidores. Nicolás Madoery del Programa Recalculando de la Dirección Nacional de Industrias Culturales del Ministerio de Cultura de la Nación presentó la Guía REC. Claves y herramientas para descifrar el ecosistema actual de la música junto a Bruno Maccari, su editor y Federico Guevara Olguín de la agrupación de músicos cordobeses, SONAR, amplió detalles sobre el Banco de Música Nacional e Independiente, plataforma creada para fiscalizar y garantizar la difusión de música nacional e independiente en radios, según dispone la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Estado vs gobierno
Por su parte, los miembros del equipo de Recalculando, –política cultural que tiene cuatro años y trabaja actualmente con 23 de sellos de gestión colectiva de diversas regiones del país–, dejaron en claro que piensan “al Estado como un articulador, no como alguien a quien se le hace una demanda, si no alguien con el que se dialoga”.
“Los mismo actores son el origen y destino de la guía”, remarcó Maccari. Quien agregó en referencia a la flamante pieza editorial compuesta por doce capítulos que responden a múltiples aspectos del ecosistema de la música en la actualidad, “convocamos a referentes jóvenes con formación profesional para que escriban los capítulos. Los autores tienen una mirada común del sector, pero a su vez son accesibles, se los puede convocar desde un lugar de paridad”.
Sin excusas
Por su parte, Olguín construyó un relato basado en la imposición de gustos estéticos-musicales a partir del dominio de los medios de comunicación por parte de grandes compañías discográficas y la necesidad de un ente regulador.
“No hay ninguna legislación del mundo que se plante con una política de proteccionismo a un sector musical que está en los márgenes de la gran industria”, remarcó el músico y gestor cultural, en torno al histórico artículo 65 de la ley de medios, que establece los porcentajes de música nacional e independiente que deben destinar las emisoras radiales en sus grillas.
El disertante también destacó que una vez establecidos los porcentajes “surgió otro problema, ¿de donde obtener la música independiente para hacer cumplir la ley?, es ahí donde aparece el Banco de la música”. Una suerte de arca de Noé al que pueden recurrir los grandes medios, para que no tengan pretextos a la hora de negarles la voz y la guitarra a los sectores menos favorecidos.
Fotos: Federico Kenis y Flavio Brissio.
Versión extendida de la publicada en la edición 217 del semanario El Eslabón.
el fotografo
23/10/2015 en 19:24
buenisimo che chorean las fotos y ni siquiera citan a los autores… hermoso… ni medio codigo…