En un artículo publicado en el periódico Perfil, el director de Consultora Equis, Artemio López, ensaya una respuesta en torno del traslado a precios de la megadevaluación nominal del macrismo, y en cuánto podría ponderarse.
Amilcar Collante, economista del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur), se preguntaba si la devaluación (nominal) se va a trasladar a precios y cuánto. Para saber eso, sostiene, hay que recurrir a la historia argentina. Como adelanto, la devaluación de 2002 tuvo un pass-through bajo. Mientras que en 2014 fue alto el traslado a precios.
¿Por qué fue bajo el pass-through en enero de 2002?
- La economía argentina sufría una depresión económica.
- Había capacidad productiva ociosa. La utilización de la capacidad instalada de la industria estaba en 55%.
- El desempleo era muy alto, alcanzaba al 18,5%. Por lo cual, existía un menor poder de negociación de los trabajadores para hacer efectivas las presiones salariales y no había indexación de los contratos laborales.
- Los precios de los servicios públicos se mantuvieron “congelados”.
- Existía el “corralón”, la indisponibilidad de los depósitos bancarios de particulares.
En cambio, los números en enero de 2014 eran otros:
- La utilización de la capacidad instalada era del 63,7%.
- El desempleo era de 7,1%. El poder de negociación de los sindicatos era fuerte. Los salarios crecieron 33% en promedio en 2014.
- La devaluación se hizo sin un plan antiinflacionario integral.
- Ya estaba vigente el “cepo cambiario”.
La medición del pass-through la realizamos tomando cuántos puntos subió la inflación por encima de la inflación inercial luego del salto devaluatorio. En el momento previo a la devaluación de 2002 la inflación inicial era 0% porque estábamos en depresión económica. Y en 12 meses la inflación alcanzó el 40%, mientras que la devaluación fue de 249%. Lo que da un pase de devaluación a precios de 16% (tomando 12 meses). En caso de tomar de febrero de 2002 a febrero de 2003 ascendió a 20%.
Las condiciones que tenía la economía en 2002 hicieron que los precios fueran rígidos a la suba. Consecuentemente, la devaluación nominal se tradujo en una devaluación del tipo de cambio real, haciendo más competitiva a la economía argentina.
En el caso de 2014 el pass-through fue alto. La devaluación fue de 33% y la inflación aumentó del 25% anual al 38%. Es decir: subió 13 puntos porcentuales sobre la inflación inicial. El resultado es un pass-through de 40%.
Sobre la devaluación de 2015 se pueden evaluar sus peligros:
En regímenes de alta inflación el pass-through suele ser más alto que en uno de baja inflación. Asimismo, hay otra cuestión que juega en contra de un pass-through bajo, es el hecho de que la economía tiene contratos que se indexan a la tasa de inflación inercial de la economía. Por ejemplo, un contrato de alquiler.
Así las cosas, las primeras reflexiones sobre la megadevaluación que impuso Mauricio Macri son poco optimistas.
Sabemos que el dólar oficial trepó inicialmente 42%, esto es 9 puntos por sobre los valores de la devaluación de enero del año 2014.
Asumiendo como modelo el año 2014 dado que las condiciones económicas son similares a las actuales, por la mayor magnitud de la devaluación el pass-through girará en torno al 18%, por lo que el año 2016 tendrá una inflación anualizada que se ubicará en torno al 43%, ¡la segunda más alta del mundo después de Venezuela!
Eso no es una buena noticia y fija las condiciones de actualización salarial para las paritarias que ya se vienen y deberán asumir como piso de actualización el 25% de inflación pasada y el 43% de inflación anual proyectada para 2016, y adicionar los puntos extras de mejora de salario real como es habitual desde el año 2003, lapso donde el salario real recompone poder adquisitivo, una necesidad económica y estricta justicia distributiva. ¿O acaso ustedes viven de rentas, estimados lectores?