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El jefe de Gabinete Marcos Peña brindó su primer informe ante la Cámara de Diputados. Enojado, por momentos fuera de sí, se pronunció a favor de “terminar con el narcotráfico”, «llegar a pobreza cero», y cometió un acto fallido sin antecedentes: «Hay que avanzar en un sistema de tarifas para proteger a los que más tienen».

Peña se la pasó destacando los logros de la gestión del Gobierno, apuntó a «lograr una justicia independiente», y cuestionó el «doble estandar» del bloque FPV-PJ, al recordarle la investigación sobre Lázaro Baez, quien no fue funcionario del gobierno anterior.

El jefe de Gabinete, insólitamente, sostuvo que «no hay un sólo indicador que fundamente las denuncias sobre destrucción de empleo» y consideró como «poco conducente» al proyecto de Ley Antidespidos, por evaluar que «puede ser peor el remedio que la enfermedad».

Durante su primer informe al Congreso Nacional, el funcionario estuvo más de siete horas frente a los diputados, exponiendo primero y respondiendo luego las consultas realizadas por los diferentes bloques.

Si bien la reunión fue bastante ordenada, fundamentalmente porque no se permitieron repreguntas, el momento en que el FPV-PJ realizó sus preguntas y las consecuentes respuestas del ministro fue el de mayor tensión.

Confesión, corrupción y pleno empleo

Sin embargo, el tramo que no debe haber dejado dormir a Peña y que habrá indigestado a su jefe Mauricio Macri fue cuando estaba exponiendo la política tarifaria, fuertemente cuestionada por la oposición en general y por el kirchnerismo en particular.

«Tenemos que avanzar hacia un sistema de tarifas para proteger a los que más tienen», disparó el funcionario mano derecha del Presidente. Cuando se le observó el fallido, antes de corregirse Peña hizo el típico gesto de que debería sobreentenderse que quiso decir lo contrario. Lacan le hubiese dedicado varias anotaciones.

Las risas de las bancadas opositoras pusieron más nervioso a Peña, que no pudo mantener la compostura ante la ofensiva de la bancada presidida por Héctor Recalde sobre la relación de Macri e integrantes del gobierno con los «Panamá Papers» y la responsabilidad del Poder Ejecutivo en el proceso de «devaluación, despidos y ajuste”.

El funcionario balbuceó réplicas en torno de «la gestión corrupta del PAMI», el «apagón estadístico que produjo la intervención del Indec» y les tiró a los legisladores kirchneristas un reproche que cuesta compararlos con los miembros de su Gabinete acusados de tener empresas off shore en Panamá: “Debe ser muy duro para ustedes ver las imágenes de lo que está pasando con Lázaro Báez”.

Muy desencajado, prosiguió: «Me causa sorpresa el doble estándar que aplica el FPV a muchas situaciones porque parecería que no gobernaron 12 años».

Intentando recomponerse, Peña se mostró confiado en «poder superar la etapa de los prejuicios y las chicanas sin fundamentos para empezar a discutir los temas de fondo», pero fue evidente que no tuvo la suficiente templanza para superar la presencia en las bancas de diputados del FPV-PJ de pancartas con los nombres «Kagemusha», «Fleg Trading», «Orion Alliance Corporation», «Macri Group», los nombres de las compañías offshore vinculadas a Macri y su entorno.

«El Presidente no tiene empresas offshore y está muy tranquilo», fue la sentencia de Peña que más hizo reír a los legisladores opositores.

En una de las consultas más recurrentes de los diferentes bloques, Peña señaló en más de una oportunidad que «no hay un sólo indicador que fundamente las denuncias sobre destrucción de empleo, no lo hay».

En tanto que sobre la ley antidespidos que se debate en el Senado, advirtió que si se aprueba «puede ser peor el remedio que la enfermedad».

«O traen fundamentos concretos basados en un diagnóstico que pueda beneficiar a los trabajadores o se hacen cargo cuando alguien no pueda entrar al mercado laboral por culpa de esta herramienta. No hay intención de beneficiar a los trabajadores sino una intencionalidad política», remarcó Peña.

Aunque en una respuesta posterior aclaró que «al igual que el Presidente» considera que «la oposición lo hace para aportar una solución»; sin dejar de insistir en que «el proyecto no es conducente».

En otro pasaje del informe expresó que «la Oficina Anticorrupción fue desmantelada por la gestión anterior» y que «de ser necesario el Gobierno se presentará ante la justicia sin apretar jueces, sin perseguir periodistas», pero no aclaró por qué ante la primera acusación de los Panamá Papers la titular Laura Alonso, en lugar de investigar a Macri salió a defenderlo.

Y pese a repudiar las chicanas, pisó ese barro: «Quédense tranquilos que la Argentina cambió y cambió para bien, si tenemos que ir a la justicia lo haremos sin actos partidarios», enfatizó.

En otro pasaje desopilante, cuando fue consultado sobre la compra de dólar futuro por parte de funcionarios macristas, Peña respondió: «Si alguien especuló financieramente son los que generaron seis tipos de cambio. Estamos muy tranquilos porque no hubo ningún ilícito de ninguno de nuestros funcionarios».

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Un comentario

  1. Alicia

    30/04/2016 en 22:59

    El Pro es el gobierno MÁS CORRUPTO de los elegidos por voto en la Argentina.
    Eso opino.

    Responder

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