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El voleibolista rosarino, integrante del seleccionado argentino que participará de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, repasa su carrera y analiza la actualidad del deporte que lo apasiona, en una charla imperdible con este medio.

La recorrida que inició el eslabón buscando las historias de los deportistas rosarinos que serán parte de la gran delegación argentina que representará al país en territorio brasileño, encontró a Pablo Crer, quien se inició en Sonder con 15 años y que hoy con 26 se convirtió en uno de los máximos referentes de la Selección. Juega de central en Bolívar y es hincha fanático de Newell’s. Los Juegos Olímpicos que se pondrán en marcha el 5 de agosto en Río de Janeiro, serán su segunda experiencia en “el certamen más importante de todos”, tal como lo califica el propio protagonista.

Salto con red

Sus más de dos metros de altura lo fueron alejando cada vez más del verde césped en el que practicaba fútbol. Podría haber sido de esos zagueros que rechazan todas las pelotas de cabeza, o un 9 que gana en el área rival casi sin despegarse del piso. Pero el deporte más popular del país no lo terminó de seducir. “Notaba que no era lo mío”, confiesa el rosarino, y añade: “Me gusta el deporte y lo practicaba, pero no era lo que quería”.

Con su elevada estatura también hubiese podido sacar provecho en el básquet, pero “no me gustaba”, sostiene, y aclara: “En realidad no entendía mucho el voley porque nunca lo había jugado, pero veía que todo mi grupo entrenaba ahí en Sonder y me empecé a sumar, seguramente que fui por la altura”.

Luego de sus inicios en el club local ubicado en Montevideo al 40, Pablo desplegó su talento en SOS Villa María, en 2009, hasta caer en Bolívar, su club actual. En 2007 tuvo su debut mundialista con la selección juvenil en Marruecos.

Hoy agradece haber tomado ese rumbo “porque al 90 por ciento de mis amigos los tengo en el voley, y eso también ayudó mucho”. Ya con las primeras convocatorias a la selección le fue sintiendo el gustito cada vez más al deporte de los remates y bloqueos: “Esas situaciones, más los torneos que fui disputando, me fueron entusiasmando muchísimo”.

“No sé si en algún momento pensé en llegar adonde llegué. Creo que el click lo hice cuando me convertí en profesional, y no sólo por el hecho de cobrar, sino porque dejas de lado muchas cosas, como la familia, amigos, novia, para ir a entrenar a una selección por varios meses para después ir a los torneos. Ahí tenés que tomar una decisión sobre qué camino querés seguir, sabiendo que hay que resignar algunas cuestiones”, reflexiona el jugador que tiene al bloqueo como una de sus características más destacadas.

Alto juego

Pablo, que tiene en su vitrina las medallas de bronce del Mundial Juvenil de India (2009) y de los Panamericanos de México (2011); y una presea de oro en los Panamericanos de Toronto (2015), cosechada luego de vencer agónicamente a Brasil en el partido decisivo, confiesa que “haber estado en los Juegos Olímpicos” fue “lo más lindo que me pasó en este deporte”, refiriendo a su participación en Londres 2012, edición en la que Argentina alcanzó los cuartos de final. “Es lo mejor, es lo máximo que podés jugar en este deporte –argumenta–. Es codearte con otros deportistas, vivir esa experiencia de comer y estar en un lugar que está lleno de deportistas. Respirás deporte en todo momento. Además te cruzás con grandes deportistas a nivel mundial, con esos que sólo ves en la televisión, como los jugadores de la NBA por ejemplo, y te sacás fotos con ellos. Y también compartís muchas cosas lindas con los atletas argentinos, con las Leonas, con los del básquet, y uno aprende mucho de ellos”.

El lungo, además, rescata entre sus mejores recuerdos en el deporte el “haber jugado con mi familia y mi novia en la tribuna, y eso te genera muchas cosas porque son ellos los que siempre están”, y “también la posibilidad de haber jugado mundiales”, y concluye: “La mayoría de los recuerdos que tengo en el voley son lindos”.

Ya metiéndose de lleno en lo que será la cita en Río de Janeiro, Crer señala que “ahora veo un grupo más maduro, con más experiencia, con más cabeza”, y agrega: “Estamos preparándonos fuerte para dar lo mejor. No ir a pasear, sino buscar ser protagonistas y estar en el pelotón de arriba”.

En cuanto a las expectativas puestas en la actuación del voley argentino en los Juegos que se avecinan, el rosarino admite que “todavía no lo hablamos como grupo, ya que falta bastante para pensar en eso”, pero subraya: “Lo único cierto es que la idea es ser protagonistas. Creo que dependerá mucho de Argentina, tenemos que ir a demostrar lo que sabemos hacer y tratar de sacar partidos importantes, que en un certamen como las olimpíadas, eso es clave”.

Tras comentar que en lo personal “estoy bien, me siento cómodo y ya estoy entrenando con la selección, arrancando primero con la parte física que es muy dura”, finaliza analizando el nivel actual del voley nacional: “La clave de este buen momento es el trabajo. También es cierto que han surgido camadas muy importantes, a lo que hay que sumarle el apoyo que recibimos de la Federación y de la Liga, porque cada vez son más los equipos que apuestan a los jóvenes que después aparecen en la selección, y son los que mayor proyección tienen. Eso está bueno y ayuda a crecer este deporte cada día más”.

Un central de Newell’s

A pesar de que su rumbo final no estuvo cerca de las canchas de fútbol, Pablo Crer no le pudo escapar a la pasión con la que se vive este deporte en la ciudad. Y ni su padre canaya logró despojarlo del fanatismo por la Lepra. “Mi viejo me llevaba al Coloso y no podía decir nada durante el partido; en cambio yo le gritaba los goles con todo”, se ríe el ex Sonder.

“Antes lo seguía más a Newell’s, pero ahora con los viajes que tengo que hacer por el voley me cuesta un poco”, lamenta el central (paradójicamente ese es el puesto en el que se desempeña) de Bolívar, y rememora: “Me gustaba mucho ir a la cancha, lo disfrutaba un montón. Cuando salimos campeones en 2004 fue la última época en que fui a la cancha, porque después empecé a estar en la selección y ya no podía ir tanto”.

Con Marcelo Bielsa como su ídolo “indiscutido”, y “feliz” por tener a Gerardo Martino sentado en el banco de la selección, Crer cuenta que los partidos del equipo que ahora dirige Diego Osella “sólo los puedo mirar por televisión, aunque a veces por los horarios también se me complica un poco”.

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