Por la escasa frecuencia, la concejala Lorena Giménez presentó un proyecto para que el Ejecutivo Municipal duplique los servicios de la Línea de la Costa y de la 153 roja y negra los fines de semana de diciembre a marzo.
Debido «a la escasa frecuencia que presentan las líneas de transporte público que circulan por la costa rosarina y a los graves inconvenientes que esto genera para los ciudadanos que trabajan o veranean en la zona», la iniciativa de la edila del Bloque Partido Progreso Social, plantea que el Ejecutivo Municipal duplique los servicios de la Línea de la Costa y de la 153 roja y negra, en la franja horaria que va desde las 11 a las 22 cada fin de semana durante los meses de diciembre a marzo, en donde hay mayor demanda.
La propuesta surge luego de que el equipo de asesores de la concejala realizó un relevamiento durante los fines de semana, determinando que “muchos usuarios se ven obligados a permanecer un largo tiempo hasta que una unidad llegue con lugar disponible para trasladarlos, siendo frecuente que deban estar horas en las paradas, viendo que pasan los colectivos sin detenerse por trasladarse ya con su capacidad completa”.
Los colaboradores llegaron a contabilizar “hasta 6 servicios consecutivos que no frenaban en las paradas en la franja que va desde las 11 a las 15 y hasta 12 en la franja que comprende entre las 18 y las 22. Esta situación se agrava al mediodía, cuando la temperatura es más elevada, ya que muchos concurren a los balnearios en familia, con niños pequeños y adultos mayores viéndose expuestos a sufrir golpes de calor, hecho que complica aún más el padecimiento de los usuarios”.
Según la concejala, “las irregularidades ocurren tanto en los recorridos de norte a sur como de sur a norte; en paradas céntricas como en la zona norte. En Callao y Urquiza, a la hora 14 de este domingo se pudo contabilizar a 20 personas aguardando el arribo del 153 rojo.
Algunos de ellos venían de esperar a la Línea de la Costa en Rodríguez y Santa Fe que siguió su recorrido sin frenar. En Génova y Avellaneda, alrededor de las 15 cerca de 25 personas manifestaron estar esperando una hora para abordar el 153. Los usuarios quedan «varados» y deben optar por otras alternativas más costosas, tales como los viajes en taxi, algo que no está al alcance de todos los ciudadanos. El resultado es que algunos de ellos, al no contar con el dinero necesario para abonar dicho traslado, deben abandonar sus planes de ir hacia la costa y regresar a sus casas”.
Además, -consigna Giménez- “llegando al horario nocturno puede observarse a centenares de personas aguardando por horas y a muchos otros que deciden caminar largos tramos cargando sus elementos hasta llegar a otras paradas que conecten con más líneas, pudiendo citar como ejemplo que muchos se trasladan a pie desde el balneario La Florida hasta la intersección de Avellaneda e Ingenieros, donde pueden abordar la Línea 110”.
La edila también enfatizó que “esta demora en los servicios del TUP que circulan por la costa afecta, no sólo a las personas que están en plan de recreación, sino que complica a quienes trabajan en los bares, clubes y comercios de la zona, corriendo el riesgo de llegar tarde a sus lugares de trabajo por razones ajenas a su dominio. Estas personas se ven obligadas a esperar un largo tiempo a que un ómnibus se detenga sin tener la posibilidad de llegar a sus hogares rápidamente para su debido descanso”.
La concejala sostiene que “una ciudad que quiere promover el uso de sus balnearios y piletas debe implementar las medidas necesarias para que el traslado a los mismos esté garantizado en tiempo y forma, brindando un servicio eficiente que facilite a los usuarios llegar a destino sin pasar por una odisea que no hace más que impedir que los ciudadanos y turistas puedan disfrutar de los espacios públicos que brinda la ciudad”.