Cristina Fernández de Kirchner concedió un reportaje a Infobae y habló de todo, no rehuyó dar respuesta alguna. Sin embargo, algo quedó suspendido en el aire: la entrevista, ese género apasionante, está tan devaluada como el peso.
El abogado Luis Novaresio había advertido, en torno de una posible entrevista con CFK: «Si no puedo preguntar sobre Hotesur, no lo hago». Pudo hacerlo como periodista, pero debió afrontar la falta de ejercicio de su profesión original.
El tono del reportaje que el ex columnista de De 12 a 14 le realizó este jueves a la ex jefa de estado fue por momentos muy parecido a un interrogatorio, algo que de todos modos no pareció sorprender a la entrevistada, acostumbrada a lidiar con ese tipo de confusiones.
Lo interesante de la entrevista como género periodístico es poner en valor la palabra del interlocutor, y en la medida en que el entrevistador más se diluye, los resultados pueden ser asombrosos, al punto de que la entrevista televisiva moderna, por así definirla, mostró más de una vez que la ausencia total del reportero, con preguntas que salen al aire en off, y con las cámaras enfocando exclusivamente al entrevistado, no sólo es posible sino muy efectiva como técnica.
En la Argentina eso no funciona. Tal vez el ego de algunos periodistas estrella impida esa posibilidad. Poner en valor las palabras del interlocutor, su imagen, su gestualidad, reacciones y hasta mohínes, hacen a la entrevista más rica, tornan menos impostadas las respuestas, en definitiva, echan luz sobre el verdadero objeto del reportaje: conocer más de quien es entrevistado. El objeto es el sujeto, pero no precisamente el que hace las preguntas, sino quién las contesta.
El reportaje a CFK, al menos es la sensación que le queda a quien escribe esto, no cumplió con esa premisa, fundamentalmente porque se vio a una figura pública demasiado expuesta durante años, de la cual se pueden esperar pocas sorpresas, y aunque algunas preguntas fueron formuladas con evidente efectismo, ya fueron largamente respondidas por la ex mandataria en otras oportunidades.
Pero precisamente, para no caer en el defecto cuestionado, resulta más importante referirse a lo dicho por la actual candidata a senadora por Unidad Ciudadana, para que quienes aún no vieron la entrevista tengan pistas de lo que se jugó en la misma.
Cristina, por ejemplo, dijo que «es un inmenso disparate» vincular a su gobierno con la muerte del fiscal especial para el caso AMIA, Alberto Nisman, y aseguró que es una «acusación sin ningún tipo de fundamento».
Pero sostuvo, para disgusto de Novaresio, algo mucho más importante, que desmitifica la interesada versión del establishment respecto del famoso memorándum con Irán.
Cuando el abogado-periodista llegó al límite de justificar una causa por “traición a la Patria” basada en ese acuerdo que nunca llegó a entrar en vigencia, CFK debió recordarle a su entrevistador que el memorándum de entendimiento fue elaborado bajo las normas y términos internacionales, homologado por el Congreso, y que los dos únicos presidentes argentinos que nombraron en la asamblea general de la ONU a Irán como posible responsable del atentado a la Amia fueron Néstor Kirchner y ella. El silencio del abogado-periodista fue más elocuente que la propia respuesta de Cristina, y eso habla mucho de la cuestión abordada anteriormente alrededor de la entrevista como género.
CFK tampoco se privó de recordar que en el momento del hallazgo del cuerpo de Nisman habló por cadena nacional, pero además desafió a Macri, y planteó que «es un ejemplo que podría tomar» el mandatario en el caso Santiago Maldonado, y dirigirse a toda la sociedad a través de una cadena nacional.
Cristina, en un mismo movimiento, criticó a Macri por ese caso haciendo referencia a lo que muchos anteponen como infame contrapeso ante la desaparición de Santiago: «Cuando pasó lo de Julio López, Néstor le habló al país».
Novaresio intentó jaquear a la ex Presidenta, y cuando ésta se preguntó por qué a algunos les da vergüenza decir que son de derecha, el abogado le preguntó si ella era de izquierda o de derecha. CFK, sin dudarlo, replicó: “Yo soy peronista”. Y en un juego que el reportero supuso que embretaría a su interlocutora, quiso saber si hay un peronismo de izquierda y otro de derecha. Cristina demostró por qué está donde está, y cuando Novaresio argumentó que le resultaba interesante el tema, aunque reconocía que podría llevarle varios programas dilucidarlo, le espetó:
─A vos te parecerá atrapante, Luis. Al que no tiene trabajo no le parece para nada atrapante.
Una serie de intervenciones fallidas del abogado-periodista le sacaron algo de la luz que seguramente el medio y él mismo quisieron para sí mismos, como cuando el reportero confundió la causa de Hotesur y sostuvo que se inscribía en un delito vinculado a la obra pública. “No, no, Hotesur no es obra pública, Luis”, saltó CFK. “Es verdad”, arrugó Luis.
Otro bochornoso pasaje se produjo cuando Novaresio insistía en que Lázaro Báez y Cristóbal López, por haber firmado un contrato de alquiler, automáticamente pasaban a ser socios de la ex Presidenta y se produjo el siguiente intercambio, algo desopilante:
─Vos sos abogado como yo, Luis ¿Cómo un contrato de locación pasa a ser un contrato societario?
─Bueno, me corrijo.
Las frases más interesantes:
Cristina cuestionó el estilo de la entrevista, y sugirió que el problema radica en que en la Argentina el entrevistador quiere debatir con el entrevistado, ganarle ese debate, tener razón, no como en otros países, dijo, donde se pregunta, se repregunta, y se deja al espectador libre de creer las respuestas o no, asentir o no lo que responde el entrevistado.
Siempre a riesgo de dejar de lado otras, las que siguen tal vez hayan sido las frases más interesantes que Cristina dejó en el reportaje de este jueves:
«Me dijeron yegua, puta y montonera, y nadie fue preso, Luis».
«Es necesaria una respuesta del Gobierno a la familia de Maldonado. No a mí».
“Soy más audaz que vos, que no te animás a decir que no pensás en nada como yo, Luis».
“Mi gobierno no fue un gobierno de empresarios pero es cierto que se inauguraron muchas empresas. Este es un gobierno de empresarios y nunca, en tan poco tiempo, han cerrado tantas empresas, industrias y tantos comercios”.
El desafío
─Me gustaría verte haciendo una entrevista así al presidente.
─Lo va a ver.
─No te van a dejar, Luis…
«No comparto la frase «Macri, basura, vos sos la dictadura»”. Y agregó que no existe una dictadura en Argentina ni tampoco en Venezuela, al mando de Nicolás Maduro.
«¿A vos te parece normal que haya periodismo de guerra?»
«En Argentina, la gente que es derecha no quiere reconocer que es de derecha».
«Soy peronista, toda la vida fui peronista».
“El Gobierno está blindado mediáticamente. Si te fijás mucha gente está mirando plataformas como Netflix. ¿Nunca te lo dijeron, Luis?”.
Sobre la “grieta”:
─¿Cuántos años tenés, Luis?
─53
─Tenemos 200 años de grieta, Luis.
«Yo no escribí la carta para los dirigentes. Está dirigida a todos los electores que votaron en la Provincia de Buenos Aires. Si cada tres dos votaron oposición está claro que no quieren esa política de ajuste».
“Si en el 2019 yo soy un obstáculo, no voy a ser ningún obstáculo. Voy a ser todo lo necesario para que el peronismo pueda ofrecer la posibilidad de un frente amplio.
“Después de las elecciones va a haber un gran ajuste”.
Adrian
15/09/2017 en 1:04
Los sigo porque además de ser un medio que va por fuera del sistema, suele tener una redacción excelente.
Acá se les pasó una:
─Lo va a ver.
y es
─Lo va a haber.
Horacio Çaró
15/09/2017 en 8:33
Fue un error de tipeo que, como verás, fue corregido, pero gracias por estar atento a los yerros, y gracias por leernos, estimado Adrián.