El Central que llegó caminando por la cuerda floja eliminó al Boca que desfila en la Superliga. El 1 a 0 con gol de Mauricio Martínez le dio la clasificación a cuartos de final de la Copa Argentina.
El destino puso nuevamente cara a cara a Rosario Central y Boca. En esta ocasión, en una instancia más alejada de la final, pero de todas maneras, mantuvo la intensidad de lo que se ha transformado en un verdadero clásico de este certamen federal.
Y como todo clásico, no interesa tanto cómo llegan los equipos. De eso se agarró el Canaya para tener aspiraciones ante el superlíder del torneo local, después de un 0-4 en contra, en el mismísimo Gigante de Arroyito.
El encuentro fue parejo en el primer tiempo, con pocas chances claras. El Xeneize apenas llegó con un remate lejano de Darío Benedetto, y alguna jugada individual de Cristian Pavón. Al auriazul no le dieron un claro penal por mano de Pablo Pérez, que curiosamente el árbitro Fernando Rapallini observó (así lo dieron a entender sus gestos), pero lo consideró casual.
A los 25’ de esa primera parte, a través de una pelota parada, llegó único grito de la noche en el Islas Malvinas de Mendoza. Martínez apareció en soledad por detrás de toda la defensa, y de primera la conectó para darle el triunfo al conjunto de Arroyito.
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En el complemento, el equipo conducido por Paolo Montero se dedicó a bloquear el juego de su rival. Continuó férrea la marca a Fernando Gago, principal conexión entre la zona de volantes y el potente ataque conformado por Pavón y Benedetto. Germán Herrera, de enorme desgaste, fue la figura.
Ahora, Central –que terminó el partido con uno menos por la expulsión, ya en tiempo cumplido, de Leonardo Gil– aguarda en cuartos de final por el ganador de Banfield y Godoy Cruz, que jugarán este jueves a las 17, en Córdoba.