El ultraderechista mandatario brasileño, que había celebrado el aniversario del golpe militar en su país, decretó el fin de los trabajos de los equipos forenses en la identificación de desaparecidos, que se habían iniciado en 2014, bajo la presidencia de Dilma.
Jair Bolsonaro le puso fin a las tareas forenses que trabajaban en la identificación de desaparecidos a manos de la última dictadura militar brasileña, entre 1.047 cajas con huesos en fosas comunes de un cementerio de San Pablo.
El trabajo se había iniciado en 2014, por orden de la Justicia Federal y del Ministerio Público, con el apoyo del entonces gobierno de Dilma Rousseff, destituida por el Parlamento en 2016.
El diario O Estado de Sao Paulo indicó que el «decreto ómnibus» firmado el miércoles pasado por Bolsonaro, que termina con los consejos populares para debatir políticas públicas, puso fin a la identificación de desaparecidos de la dictadura enterrados como NN en el cementerio del barrio paulista de Perús.
El antecedente más cercano de su política contra los derechos humanos fue en marzo pasado cuando ordenó realizar “las conmemoraciones debidas” en los cuarteles por el 55° aniversario del levantamiento militar que el 31 de marzo de 1964 instaló una dictadura de 21 años en Brasil, al tiempo que negó que haya sido un golpe de Estado.